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—Mierda—. Yesung maldijo por lo bajo, mientras se ponía en cuclillas junto al cadáver y se colocaba los guantes de látex. —¿Cuánto tiempo ella...?

—Entre cinco a seis horas, señor—. Respondió un joven detective. —El cuerpo se ha puesto rígido.

El cadáver era de una mujer de mediana edad, cuya cabeza estaba golpeada y empapada de pegajosa sangre. El cuerpo fue abandonado entre los arbustos al borde del río, acostado con la espalda hacia arriba, las piernas ligeramente dobladas y le faltaba un zapato. A la izquierda del cuerpo corría el rió y a la derecha estaba la ribera.

El cuerpo forense ya estaba allí, sacando fotografías de la escena del crimen, la zona ya estaba acordonada con la característica cinta que prohibía el paso a las demás personas.

—¿Identificación?— Yesung preguntó, tocando con los dedos el cuello de la camisa que llevaba la mujer muerta, luego hizo un gesto pidiendo una bolsa de plástico con cierre y unas pinzas.

—Estamos trabajando en ello—. El joven respondió, entregándole los objetos a su superior.

Yesung recogió cuidadosamente con las pinzas una fina cuerda de fibra pegada en el cuello de la blusa, y la puso en la bolsa. Cerró la bolsa y se la devolvió al joven, quien la recibió y escribió "Evidencia 3" por un lado con un marcador negro.

Como la sangre que brotaba de la herida en la cabeza no formaba un charco en el suelo, se podía suponer fácilmente que la víctima había sido atacada en otro lugar, luego su cuerpo fue llevado a la orilla del río cuando la sangre ya había coagulado.

Los agudos ojos de Yesung se lanzaron hacia la orilla adyacente del río que era un barranco y estaba cubierta de nieve fangosa, luego volvió a fijarse en la ropa del cadáver.

No hay suciedad en la ropa. Pensó. Lo que significa que el cuerpo no rodó por el barranco.

Lo que conducía a dos posibles opciones; el cuerpo fue llevado cuesta abajo por la colina en lugar de echarlo a rodar, o fue transportado en un vehículo conducido hasta el lugar del hallazgo. Sin embargo, con respecto a la primera opción, las marcas de las huellas del zapato del culpable, que deberían ser notorias en el suelo, no se veían por ningún lado. Y con respecto a la segunda opción, no solo no había marcas de carro, sino que también la orilla del río era demasiado empinada para que un vehículo pudiera bajar.

—¿Puede un automóvil bajar el barranco?— Preguntó Yesung.

—No lo creo—. Respondió el novato. —La colina es muy empinada. Y el único camino construido para bajar aquí desde la cima de la colina está a unos 30 metros de distancia de este lugar, y son gradas de cemento.

—Eso significa que el culpable cargó el cuerpo a pie—. Murmuró Yesung. —Posiblemente bajó por las gradas hasta este punto. De esta forma, el culpable no dejaría huellas, porque el camino desde la cima hasta la orilla del río estaba cementado, no es de tierra.

Muy inteligente, eh. Yesung pensó.

Luego vio la mano derecha de la mujer muerta. La palma estaba abierta, pero los dedos estaban retorcidos en una forma extraña, aunque ninguno estaba roto.

—Mira esto—. Yesung le dijo al joven. —Los dedos no están rotos, pero si están deformados y torcidos. Si se torcieron durante la resistencia física, habrían vuelto a la normalidad antes de que el cuerpo se pusiera rígido. Pero parece que fueron torcidos después de que la víctima falleció, cuando ya no pudieron volver a la normalidad por sí mismos, probablemente el culpable los dejó así.

—¿El asesino torció los dedos cuando ya la víctima tenía horas de haber muerto?

—Sí—. Yesung acarició ligeramente con su índice la palma abierta del cadáver. —Deduzco que ella sostenía algo en su puño que el asesino notó después de que el cuerpo se tensara, entonces trató de abrir la mano a la fuerza, para llevarse la evidencia. Es por eso que los dedos se quedaron en esta extraña forma.

Mascarada {KyuMin/YeWook} [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora