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Era casi hora del almuerzo cuando volvieron a la casa.

Kyuhyun entró primero al salón, llevaba las bolsas de las compras en ambas manos, Sungmin lo seguía e iba hablando sobre como prefería cocinar sin pensar en las calorías y solo se concentraba en el sabor de la comida.

Kyuhyun, estaba escuchando las palabras de Sungmin con una sonrisa inconsciente, levantó la cabeza para mirar al salón y luego se detuvo.

Mierda. Pensó, apretando los dientes al ver a su madre sentada en el sofá en una postura nada amigable.

—Quiero decir, no puedes tener ambas cosas, así que tendré que renunciar a alguna—. Todavía estaba diciendo Sungmin en la entrada cuidadosamente quitándose los zapatos por el tobillo hinchado. —Me pregunto si existirá alguna comida que sea muy sabrosa, pero que sea saludable al mismo tiempo.

No hubo respuesta, así que Sungmin levantó la mirada hacia el vestíbulo, notó que Kyuhyun estaba de pie en el mismo lugar inmóvil. Caminó en dirección al salón junto al menor.

—Ey, ¿Qué pasa?, ¿Estás o... —Sungmin también se detuvo cuando vio a la madre de Kyuhyun.

Estaba completamente vestida con un traje formal blanco junto con perlas y joyas, irradiando la presencia característica de una persona de la alta sociedad. Ella estaba sentada en el sofá, observando toda la situación e interpretándola en su cabeza. Era imposible darse cuenta de lo que estaba pensando detrás de su severa expresión.

Miró a Sungmin con una intensa mirada como para quemarlo vivo, de repente se levantó de su asiento, mirando directamente a su hijo con ira en sus ojos.

—¿Qué estás haciendo aquí?— Hablo Kyuhyun, cubriéndose la frente con la mano por el inminente dolor de cabeza.

—En la oficina nos dijeron a tu padre y mí que has te has ausentado del trabajo por tercera vez este mes—. Explicó la madre, tratando de manejar su enojo. —Estoy aquí porque estaba preocupada de que algo te hubiera pasado.

—No te ves tan preocupada—. Dijo Kyuhyun con una ligera burla, lo que nunca le había hecho a ninguno de padres.

—¿Quién es ese? —Exigió su madre con los brazos cruzados, refiriéndose a Sungmin, quien estaba apurando a su cerebro para pensar qué hacer.

—Es mi psiquiatra—. Respondió Kyuhyun como correspondía, cerró los ojos con la esperanza de desaparecer de esa realidad frente a él.

—Hola—, Sungmin sonrió, a pesar de la incomodidad en el ambiente. —Usted debe ser la señora Cho. Un placer conocerle.

—¿Por qué está aquí? —la mujer ignoró por completo el saludo, mientras daba un paso más cerca de su hijo y levantaba su voz. —¿Qué está haciendo él en tu casa?

—Él está aquí para ayudarme—. Dijo Kyuhyun, colocando a Sungmin de atrás suyo con su brazo. —Y ya está a punto de irse.

Sungmin entendió la señal que Kyuhyun estaba dando, sabía que debería irse.

Sin embargo, antes de que pudiera decir adiós a la madre de Kyuhyun, sin una sola advertencia la mujer movió su mano para golpear a Kyuhyun en la cara con toda su fuerza, dejando un sonido agudo haciendo eco en el aire vacío, también dejó un rasguño en la piel de su hijo causada por el anillo que llevaba puesto.

Sungmin jadeó, y rápidamente interrumpió cuando la madre levantó su mano una vez más.

—Señora Cho, por favor, cálmese—. Dijo Sungmin, preocupado y sorprendido por el hecho de que Kyuhyun no reaccionaba.

—¡Quítame tus sucias manos de encima! —la madre se quitó del tagarre de Sungmin con disgusto. Luego enfrentó a su hijo furiosamente. —¡No puedo creer que te hayas alejado para volver a tu pequeña y sucia vida así!

—¡No es lo que piensas! —Kyuhyun habló casi en un susurro. —Estás malentendido.

Entonces hubo otra bofetada.

Esta vez, Kyuhyun de verdad tuvo que apretar los dientes por el dolor.

—Eso es lo que dijiste la última vez que descubrimos tu secreto—. La mujer gruñó. —Entonces, ¿esto es lo que estabas haciendo, inventando mentiras para faltar a tu trabajo y volver a este desagradable hábito? ¡Fui una estúpida al pensar que en realidad estarías en problemas!

—Él no es mi novio—. Dijo Kyuhyun. —Te lo dije, él es solo mi psiquiatra.

—Entonces ¿Por qué está él en tu casa? —su madre gritó. —¿No debería estar su oficina? ¿No tiene él trabajo que hacer?

—Él solo me estaba ayudando—. Repitió Kyuhyun.

—¿Por qué debería él ayudarte? —ella lanzó una mirada a Sungmin.

—Porque soy su paciente—. Kyuhyun dijo lo obvio.

—Podría hacerlo en las sesiones de la clínica, que es todo por lo que estás pagando—. Su madre escupió. —¡Ni siquiera pienses en mentirme cuando es obvio que él no está aquí solo para ayudarte!

—Entonces, ¿para qué crees que está aquí?— Kyuhyun por primera vez en su vida desafió con voz peligrosa y baja. —¿Para follarme?

—¿¡Cómo te atreves!? —gritó la madre, completamente sorprendida por las palabras de su hijo. —¿Qué demonios te ha pasado?

Kyuhyun no respondió por la simple razón de que no sabía la respuesta a esa pregunta. No sabía que le había sucedido en las últimas semanas.

Lo único de lo que estaba seguro era que, en esas últimas semanas de cambio, Sungmin había estado allí.

—Voy a tener que contarle esto a tu padre—. La mujer estalló indignada, levantando su bolso del sofá. —¡No puedo creer que mi propio hijo haya crecido para convertirse en este ser humano despreciable, arrogante y enfermo que traiciona a sus propios padres!

Ella salió rabiosa, furiosa e implacable de la casa

Hubo un fuerte estruendo cuando cerró la puerta detrás de ella, luego el silencio rápidamente se apoderó de la sala durante largos minutos.

Sungmin fue el primero en recuperarse de lo que acaba de ocurrir, se movió cauteloso hasta Kyuhyun para tocar el arañazo en su mejilla, lo que hizo que el corazón de Sungmin se encogiera.

—Oye—, comenzó con ojos tristes. —Me iré solo si de verdad no quieres que me quede.

Kyuhyun suspiró. —¿Eso significa que te quedarás si quiero que lo hagas?

—Claro—. Sungmin asintió.

—Bien entonces...— Dijo Kyuhyun, mirando los ojos tristes de Sungmin. —Quédate.

Sungmin sonrió tiernamente. Luego asintió de nuevo.

—Lo siento mucho—. Susurró, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del menor para consolarlo.

—No tienes que disculparte—. Kyuhyun respondió, aceptando la calidez reconfortante del abrazo. —No hiciste nada malo.

—Sabía que tus padres eran duros contigo—. Sungmin se apartó para encontrar la mirada de Kyuhyun. —Pero no tenía idea de que sería hasta estos niveles.

—Bueno, ahora que lo sabes—, sonrió Kyuhyun, descubriendo que no se sentía avergonzado frente a Sungmin, o devastado por el hecho de que su madre descubriera por qué él no estaba en el trabajo. —¿Cómo lo hice?

—¿Disculpa? —preguntó el doctor, parpadeando ante la pregunta inesperada.

—Lo hice bien, ¿no? —Kyuhyun extendió sus labios. —Esa fue una parte de mi rebelión.

Sungmin no pudo evitar reírse de eso, su voz más suave que nunca. Abrazó a Kyuhyun una vez más, y esta vez, este último sorprendentemente correspondió y posó su mano sobre la cintura de Sungmin.

—Te veías sexy—. Sungmin susurró al oído de Kyuhyun sonriendo mientras pronunciaba cada palabra, provocando una pequeña risa en el otro.

—Me encantó.

Mascarada {KyuMin/YeWook} [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora