Mascarada {KyuMin/YeWook} [TRADUCCIÓN]

65

El clima al día siguiente era horrible también.

 Sungmin odiaba ese clima, lo odiaba porque sabía que la tormenta no cesaría ese día tan amargo, de ruptura y eso solo lo hacía sentir peor.

Al principio, estaba nervioso por lo que iba a hacer. Incluso se dijo a sí mismo que tal vez no era una buena idea.

Pero, de nuevo, nada más funcionaría, lo sabía. Debía ser drástico.

Hablar con él no funcionaría, no quería exponer a Jessica mencionando lo del suicidio, también porque Kyuhyun no estaba dispuesto a hablar al respecto. Además, Sungmin ya lo ha intentado varias veces, pero Kyuhyun siempre lo había evitado.

Dejar que Kyuhyun se saliera con la suya no era opción, porque si eso sucedía y el menor se terminaba lastimando a sí mismo sería peor, eso era exactamente lo que quería evitar. Y tal parecía ser que Kyuhyun estaba a punto de llegar a ese límite.

Sungmin había pasado toda la noche cómo debía hacer la ruptura, hasta el punto de tener migraña.

Y ahora, solo estaba cansado, muy cansado.

Dos de la tarde.

Ese era el momento en que todo se rompería y explotaría.

Sungmin le pidió a Kangin que fuera un poco más temprano, así que si todo salía según lo planeado, Kangin llegará a su oficina antes que Kyuhyun.

Y así fue.

—Oye—. Kangin entró en la oficina de Sungmin en silencio, sin cerrar la puerta por completo.

Sungmin se levantó, saludándolo con una sonrisa incómoda.

—Hola—. Dijo Sungmin. —¿Cómo estás?

—Estoy bien—. Kangin dio un paso hacia Sungmin. —¿Y tú?

—Yo también—. Sungmin bajo la mirada.

—¿Estás seguro?

—Ajá—. Kangin miró a Sungmin con ojos incrédulos.

—Min— Llamó Kangin.

El diminutivo apuñaló el corazón de Sungmin como un cuchillo mientras recordaba a Kyuhyun llamándolo Min.

De una manera mucho más cálida, mucho más suave, mucho más dulce. De una manera inolvidable.

Pero Sungmin cerró los ojos y se mordió los labios para olvidarlo.

—Algo pasa, ¿no?—Kangin preguntó en un tono serio. —Quiero decir, debe haber una razón por la que querías que viniera hoy.

Sungmin dudó por unos segundos.

Su corazón comenzó a latir a una velocidad considerable. Las puntas de sus dedos se entumecieron y su garganta se secó debido al nerviosismo que cayó sobre él.

Tragó saliva y miró el reloj.

Faltaban cinco minutos para las dos.

Si iba a comenzar con su plan era mejor que lo hiciera ahora.

Sungmin cruzó la corta distancia y se acercó a Kangin para tenerlo más de cerca.

—Como dije ayer,— explicó Sungmin. —Quiero que me hagas un favor.

—¿Por qué no me dices que favor es?—Dijo Kangin.

—No necesitas saber eso—. Sungmin sacudió la cabeza.

—Mira, Sungmin, estoy preocupado por ti, ¿de acuerdo?—Kangin colocó sus manos sobre el hombro del otro. —Dime qué está pasando.

—No—. Sungmin se negó con bastante frialdad. —Solo te puedo decir esto: te voy a usar.