Mascarada {KyuMin/YeWook} [TRADUCCIÓN]

26

—Estoy jodida—.Ryeowook, que era Hannah en ese momento, hundió la cara en sus manos gimiendo. Yoona sorbió las últimas gotas de su chocolate a través de la pajilla, haciendo el sonido de gorgoteo contra el fondo del vaso.

—No es el fin del mundo, cariño—.Dijo, apartando su taza y tomando el café con crema de nuez irlandesa de Ryeowook para tomar un sorbo de ella. —Al menos él no dijo que no.

—Pero tampoco dijo que sí—. Ryeowook respondió, sin importarle mucho que le robaran su café sorbo a sorbo. —Eso debió sorprenderlo por completo.

—Por supuesto que sí—. Yoona se encogió de hombros. —Te confesaste, eso es suficiente para sorprender a cualquiera.

—Dios, solo espero que no me odie—. Ryeowook gimió, dejando caer su cabeza en sus brazos en la mesa.

—Espera y verás—.Trató de consolarle Yoona. —Te llamará en cualquier momento.

—Sí, lo que digas—. Ryeowook resopló. —Tal vez cuando el infierno se congele. Además, ya te dije que perdí mi teléfono.

—Eh, ¿no te dije que Yesung tiene tu teléfono?— Preguntó Yoona, juntando sus cejas, pero solo le tomó un segundo recordar que realmente le contó a Nathan, no a Hannah, sobre el teléfono que estaba en la estación de policía.

—Santo cielo—. Dijo Ryeowook. —¿Por qué tiene él mi teléfono?

—Lo dejaste caer en la estación de policía—. La recepcionista repitió la historia que le contó a Nathan hacía un momento.

—¿En la estación de policía?— Ryeowook puso los ojos en blanco en un intento de encontrar en sus recuerdos algo relacionado con la estación de policía. Entonces lo tuvo. —¡Oh! ¡El día que confesé! ¡Debí haberlo dejado allí entonces!

—Lo más probable—. Yoona estuvo de acuerdo, terminó el café de Ryeowook y bajó la taza.

—Eso significa que tengo que ir a la estación—. Se dio una palmada en la frente. —Y eso significa que tendré que verlo de nuevo.

—¿Y qué? Te mueres por verlo de todos modos. Esas son buenas noticias.

—¿Cómo puedo verlo después de todo lo que ha sucedido? —Ryeowook gimoteó.

—Estás exagerando—. Yoona aseguró. —Simplemente entra al lugar, saluda, pide tu teléfono y vete. Si te dice algo, entonces es bueno, porque eso significa que no te está rechazando totalmente. Y si no dice nada, sigue siendo bueno, porque puedes salir como si nada hubiera pasado.

—Nada más me quedaré con el corazón roto—. Ryeowook sonrió sarcásticamente, tomó su taza de café y finalmente se dio cuenta de que estaba vacía. —¡Oye, te tomaste todo mi café!

—Oh, deja de quejarte, yo lo pagué después de todo.

—Está bien, cálmate, cálmate. Todo está bien. Tranquila. Esto será rápido.

Ryeowook, más bien Hannah, murmuró para sí mismo las mismas oraciones un par de veces, antes de respirar profundamente y entrar a la estación de policía.