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No fue una tarea difícil encontrar a Kyuhyun en el bar, porque cuando Sungmin llegó al lugar, solo había dos personas.

Jadeando por la carrera y cubierto solo con ropa ligera y una bufanda de lana, que no era suficiente para protegerle del frío, Sungmin corrió hasta Kyuhyun, quien parecía estar bastante borracho se podía saber con solo verlo.

—¡Ey!— Sungmin llamó suavemente con los ojos llenos de preocupación, envolvió su brazo alrededor de la espalda de Kyuhyun y colocó su mano contra la mejilla de este para medir la temperatura.

Heechul fue quien habló primero, sonriendo ante el éxito de su plan.

Le dijo al psiquiatra que viniera rápido, pero no esperaba que fuera a llegar tan rápido.

—¿Eres el Doctor Lee?— preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

—Sí, soy yo—. Respondió Sungmin de inmediato, mirando a Heechul. —Tú eres quien me llamó, ¿verdad? Muchas gracias por hacerlo. ¿Cómo está él?, ¿qué pasó?

—Cálmese—. Dijo la persona que llamó, ofreciéndole un asiento a Sungmin. —No pasó nada. Él solo ésta demasiado borracho.

—Usted dijo que estaba en problemas—. El doctor dejó escapar con voz preocupada, y se sentó cerca de Kyuhyun.

—Y lo está—. El amigo insistió. —Solo, que no físicamente.

—¿Qué ha pasado? —Preguntó Sungmin de nuevo.

Sin embargo, antes de que obtuviera una respuesta, hubo un movimiento de Kyuhyun, que al levantar la vista se encontró a Sungmin, después con una mirada confundida en su rostro, movió sus ojos hacia Heechul.

—Cristo—, murmuró Kyuhyun. —¿Qué diablos has hecho?

—Oye, no me culpes por intentar ayudarte—. Heechul levantó ambas manos en defensa.

—¿Qué hace él aquí?— Preguntó Kyuhyun, frunciendo el ceño.

—Yo lo llamé porque creo que no soy la persona calificada para escuchar como te derrumbas—. Respondió Heechul, levantándose de su taburete. —Esta será el último trago para mí hoy, después te dejaré con el médico.

Después de despedirse con rápidez, Heechul desapareció por la puerta para el personal, arrastrando a Hangeng con él, sin darle a nadie la oportunidad de responder.

Pero ese no era el problema ahora. Sungmin se volvió hacia su paciente que estaba frunciendo el ceño para recuperar algo de sentido.

—¿Estás bien?— preguntó el doctor. —Dios, apestas a alcohol. ¿Cuánto bebiste?

—Este no es lugar para ti—. Dijo Kyuhyun de la nada. —Es solo para gente como yo.

—Dime lo que pasó—. Pidió el psiquiatra con ternura.

—Nada—. Rio Kyuhyun, agarrando la botella de vino en un intento de tomar otra copa. Pero Sungmin se movió más rápido para detenerlo.

—Kyuhyun—, susurró. —Está bien si no quieres decirme qué pasó. Sólo dime que estás bien.

El tono del doctor era de alguna manera era desesperado.

O tal vez era solo porque Kyuhyun estaba imaginando cosas, porque lo necesitaba.

Fuese lo que fuese, la expresión inexplicable del médico ayudó al menor a sentirse mejor. Mucho mejor.

Esta no era la primera vez que los ojos o la voz de Sungmin le transmitían esa sensación de comodidad y tranquilidad, solo que en esta ocasión la sintió más intensa.

Mascarada {KyuMin/YeWook} [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora