CASADA CON PARK JIMIN | JIMIN | saga #1

~16~

" ¿Embarazo?" 

____ 

Jimin esta más que enojado pero se que hace un esfuerzo para tratar de controlarse y no volverse loco como tiene la costumbre. Tomamos nuestras cosas pero no sin antes que Jimin me coloque una toalla por encima cubriéndome.

— ¿Y esto? -pregunte mientras me lo ponía-

— Así estaré más tranquilo. -dijo, eso me ha molestado pero no dije nada más, tomó la bolsa con nuestras cosas al marcharnos-

En el camino no dijimos nada, solamente caminamos en un silencio casi nada incomodo y llegamos a casa. Deje las cosas en la habitación. Ahora me siento muy cansada y solo quiero dormir. Entre al cuarto de baño y me prepare para entrar a la tina. Antes de que entrara a ella, tocaron la puerta.

— ¿Si?

— ____. -hablo Jimin- 

— ¿Sucede algo? Voy a darme una ducha, saldré después. -no escuché nada como respuesta así que entre a la tina. Solté un pesado suspiro después de sentir la fría agua caer en mi cuerpo- 

Las burbujas que provoca el jabón cubren mi cuerpo completamente. Hace mucho calor así que el agua fría es refrescante y me relaja mucho. Cerré mis ojos por un momento, tengo sueño así que puedo ser capaz de quedarme dormida. 

Abrí mis ojos cuando sentí a Jimin  entrar a la tina, moviéndome un poco hacía enfrente para poder así sentarse detrás mío. ¿Qué le sucede? Quiero ducharme rápido y salir.  

— ¿Qué? ¿Qué? -dije confundida-

— Tranquila, soy solo yo. -habló tranquilo, me hice un poco al frente dejándolo sentado tras de mi sintiendo como sus brazos rodean mi cintura- 

— ¿Qué sucede? -hable rompiendo el  silencio- 

—  Perdón...  -escondió su rostro en mi cuello- Perdóname amor.  

— Oye... ¿Porqué me pides perdón? No tienes porque pedirme perdón ¿sabes? -tomé su mano-

— Si tengo porque... Soy un loco, celoso, sobre protector... ¿Ya dije celoso? 

—sonreí- Jimin... Sabes que a mi no me importa como eres. Claro, todos tenemos nuestros defectos, ese es tu defecto. Y yo te amo por lo que eres, todo en ti amo. Pero no queremos que vuelva a pasar lo de aquella vez, ¿verdad?  

— No... Y por esa razón quiero aprender a controlarme. No quiero volver a hacerte daño. -me abrazó- Te prometo que aprenderé a controlarme, no podre quitarme lo celoso pero aprenderé a no querer matar a quien te mire. -bromeó al final- 

—reí- Esta bien. -me giré un poco para verlo- Me asustaste, por un momento pensé que era un ladrón. 

— ¿Cuándo entre? -sonrió-

— Si, no te escuche, ni cuando abriste la puerta y te desvestiste. 

— Soy sigiloso. -comenzó a besar mi cuello- 

— No empieces. Estamos duchándonos. 

— Eres mi esposa. Es normal que quiera tenerte. -beso rápido mis labios- No me dejaras mentir, también lo quieres.