Descendientes - Personas detestables

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-MI CAMINO III-


— no volví a ese trabajo con miedo a que le sucediera lo mismo a mi otro hijo menor, renuncié, pero como compensación el Rey Adam me dio un cheque, me dijo que lamentaba lo sucedido y que entendía perfectamente todo, yo no quería un cheque, yo quería a mi hija devuelta —

— vaya... eso fue terrible —musité, sintiendo como la agonía de él se apoderaba de mí— pero... es de valientes, aceptar el ciclo de la vida y contar sus historias —

— gracias, princesa... —

Después de ello, el viejo granjero se fue, dejándome comer triste en la melancolía del jugo de naranja, imaginar a su hija caer al agua y desaparecer, probablemente será lo peor que escucharé en este día.

Mis oídos se alarmaron en cuanto escuche la campanita de la puerta, la cual obviaba completamente, me gire vagamente y mire con detenimiento el grupo de chicos y chicas que se acercaron a la recepción, tocando enérgicamente la campana de la recepción.

Aturdiendo ligeramente mis oídos.

— no hace falta tocarla tan fuerte chicos —fue Estella la que salió a atender.

— querida, esta noche habrá una fiesta en la avenida Holly, ¿te gustaría venir? —

Esa voz era demasiado carameliza para mí, aturdía mis sentidos.

— veras, tengo trabajo que hacer hasta tarde y... —

— les dije que no vendría —

Musito una a su lado.

— ¡nena! Todo el día estás trabajando, cuando por fin entenderás que eres joven y que debes disfrutar de la vida —

¿Disfrutar de la vida? ¿En mi juventud?

Acaso, ese era el propósito de mi juventud, la diversión... o ese hubiera sido mi propósito, pues los deberes de princesa invadían mi camino.

Suspire pesadamente.

— chicos, me encantaría, pero un buen trabajador nunca se rinde, espero algún día... —

— extender este hotel, si ya lo sabemos, Estella, pero eso te hará sentirte más vieja —esta vez un chico fue el que la criticó— llevas más de cinco años tratando de extender este lugar, privándote de los placeres de la juventud, ni siquiera has conseguido un pretendiente —

— ¿ves? Todos pensamos igual, vamos Estella —

Las chicas seguían en sus planes.

Estella sonrió de lado y se apoyó a el mostrador

— tengo una meta, no pienso quitar mi vista de ella —

Todos mostraron su disgusto hacia su decisión, diciendo cosas como olvídenlo, no sucederá jamás, mejor vámonos, es una pérdida de tiempo.

Me levante perezosamente de mi asiento y camine directo a la salida.

Y justo cuando me dispuse a llegar a la puerta, las caras de sorpresa y miradas de admiración cayeron sobre mí.

Cosas como:

—  La princesa Meido

—  La princesa elegida

—  La princesa que ayudó a salvar a Auradon

—  La princesa que es hermana de la Reina Mal

Descendientes: Un viaje hacia el mañana... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora