-MI CAMINO XLII-
— no tienes idea de cuántas cosas debo contarte querido amigo —el genio parecía aliviado de verlo— pensé que te había sucedido algo —
— bueno... —deslumbre la tristeza en los ojos de este chico— es algo que por el momento, desearía olvidar —masculló.
— deberías empezar una nueva vida —
— planeó hacerlo, aunque el tiempo contigo ha sido Wao, ¿te envejeciste desde que te liberaste? —el genio asintió riendo ante su comentario.
— fue algo genial, también encontré a alguien a quien amar —
— me alegra mucho, pocos logran lo que tú —
— Claro que si —
Se levantó un silencio, creo que ambos habían dicho todo lo que querían. Pero aún, la mirada de la sultana Jazmín se levantaba.
— Genio —pero después de un tiempo el sultán río y llamó— entonces ¿lo conoces? —
El genio se giró hacia el sultán Aladdin y asintió— fue él, el que me protegió por mucho tiempo, el hechizo la cueva para que solo una persona con sentimientos pudo, pudiera tocar mi lámpara, aunque —volvió su mirada a él chico— no sabía que tú también habías quedado atrapado —
El chico solo fue capaz de rascar su nuca y alzar sus hombros sin importancia— supongo que después de tremendo hechizo, me canse y no tuve las fuerzas para salir —
— ¿entonces tú apareciste en la cueva de las maravillas? —esta vez fue Alía quien habló.
Él asintió feliz.
— ¿jamás dejas de sonreír? —masculle a su lado.
— ¿te incomoda que lo haga? —adorable.
Rodee los ojos y desvíe mi mirada— solo es una pregunta —masculle.
Aunque también quería sonar un poco sarcástica.
— supongo que no hay peligro, Jazmín, podremos dejar esto de lado —el sultán parecía querer aliviar un poco el enojo de la sultana.
— aún así, la princesa Meido infringió las leyes —
Y aquí vamos de nuevo.
— pero, Jazmín, lo hizo por un bien —
— como sultana no puedo permitir que alguien venga y haga lo que bien le parezca con su magia —aún se mantenía firme, con sus manos posadas sobre su silla y su mirada altiva— por favor, les pido a todos que despejen el lugar, tengo asuntos que hablar con la princesa Meido —
Fue Alía y Nadim, los primeros en doblegarse y retirarse de la habitación, seguidamente lo hizo el genio, parecía regañado por la situación, pero también pude verle un cierto "lo siento" en sus labios.
— debes irte —masculle al chico.
— ¿irme? Y ¿dejarte aquí? —cuestionó impresionado.
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Descendientes: Un viaje hacia el mañana...
FanfictionDespués de haber luchado contra Maléfica, la pobre de Meido jamás hubiera imaginado que hay cosas peores que el mal, como el lidiar con los buenos que la tachaban de malvada. - necesito un respiro - Acompaña a Meido en UN VIAJE HACIA EL MAÑANA _____...