Descendientes - La respuesta a todo

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-MI CAMINO XIII-





Entonces comprendí, el tipo de princesa que fue Elsa, había vivido una niñez feliz, hasta el momento en que por error le causó un desmayo a su hermana, después de allí se vio confinada en su cuarto, con un destello de soledad y sus poderes cada vez más descontrolandose, sus padres habían causado eso, porque sino pudieron combatir y convivir con su poder porque encerrarla, ¿solo para proteger a su hermana? Me resultaba injusto.

— todo este tiempo estuviste metida en un cuarto —

Masculle con rencor.

— Era por el bien de Ana —respondió, paro un momento y se sentó en el suelo, cuando vio que la nube sola se estaba calmando— Ana era importante, después de la muerte de nuestros padres, me convertí en reina —

Fruncí mi ceño y me arrodillé frente a ella.

— ¿Tus padres murieron? —

— Si, cuando cumplí la mayoría de edad, unos meses antes, me tocó convertirme en reina a tan temprana edad... Sinceramente estaba asustada, no sabía qué hacer, ni siquiera podía controlar mis poderes... —cerró sus ojos y suspiro pesadamente y sin más recitó— lo que hay en ti... No dejes de ver... Buena chica, tú siempre debes ser.... No has.... De abrir.... Tu corazón, un movimiento en falso y lo sabrán —

— Había una vez, una chica, había una vez ella era fuerte, había una vez se convirtió en reina —

Alegue a su lado.

— en la soledad un reino y la reina vive en mí, el viento rugía y hay tormenta en mi interior, una soledad que me agobia... —

Tocó su pecho y con agonía siguió adelante.

— lo que hay en ti no dejes ver, palabra de padre siempre escuche, no has de abrir tu corazón —

Prosiguió caminando.

— Pues ya se abrió... Libre eres, libre eres, no puedes ocultarlo más, libre eres, libre eres, libertad y no hay vuelta atrás —

Acerté, tomando su mano y mirándola frente a frente.

— Firme fui a la luz del sol, gran tormenta fue... Pues el frío era parte también de mi —

Asintió y sonrió reconfortante.

Levante mi cabeza y mire sobre los árboles y todo lo que se alzaba — mirando a la distancia, pequeño todo es y los miedos que me ataban muy lejos los deje —cerré mis ojos y aferre mi agarre al cetro—lejanía me hace bien, ya puedo respirar —suspire y mire hacia adelante— lo sé, a todo renuncié, pero al fin me siento en paz —sonreí débilmente y la mire.

— libre eres, libre eres no puedes ocultarlo más, libre eres, libre eres, tu corazón sin pena esta —tomó mi hombro y sonrió reconfortante— firme así a la luz del sol, gran tormenta habrá —dirigió su mirada hacia el hoyo del huracán— ... Vas a probar que puedes hacer, sin limitar ni proceder —entonces me soltó y camino y entonces ocurrió un desliz de rocas y Elsa con su ceño fruncido y con todo su poder hizo que esto se desviará y cayera al precipicio— ni mal, ni bien, ni obedecer jamás... —entonces extendió su mano e hizo paso para mí— muéstrame que puedes hacer —dijo con una ceja alzada.

— Ni mal, ni bien, ni obedecer jamás —cerré mis ojos y asentí— hacer las cosas bien, a mi manera y decir lo que siento, luchar por lo que quiero, ese quiero que sea mi había una vez... Había una vez una chica que voló a las alturas —otro desliz de rocas fue ocasionado e impuse mi cetro de por medio ocasionando que se activará su poder y destruye las rocas— había una vez un dragón encerrado— un rayo se acercaba y alzando el cetro hice que absorbiera su poder— había una vez esa era yo —mire a Elsa— decían que era mala, decían que era loca y solo era única —alce mis hombres sin importancia y mire a Elsa— soy mala desde la cuna, quería ser como mi madre, quise apoderarme del mundo, pero es hora de quebrar las barreras y demostrar quién realmente soy, libre soy, libre soy, no puedo ocultarlo más, libre soy, libre soy, libertad sin vuelta atrás —

Descendientes: Un viaje hacia el mañana... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora