Descendientes - Confundida entre princesas

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—MI CAMINO XIV—









— Aún debemos hallar la manera de desaparecer eso —

Fue Sofía la que interceptó en el momento de hermanas y con mirada desafiante, estuvo obligada a caminar unos pasos al frente nuestro.

— Si y no creo que el amor sea la respuesta —

Masculle con recelo.

Entonces presentí la mirada de Elsa en mi, con su ceño levemente fruncido se acercó a mí:

— para mí lo fue, el amor era la solución para mí, pero para ti no tiene que ser necesariamente...el amor —

Entonces bajó su mirada y tomó su barbilla entre sus dedos, por un momento pensé que estaba enojada o qué tal vez estaba deteniéndose algo, pero al final tomó por comentario lo siguiente:

— tal vez el amor no sea la respuesta, pero creo saber quiénes podrían saberlo —

Ladee las cabezas esperando respuesta alguna, pero solo sonreía y miraba a Ana.

— las hadas, ¿recuerdas cuando fuimos de excursión? —

— ¡Oh! Hablas de las hadas de la naturaleza—

Exclamó Ana tras de ella.

—  Si, recuerdas a esa... ¿Cómo se llamaba? —

— ¿Fonk? —

Cuestionó Ana tras de Elsa, una vez que ella se giró hacia mí y sonrío de oreja a oreja.

— Es un hada de animales, recuerdo que nos habló de un animal mítico que prevenía las tormentas y tenía el poder para detenerla —

Fruncí mi ceño aún más y aferre mi agarre a mi cetro.

— ¿Hablas de la bestia de nunca jamás? —

Tras de mí fue Sofía quien cuestionó a Elsa, fue entonces cuando la chica de cabello blanco con sus manos señaló a Sofía y asintió repetidas veces con una sonrisa en sus labios.

— ¿La conoces? —

Fue Ana la que entró en la conversación esta vez. Mientras que yo permanecía en silencio, con el ceño fruncido sin saber de lo que hablaban o a lo que se referían. No entendía a qué llegaríamos con esto, suspire pesadamente y me aleje de ellas y sus tontas teorías y mire hacia la colina de esta montaña, tal vez había alguien que manipulaba esto, pero desde aquí no vería nada. Bajé la vista y cerré mis ojos tratando de concentrarme, pero la conversación de las princesas no me dejaban pensar en paz.

Negué con la cabeza lentamente, mientras sentía como la ira subía por mi espalda.

— Chicas, cállense... —

Masculle con odio, pero fue cuando más empezaron a hablar y rieron a más no poder. Fue entonces cuando con un toque al suelo de mi cetro, di un giro y las miré desafiante a las tres, quienes de inmediato en silencio quedaron mirándome perplejas.

— En vez de estar pensando en cómo detener esto, simplemente se limitan a hablar sobre un mítico personaje —

Enojada hice a un lado mi cetro lo cual ocasionó un enorme rayo que se estrelló con un árbol y terminó destruyendo su tronco.

Entonces entendí lo que sucedía, baje la cabeza y sentí la llama en mis ojos, cerrándose con fuerza gire hacia el frente y caminé sin mirar atrás, esta vez sin destruir nada y guardando silencio, no fuera que hiciese un hechizo sin pensarlo y terminaría destruyendo a las chicas.

Descendientes: Un viaje hacia el mañana... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora