Descendientes - Preparativos para el prometido

158 22 8
                                    







—MI CAMINO XXVII—










— subanlo más, debe verse espectacular —

Al final, Nadim decidió llevarnos a donde estaba el Genio, cabía destacar que en ningún lado me encontré a Tristán.

¿dónde estaría?

Aunque, en parte me aliviaba el hecho de no verlo junto a esa princesita. ¿Quién rayos se creía?

— estamos un poco ocupados por la celebración —

— ¿en todos lados hay celebraciones o que? —cuestione fastidiosa.

— bueno, esta celebración es de improviso de la princesa —

Rodee los ojos y bufé exasperada— Ahora todo tiene que ver con alguna princesa —masculle con odio.

— eso es, maravilloso, la princesa estará encantada —era grande, de un color canela, pero parecía muy sonriente, era el Genio, parecía emocionado con lo que estaba haciendo— bueno, es que surgió de imprevisto, por uno de los prometidos de la princesa —Ahora sí tenía la atención del Genio.

— ¿prometido de la princesa? —cuestionó Ryan a mi lado, a lo que Nadim contestó.

— por supuesto, el príncipe Tristán es uno de la lista de la princesa Alia —Tristán...

Creo que fue Justo ese momento donde pare de escucharlos a todos y me concentré más en la situación. Así que, Tristán era el prometido de Alía, por eso quería venir.

Creo que había venido en un mal momento.

Si la situación fuese otra, no hubiera dudado en irme de aquí.

— así que todo debe estar perfecto para esta noche —Genio sonreía con sus manos unidas, pero esta vez si mirada estaba dirigida a nosotros.

— padre, la princesa Meido —fue Nadim quien interceptó, cuando lo menos que quería ahora era seguir charlando con alguien.

— Meido, sí he oído hablar mucho de ti —

Podía notar su sarcasmo en las palabras. Alce una ceja fastidiada.

— Justo como lo dijo la hada madrina, algo temperamental —

Hizo una mueca con sus dedos y sonrió aún más. Desvíe mi mirada sofocada.

— veras que te enseñará muchísimas cosas —Nadim aún seguía emocionado a mi lado.

Suspire pesadamente y miré a Ryan quien solo parecía mirar los detalles de las decoraciones y todo alrededor.

— ¿saben? Me gustaría ayudarles, pero hoy no puedo, mañana estaré con ustedes —

— ¿que? A ver, un segundo —lo detuve con la mano cuando intentó escaparse— Sí vine aquí es para aprender cuanto antes de... —

— Sí, me gustaría escuchar tu historia, princesa, pero hay cosas que tengo que hacer —y sin más sé fue de mi frente.

Se había ido, me había dejado sola, me había dejado con la palabra en la boca. Hice un puño con mi mano y guardé mi enojo.

Descendientes: Un viaje hacia el mañana... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora