Descendientes - La futura Reina

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-MI CAMINO VIII-





— No quiero nada fuera de su lugar, todo tiene que estar exactamente como se había planeado, excepto ese candelabro, no quiero esa miniatura aquí, sáquenlo y traigan el que pedí —

Ordenó la rubia de cabello muy bien cuidado y ojos esmeralda, mientras se cruzaba de brazos y con su vestido salmón miraba que todo estuviera exactamente en orden, miraba como se llevaban el candelabro que tuvo que ser cargado por cinco personas, porque según su majestad era muy "pequeño".

— Amber, Amber —llamo Sofía tomando su falda y corriendo en su dirección— ¿cómo va todo para la fiesta? —

Cuestionó con una sonrisa entusiasta, claramente podías diferenciar quién era el lobo y quien el cordero entre ellas dos. Lo que me llamaba la atención eran el hecho de que tal vez, Amber podría ser malvada con Sofía, por no ser del linaje correcto y ser una intrusa en su castillo, pues respecto a su carácter, podría esperarme algo así de esa rubia.

— ¡Ay Sofía! Justo a tiempo, estoy perdiendo la cordura, nada está saliendo como lo espere, primero las fresas son muy pequeñas y pálidas, segundo el pastel no cumplía con la base de color verde, tercero el candelabro que mande a cambiar, ¿Qué les cuesta seguir instrucciones? —

La chica a punto de darle un pre-infarto tomó un abanico que se hallaba en una mesa a su lado y empezó a agitarlo con rapidez para que pudiera transpirar bien.

— Bueno, Amber si me preguntas... Pues todo esta muy bonito —

Comentó Sofía dándole ánimos.

— Gracias Sofía, pero no creo que eso sea suficiente, todo debe ser perfecto, es nuestro cumpleaños número dieciséis, nuestros padres no están para ayudarnos, así que debe depender por mi cuenta —

— Porque ahora mismo eres la reina, Amber —completó Sofía con una sonrisa.

Amber cerró su abanico y tomó su frente entre sus dedos y sonrió débilmente.

— Siento que esto será difícil —

— No lo creo Amber, habrán bajos, si, pero contigo como reina estoy segura que nunca habrá escasez de nada, ni descontrol —

Comentó una vez más Sofía, dándole ánimos a Amber. La rubia solo se limitó a sonreír para luego dirigir su mirada hacia mí, frunciendo su ceño volvió a abanicarse.

— ¿Qué hace ella aquí? —

Cuestionó con una ceja alzada.

— Oh, será nuestra huésped, Amber, recuerdas que te hable de la princesa Meido —

— La princesa de la isla de los perdidos, si lo sé, he oído mucho de ti y de tu hermana, la reina Mal —

— Has acertado en todo, acaso ¿te asusta ese hecho? —

Involuntariamente camine hacia ella quedando a solo tres pasos de ella, con mis brazos cruzados.

— No del todo, no te tengo miedo si es lo que pensabas, con Sofía he recorrido un mundo de aventuras, no creo que nada me pueda sorprender, no obstante estás en mi reino, esto no es Auradon —divague con mi mirada desde los cuadros hasta lo antiguo y aburrido que se veía este castillo.

— Créeme, lo sé, no han pensado en... No se... Hacerlo más ¿actualizado? —

Alcé una ceja y mire con desinterés a la rubia, que no hacía más que fruncir el ceño y cruzarse de brazos.

— Es nuestra esencia, Encantia no es como los demás reinos, cada uno es diferente y nosotros no somos la excepción —

Aclaró dándole honor a su región y dándose vuelta de manera indignada, bajo su mirada y suspiro pesadamente, restándole importancia y caminó hacia mí.

Estiró su mano y con una sonrisa de lado dijo:

— fue un comienzo interesante, espero pases una estadía placentera en nuestro castillo, le asignaré a uno del personal para que te arregle tu cuarto y puedas estar allí, ¿algo que quieras darle al cuarto? Tal vez algo que no te guste, se lo dices a la persona encargada, por ahora Sofía estará contigo —

En este pequeño lapso Sofía simplemente se dedicaba a mirarnos a lo lejos y oprimir una sonrisa, podría presentir que era por la manera en la que su hermana se comportaba, tratando de mantener su mal genio dentro y ser lo más amable posible.

— Me encargaré de ella, Amber, tranquilla, sigue decorando está quedando precioso —

Dijo una vez Sofía tomando mi espalda y empujándome fuera de allí.

— ¿Siempre es así? —

Cuestione con una ceja alzada.

— No, no siempre, solo cuando hay fiestas, siempre quiere que nuestro castillo sea el tema de que hablar en futuros banquetes de la realeza —

Respondió haciendo un sin importancia con sus hombros y caminando frente a mi.

A las afuera de este castillo el jardín se podía divisar de una manera única y espectacular, tal vez todos las madrugadas llenaban cada flor con rocíos de brillantina para que al día las flores brillarán con sus hermosos colores, tan cálidos, tan llamativos...tan...tan....

Qué dolor de cabeza, tener que ver ese desfile de colores.

— podrás notar que el castillo te será de mucho agrado, hay muchos salones interesantes, uno de instrumentos, otro de actuación, otro de vestidos y un observatorio, me encanta el observatorio, es tan... —suspiro pesadamente intentando buscar la palabra correcta.

— Callado —

Masculle.

Río nerviosamente y caminó unos cuantos pasos tras de mí.

— Se que en algunos momentos, el castillo puede llegar a ser muy escandaloso para tu gusto, así que cuando gustes puedes ir al observatorio, estará a tu disposición —

Bufé vagamente y quise decir algo, pero callé de inmediato en cuanto vi a Sofía rezongar en una esquina de la ventana a mi lado, tal vez, por él sentimiento que estaba atravesando ahora mismo, murmuraba por mi culpa, el hecho de que en todo el trayecto simplemente me portara como una antipática, si lo aceptaba, pero también aceptaba que no era fácil para mí estar en un nuevo lugar, ni siquiera en Auradon me sentía en casa, ahora aquí en Encantia que era tan principesco,al menos en Auradon los villanos estaban empezando a formar parte, pero aquí no había ninguno y si aparecía uno con un gran rango era enviado de inmediato con agentes de Auradon para ser metidos en la isla de los perdidos.

— So... —quise intentar entablar una conversación con ella, pero de un momento a otro unos ladridos se entornan en mi radar obligándome a hacer un efecto involuntario, apareciendo mi cetro blanco y apuntando sin pensar lo que vendría.

Fue entonces cuando a unos cuantos metros un perro de enromes orejas y con gran tamaño, corría a gran velocidad detrás de un cuervo negro, quien llevaba una especie de hueso perruno en su... Pico y tras de ellos un joven rubio quien gritaba a todo dar el nombre del perro... Tal vez o el cuervo, no tenía idea, pero tenía cierto parecido con la joven Amber, solo que este tenía un Aura de... Brutalidad... Por así decirlo.

Descendientes: Un viaje hacia el mañana... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora