-MI CAMINO XXIV-— ¿Por qué esa cara, Meido? —la pregunta de Tristán la sentí como si me estuviera tomando por tonta.
Fruncí mi ceño e inquieta toque el suelo con mi pies una y otra vez.
— Es un caballo —respondí simplemente.
— ¿de verdad? No me digas —la respuesta de Ryan me la esperaba por completo, pero me sacó de quicio de inmediato.
— Te convertiré en cenizas —gruñí con odio.
— Vamos chicos no discutan, estaremos en este viaje juntos —algo de lo cual no estaba del todo de acuerdo.
— por su cuenta —masculle por lo bajo.
— además, el caballo nos servirá mejor que una moto para el lugar a donde vamos —agregó Tristan con normalidad. Fruncí mi ceño y desvié mi mirada.
Aún así, había venido en moto, no podía dejarla tirada simplemente, era de Ben.
— Gracias Sofia, por los caballos —
— No hay de que, con cuidado chicos —finalmente Sofía nos despidió definitivamente y mientras Tristán y Ryan iban encima de sus respectivos caballos, yo los veía alejarse, pensaba darle ventajas a esos dos.
— con cuidado, Meido —gire mi rostro hacia ella y asentí, sentía que debía decirle algo, pero aún así no estaba segura, decirle que me la había pasado bien en este lugar, al menos con ella, no era buena idea, no sonaba a algo que dijera yo.
Así que simplemente asentí en forma de despedida y poniéndome el casco, arranque tras Tristán y Ryan.
El camino que me deparaba seguramente era muy largo. Pero aún así, debía llegar con el genio, no podía dejar de pensar en lo terrible que sería, el no poder controlar mis poderes y esta magia que Maléfica había dejado.
Pero, a este paso, les aseguro que jamás llegaría.
— eso es bonito, come pasto —las palabras de Ryan me provocaban tanto enojo, que simplemente lo suprimia.
No habían pasado siquiera veinte minutos de haber salido de Encantia cuando los caballos ya se habían cansado y Tristán decidió ponerlos a descansar.
Y yo tenía que esperarlos a que terminaran de comer.
Esto era inaceptable.
— aprovechemos y comamos nosotros también —alentó Tristan sacando del lateral de su caballo una canasta que desconocía— Sofía me dio comida al salir —sonrió a gusto.
Fue entonces cuando Tristan y Ryan se sentaron a comer, yo me limité a quedarme sentada sobre mi moto, esperando a que estos se dignaron a terminar. Pero fue Tristán quien de inmediato se levantó del suelo con un plato de comida para mi.
— no tengo hambre —dije antes que llegara a mi, pero ignoró mi comentario y se acercó con el plato en manos
— debes comer —
— no, no debo comer, suficiente con lo que comí en el palacio —
— no tendrás energías en todo el camino —
Fruncí mi ceño y miré el plato; sabía que no desistiría, era Tristán. Rodeé los ojos y le limite a tomar una sola porción de alimento que encontré en el plato y me lo comí.
— ¿satisfecho? —con la boca llena le sonreí.
— aún tienes que comer más —
Este chico no desistirá para nada.
Y era loco pensar que hace un año atrás, Tristán y yo éramos desconocidos y que sino hubiera sido por la reunión de Ben en Auradon para ser parte de su nuevo programa, posiblemente no estuviéramos aquí, ni Ryan, ni yo y aún estuviera encerrada en ese contenedor gigante, que ahora que lo pensaba, de hecho eso era una refrigeradora.
— tienes que ir a Auradon, conseguir la varita y vengarte de Mal —
— ¿Dónde está mi querida hermana y Maléfica?—
Cuestione con una ceja alzada.
— tu madre fue convertida en lagartija y llevada a un calabozo —
— ¡oye! Eso no lo sabemos —
Atacó Reina.
Desde entonces me había dispuesto a vengarme de Mal por lo que me habían hecho, pero ella había cambiado y había decidido confiar en mí.
—Ben debes seguir con la presentación aún te falta uno—
detrás de mí se oyó un susurro por lo que inertemente solté las manos de Ben y desvíe mi mirada.
—Por supuesto... Y por último del país de las maravillas el príncipe Tristán, hijo de la Reina Blanca— los aplausos se oyeron e inertemente mi cabeza dio un giro chocando con unos ojos tormentosos vestido de blanco, mis ojos se salieron de órbita y mi mirada solo se postró en él.
—Tristán es un placer tenerte aquí, ¡por primera vez vemos al hijo de la Reina Blanca señores!— nuevamente los aplausos se oyeron y fueron demasiado incesantes.
Aquel chico sin duda era algo peculiar, causaba algo en mi muy diferente, parecía acelerar mi corazón como si yo tuviese miedo, me daba un mini—ataque cardiaco.
Cuando llegó a Encantia también me había causado la misma sensación. Tenía esa mala costumbre de ponerme así de nerviosa.
Volvimos al camino al cabo de una media hora, ambos llenos, felices y con sus respectivos caballos, pero aún así no podíamos controlar el tiempo y el sol ya se estaba ocultando. De aquí a unas horas deberíamos encontrar un lugar donde hospedarnos y pasar la noche.
— ¿te has asustado? — río a más no poder— ha sido gracioso, tu rostro fue como que, oh no!— río aún más y negó con la cabeza.
Bufé fastidiada y rechine mis dientes.
—¿acaso te burlas de mí?—
—pues...¡Si!— parecía que el humo de la risa la hubiera invadido, reía hasta más no poder.
— ¡Esto es suficiente...!— esto era el colmo me creía un payaso, mis botines resonaron por todo el piso, solo era capaz de sentir el césped y la ira que mantenía acumulada.
Noche decadente, oscuridad continúa que tú voz y tu risa se esfumen...
— ¿qué haces? —
Volví a la realidad, mi respiración estaba entrecortada sentía mis ojos arder, mis manos estaban hechas puño y aún costado de mi vista se hallaba el hijo de la Reina Blanca, Tristán.
—no te importa— gruñí a regañadientes.
— haces el ridícula —confesó con sus manos en los bolsillos y su mirada seria— ¿quieres que te tengan miedo? —
—no necesito nada para que las personas me tengan miedo— confesé con odio.
Debía confesar que sino hubiera sido por Tristan, seguramente sería, la hija del sombrerero loco hubiera quedado muda.
Pero, suponía que en algo tenía razón Tristan -se veía tan bien en ese caballo, con el ocaso a su lado- y es que, él siempre estaría cuando yo lo necesitara.
¿Sería Tristán mi príncipe azul?
¿Los villanos tenían de esos?
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Descendientes: Un viaje hacia el mañana...
FanficDespués de haber luchado contra Maléfica, la pobre de Meido jamás hubiera imaginado que hay cosas peores que el mal, como el lidiar con los buenos que la tachaban de malvada. - necesito un respiro - Acompaña a Meido en UN VIAJE HACIA EL MAÑANA _____...