Descendientes - El portal de regreso

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-MI CAMINO LXII-

















Y tal como lo digo Andy, nos embarcamos en el camino que nos llevaría al portal, Diaval, Aldhair y yo. Fue allí donde descubrí que realmente estaba ansioso por lo que sucedería, pues el corazón de Aldhair latía a más no poder, podía escucharlo casi galopar a mi lado a medida que caminábamos.

Aún así no me quitaba de la cabeza todo lo que estaba pasando en Auradon, ¿donde se supone que estaba Mal? ¿Donde se supone que estaba Ben?

El Hada Madrina estaba convertida en piedra y los antiguos reyes de Auradon también, todo se había vuelto un desastre.

— Mi ama ¿Acaso le perturba lo qué pasa en su reino? —fue entonces cuando Diaval llamó mi atención.

Debía admitir que eso de "ama" no sonaba nada mal, pero tampoco me gustaba del todo, aún así no tenía tiempo para decirle a Diaval que hacer o que no, por otra parte él había acertado en mi punto de preocupación.

Solo fui capaz de mantener mi mirada al frente y asentir a lo que decía Diaval alado mío, guiando a Aldhair al otro, aún así podía sentir su aura muy inquieta, estaba nervioso el hombre.

— ¿son importantes para usted? —bufé y parpadeé una cuántas veces.

El hecho de que Diaval se preocupara era tiento, en cierta forma, pero no era el momento para decir cosas tan... Aunque tampoco conocía mi historia.

— Es mi hermana, la reina del lugar de donde vengo, Auradon —aclare— es la que está desaparecida, Mal, ella... —reprimí un quejido— pensé que estaría bien —sí tan solo hubiera estado allí— pero ahora no aparece y su esposo, es un chico encantador, es el rey, hijo de una bestia, pero... tampoco está —bufé nuevamente y parpadeé unas cuantas veces— no sabía que todo eso había sucedido, pensé que Mal podría hacer eso, pero ahora me doy cuenta que no —masculle con odio.

Porque se supone que debíamos estar juntas, pero la única razón por la que hice este viaje sola, fue porque Mal había salido por cuestiones del reino, también Ben, pero ahora era todo diferente y el Hada Madrina, me mintió y me envió a otro lugar para mantenerme alejada.

— en cierto modo entiendo al hada madrina —masculle con pesadez— enviarme lejos fue una buena idea —todas la veces— porque cuando me transformaba, todo era destrucción y acababa con lo que fuera, tal vez por eso me alejo de Auradon frente a la amenaza —reconocí.

Aún así no me dejo a la intemperie y me dio una mapa para ir a los lugares donde podría aprender, era decisión mía si seguir adelante si o no, aunque muchas veces me encontraba en indecisiones al final habían personas que me ayudaban a seguir adelante, Sofía, Elsa en Encantia, luego apareció Tristán y después Ryan, entonces El Genio y Nadim en Arabia y podría decir que al final la Sultana Jazmín.

Ahora podía controlar mi poder, podía hacerlo, pues gracias a este viaje fue posible.

— ¿mi señora? —Diaval volvió a hablarme.

Atendí a su llamado— Dime —

— me gustaría conocer a su familia —parecía de golpe en cuanto escuche ello, Diaval me sonreía tan tierno y brillante como siempre, como la primera vez que nos conocimos.

— Diaval —masculle. Porque la verdad no sabía que habría pasado con ellos, pero el hecho de que Diaval dijera eso, me daba esperanzas de que estuvieran bien, de verdad que si.

Lleno escapar una risa verdadera y entonces extendió su mano hacia mi— hagamos esto juntos —

¿Juntos?

Su mano aún seguía extendida hacia mi, pero era extraño porque de alguna manera si tenía ganas de tomar su mano, como si fuera una conexión necesaria para mi, con él.

Sonreí de lado y fruncí mi ceño, asintiendo seguí mi camino junto a Diaval.

Aún entre tantos arboles, el cielo azul del país de las maravillas era muy singular, pues sus nubes formaban extrañas formas o tal vez sería mi imaginación, los arboles eran enormes.

— es allí —el camino parecía finalmente guiarnos a un árbol hueco, donde Aldhair ahogo un suspiro y pronto lo miro sin creer.

— ¿Es por donde viniste? —cuestione.

Pero fruncio y bajo su mirada, no respondio.

Bufe y me acerque y volví a preguntar: ¿Es por donde viniste? —cuestione una vez mas frente a él.

Parecia indeciso y algo me decía que estaba dudando de lo que estaba pensando, podia ver como sus dedos se movían de un lado a otro.

— yo... —mascullo débilmente.

— ¿Por qué dudas? —cuestione con una ceja alzada.

Entonces alzó su mirada. Persuadi su alma en pena, sus lamentos en silencio, estaba asustado.

— ¿Dices que tal vez ellos no te recuerden? —

Bufo— ¿Sabes cuanto tiempo he estado aquí —

— años —masculle.

— ¿Qué quita que ella no haya conseguido a alguien más, que mi bebita ya no sea tan pequeña, que ya no me recuerden —bajo su mirada— que ya nada sea igual —musito.

Y por ese instante, esos momentos, lo que el hechicero me decía sonaba tan familiar. Porque yo después de destruir a Maléfica tenia miedo de lo que sucediera después, porque aún me sentía malvada, porque tal vez no sería o no podria ser lo que ellos querían que fuera.

— sabes —pero Ben— una vez, un buen amigo me dijo —cuando estaba asustada— que nosotros somos dueños de nuestro propio destino —era cierto— te diré algo, puede que el tiempo allá sea muy diferente al de acá, puede que haya transcurrido el mismo tiempo, puede que tu familia haya crecido, como puede que aún sigan igual, pero jamás lo sabrás si te quedas aquí, porque ese es tu mundo —

— pero, he cometido tantos crímenes —

Baje mi mirada— es cierto —porque yo también los había cometido— pero, ellos allá no lo saben —esa era su salvación, nadie jamás sabría nada de acá— lo mejor es que puedes seguir siendo el hombre que eras o el hombre con experiencia en quien te has.convertido —por un momento sentí a Ben conmigo— porque nadie viaja de un mundo a otro, todos los días —aposte con una sonrisa.

Asintio frente a todo ello.

— ¿Lo haras? —cuestione.

Asintio con su ceño fruncido.

— bien —dije apenas en un suspiro.

Mi camino se hizo frente al árbol y dando unos cuantos pasos, me acerque a el árbol hueco.

No sé que pasaría pero, haría lo posible por llevarlo con su familia.

— pero incluso en lo más malvado hay una pizca de bondad —

— pizca de bondad —repetí para mí.

Descendientes: Un viaje hacia el mañana... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora