57. Vuelta a casa

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Continuaron su viaje. Fuu no le habló a nadie sobre su "conversación nocturna" con Chōmei. Siguieron caminando varios días mientras entrenaban hasta que llegaron a un pueblo donde les esperaban dos ninjas con una bandana de la cascada.
-¿Usted es el señor Jiraiya? Nos han mandado aquí para que les acompañemos hasta la villa. Acompáñennos, por favor.
-Claro.
El grupo siguió al dúo de ninjas por el camino hasta que se detuvieron en un punto.
-A partir de aquí, debemos vendarles los ojos.
Naruto se extrañó.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Es algo rutinario. Son por motivos de seguridad.
Jiraiya puso una mano en su hombro.
-Tranquilo, Naruto. Yo ya lo sabía. Sólo aguanta hasta que lleguemos.
Entonces, les pusieron una venda en los ojos a los cuatro y les indicaron el el camino. Tras diez minutos caminando, les dijeron que se detuvieran.
-Ya podéis quitaros las vendas.
Cuando se destaparon los ojos, un gran paisaje les dió la bienvenida.

Un árbol gigantesco estaba en medio de un lago enorme y estaba conectado por puentes a los edificios construidos alrededor

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Un árbol gigantesco estaba en medio de un lago enorme y estaba conectado por puentes a los edificios construidos alrededor.
-Increíble...
-Acompañadnos, por favor. El señor Shibuki os espera.
Fuu estaba muy nerviosa por reencontrarse con él.
Sus dos guías les acompañaron hasta un edificio más grande que el resto.
-Os dejamos aquí, nuestro jefe está dentro.
Los ninjas desaparecieron en una cortina de humo. Los cuatro abrieron la puerta y les recibió una joven mujer que parecía la secretaria.
-Muy buenas, el señor Shibuki está por aquí.
La chica los guió hasta un despacho modesto. En el centro, sentado en um cojín en el suelo, estaba Shibuki. Fuu saltó para abrazarle al cuello.
-¡Shibuki!
Él la abrazó con una mano.
-Me alegro de verte, Fuu. ¿Cómo has estado?
Entonces se fijó en sus acompañantes. Se levantó con Fuu aún a cuestas y le tendió la mano a Jiraiya.
-He recibido la carta de la Hokage. Usted debe de ser su maestro. Gracias por cuidar de ella.
Jiraiya le devolvió el gesto.
-No ha sido ningún problema.
Entonces, el Sannin de pelo blanco se giró hacia el resto.
-Chicos, ¿podéis salir fuera? Tengo que hablar con el señor Shibuki.
Él levantó a Fuu y la puso en el suelo.
-Ve tu también, Fuu.
-¡Pero yo quiero quedarme aquí contigo!
-No te preocupes, luego hablaremos, ¿de acuerdo?
-Vale...
Ellos tres se fueron para ver la villa mientras Jiraiya se quedaba con él.
-Te tiene mucho cariño.
-He sido su única familia desde que mis tios, osea, sus padres, murieron cuando ella tenía tres años.
-¿Sois primos?
-Si. Al principio, el Nanabi iba a ser sellado dentro de mí, pero no heredé la cantidad de chakra de mi madre. Por ese motivo lo sellaron dentro de ella. Aunque mucha gente desconoce que estamos emparentados.
-¿Puede hablarme más de los Hanari?
-Es un clan que está disperso por todo el sur. Mi madre y su hermano eran los únicos de la villa. Tienen una cantidad monstruosa de chakra, y suelen tener más habilidad para usar la manipulación de la Naturaleza, cosa que sí heredé. Otra cosa importante es que pueden hacer contratos de sangre exclusivos de los Hanari para invocar animales.
-Entiendo...
-La Hokage no me ha dicho el motivo de su visita. ¿Puedo saber cuál es?
-Bueno, uno de ellos era para alegrar a Fuu, y el otro...
Jiraiya se aclaró la garganta.
-Necesito la llave del sello de las diez cadenas.
-¿Para qué la quiere?
-Planeo enseñar a Fuu a controlar el poder del Nanabi, y para ello necesito usar la llave para debilitar ligeramente el sello.
-Comprendo... Te daré el rollo que contiene lo que necesitas, pero ha de prometerme una cosa.
-¿De qué se trata?
-Que no le pasará nada a Fuu. Vi con mis propios ojos lo que ocurrió la última vez que alguien intentaba controlar a la bestia de siete colas.
-Le juro que no ocurrirá nada.
Shibuki asintió y se dirigio hacia un mueble con muchos cajones. Hizo un sello y puso su mano en la madera, la el cual se abrió. Sacó un rollo con un dibujo de escarabajo. Entonces, abrió otro cajón y cogió otro que tenía escrito los kanjis 契約, "contrato". Él Volvió hasta Jiraiya y se los dió.
-El primero es el del sello. El segundo es uno de los rollos de contrato de animales. Dependiendo de la persona, aparecerá una u otra especie. Mi madre podía invocar halcones.
-Se lo daré a Fuu.
-¿Puede decirle que entre? Quiero hablar con ella.
-Claro.
Jiraiya salió del edificio.
-Fuu, Shibuki quiere verte.
-¡Vale!
Segundos después, entró ella.
-Siento haberte echado, Fuu, pero teníamos que tratar con algo importante.
-No pasa nada.
-¿Y bien, qué te cuentas?
Entonces, recuperó su entusiasmo.
-¡Me han pasado muchas cosas que tengo que decirte!
******
Tras oír toda la narración de su prima, Shibuki estaba alegre de que estuviera feliz.
-Me alegro por ti, primita. Pero hay algo que quería comentarte...
-¿Qué es?
-Se trata del programa de intercambio. He acordado con la nueva Hokage cambiar el acuerdo.
-¿?
-Ahora puedes elegir entre seguir en la Hoja, o volver a vivir aquí.
Fuu no sabía que decir.

El escarabajo de la Villa de la HojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora