50. Kabutomushi

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Cuando Fuu siguió al vendedor, se encontró con un largo pasillo lleno de estantes con katanas en ellos.
-Guau...
-No te sorprendas por la cantidad. Muchas de estas son adquisiciones mías que utilizaba para estudiar los estilos de otros fabricantes.
-¿Estudias al resto de forjadores?
-Ya no. Hace años que no hago armas, se las dejo a mi hija.
-No necesito nada exagerado, quiero aprender a usar una katana.
El hombre mayor sacudió la cabeza.
-Usar una katana y practicar el arte de la espada son dos cosas muy distintas. Eres muy jóven para comprenderlo.
Cuando giraron una esquina, se encontraron de bruces con una mujer de unos veinte-veintitantos años.
-¡Ah! Qué susto me has dado, papá. ¿Qué haces?
-Le estoy buscando un arma apropiada a la joven.
Señaló sin ganas a Fuu.
-¿Siempre tienes que comportarte así con los clientes?
-Lo mío no es atender la tienda y lo sabes.
La chica suspiró.
-Anda, ve a ayudar a Oroi, yo me ocupo de los clientes.
Entonces se acercó a Fuu.
-¿Puedes volver en un rato? Tenemos mucho desorden ahora mismo, pero en una hora tendremos una katana lista para ti, ¿de acuerdo?
-Vale...
******
Cuando salió de la tienda, Naruto y Jiraiya seguía fuera.
-¿Y bien?
-Me han dicho que vuelva en una hora, que tendrán lista una katana.
-¿Y dónde está la tuya?
-Rota. Al parecer, estaba a punto de partirse.
Jiraiya arqueó una ceja con ese comentario, pero no dijo nada.
Poco después de irse Fuu, entraron dos ninjas a la tienda.
-¡Bienvenidos! ¿Buscan algún arma en particular?
-No buscamos armas, pero a lo mejor sí nos puedes ayudar. Buscamos a Hashiro Takera.
******
Cuando pasó una hora, Fuu volvió, pero se encontró con la tienda hecha un desastre.
-¿Qué ha pasado aquí?
-¡Atrás!
El hombre apareció con una katana en ristre. Estaba lleno de golpes y cortes, y le salía un hilo de sangre por la boca.
-¿¡Se encuentra bien!?
-No... Se han llevado a mi hija y a mi yerno...
-¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?
-Creía que me había escondido bien, pero han descubierto donde vivo, y ahora mi hija y su marido van a pagar por mis errores... Tengo que hacerles katanas, o si no, los matarán...
-¿¡A dónde se los han llevado!?
-¡No pensarás ir! ¡Es un suicidio!
-Si no se hace algo, será peor! ¡No hay garantía de que los suelten cuando les dé las armas! ¡Tiene que decirme a dónde se han ido!
-Están en una cueva a las afueras. La usan como base.
-¡Entendido! ¡Volveré con ellos!
******
Mientras iba a toda prisa, Fuu escuchó una voz.
¿En serio vas a ir? ¿Por qué? No les debes nada.
-No puedo quedarme de brazos cruzados en esta situación. Tengo que hacer algo.
-Eres demasiado ingenua, niña. Tienes tanta inocencia y buenas intenciones que me dan ganas de vomitar arcoiris.
-Me da igual lo que digas, voy a salvarles.
Lo que quieras, pero si te hieren, no quiero saber nada.
Cuando vió la cueva, se fijó en que había un ninja montando guardia.
"¿Cómo puedo distraerle?"
Entonces, se fijó en algo rojo que colgaba de los árboles. Eran manzanas.
-Mmm...
******
El guardia vigilaba sin mucho interés, cuando una manzana le golpeó oa cabeza y cayó al suelo. La recogió y miró arriba justo para ver una silueta que le tiró al suelo y le paralizó con un golpe. Entonces, Fuu le ató fuertemente colgando de los árboles de manera que no pudiera soltarse, y se transformó en él. Otro ninja apareció por la cueva poco después.
-¡Gizô! ¡Cambio de guardia!
-Entendido...
Entonces, Fuu entró en la cueva iluminada con faroles haciéndose pasar por el otro.
Cuando llegó al fondo, se encontró con otros dos ninjas y la mujer de antes y un hombre de pelo castaño amordazados.
-¿...e que cumplirá el trato?
-Más le vale. Eh, Gizô, ¿alguien a la vista?
-No, sólo hay manzanos para aburrir.
El otro ninja se encogió de hombros.
-Al menos podemos comérnoslas. Ten, toma una.
Le pasó una manzana roja que ella cogió al vuelo. Entonces, cogió impulso y le estampó la fruta en la cara lanzándosela. Paralizó al otro ninja mientras estaba desprevenido. Cuando el primero se quitó la manzana de la cara, recibió un Rasengan en el estómago que le lanzó contra la pared y le dejó inconsciente. Comenzó a desatar a los rehenes y les quitó la mordaza de la boca.
-¿Quién eres?
Entonces, ella se destransformó y le sonrió.
-Vaya servicio al cliente. Creo que voy a reclamar a la tienda.
Con la cuerda sobrante, ató a los dos ninjas que estaban en el suelo.
Ella les hizo un gesto de silencio.
Cuando comenzaron a salir sigilosamente, Fuu hizo los sellos del Dragón de Agua y lo lanzó contra el guardia, noqueándole por el golpe. Cuando volvieron al pueblo, Fuu habló con Jiraiya y logró contactar con algunos ninjas de la Hoja para que vinieran y se los llevaran. Mientras tanto, serían vigilados por el ermitaño.
Cuando volvieron los tres a la tienda, el padre abrazó a su hija y a su yerno. Entonces se dirigió a Fuu.
-Te doy las gracias con todo mi ser. Has salvado a mi familia. ¿Qué quieres a cambio?
Fuu negó con la cabeza.
-No lo he hecho por eso. Sólo quería ayudar.
El hombre se quedó pensando.
-Aún así, quiero darte algo para compensarte. ¿Cuánto tiempo estarás aquí?
-No lo sé. Tendría que preguntárselo al ermi... a mi maestro.
-Vuelve dentro de cuatro días, tendré algo especial para ti.
Fuu arqueó una ceja. La hija le sonrió.
-No te preocupes, esta vez, no irá con rescate incluido.
******
Fuu convenció a Jiraiya de que se quedaran cuatro días, en los cuales, estuvo entrenándolos a ella y a Naruto.
Cuando volvió a la tienda, todo estaba recogido. El padre estaba en el mostrador con un pañuelo grande tapando algo.
-Deja que me presente. Mi nombre es Hashiro Takera, soy un antiguo fabricante de espadas.
-¿Usted es Takera?
-¿Has oído hablar de mí?
-A mi maestro.
Hashiro asintió.
-Eso acelerará las cosas. Dejé de fabricar espadas tras la tercera gran guerra ninja, hace más de trece años. Esta es mi nueva obra. A diferencia del resto de katanas que he hecho, esta ha sido fabricada con la idea de proteger a las personas, no para acabar con la vida de los inocentes.
Entonces, quitó el pañuelo. Había una katana con un filo de ochenta centímetros de longitud. La hoja tenía un tono azul plata.
-Increíble...
-Es la contraparte de la espada Kusanagi, otra de mis obras. La Kusanagi se creó para destruir, pero esta sirve para proteger. Es más resistente que su hermana, y tiene poderes especiales únicos.
-¿Cuáles son?
-Su filo puede cambiar de forma dependiendo de la situación. El resto de habilidades deberás descubrirlos por ti misma, pero te diré que la he bautizado así por el aspecto de sus filos. Me recuerdan a los cuernos de los escarabajos machos.
-¿Cómo se llama?
-Kabutomushi, "Escarabajo Rinoceronte".
Cuando Fuu sostuvo la katana, el filo brilló ligeramente y aparecieron dos filos en su lugar, uno a cada lado de la espada.
-¿Cómo...?
-Esta forma es la del escarabajo japonés, que tiene dos astas en el cuerno. Deberás descubrir todas sus formas y aprender a utilizarlas según la situación.
La katana volvió a su estado original y ella enfundó la espada.
-¿Por qué me ha hecho una espada tan especial? Sólo soy una niña que pasaba por aquí.
Takera negó con la cabeza.
-Tienes un gran corazón, y aunque la gente diga que es tu debilidad, puede ser uno de tus puntos fuertes. Pero prométeme que la utilizarás sólo para defender a los inocentes y a la gente aue te importa.
-Tampoco quiero matar a nadie...
-A veces, para proteger, la gente hace daño a otros. Queblo hagas o no depende de ti.

El escarabajo de la Villa de la HojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora