I dreamed a dream

Mientes

¡50 capítulos! Muchas gracias por el apoyo y la paciencia.
 Nunca pensé que esta historia llegaría a ser tan larga. 

Por alguna razón, no le había dicho nada a Magnus sobre nuestro encuentro con Jace. Ni siquiera le había hablado jamás del rubio. Sin embargo, desde ese encuentro, ambos hemos vuelto a vernos. Incluso con el paso de las semanas conocí al hijo de Jace, Ethan y también a Simon, su pareja. 

Rafa y Ethan conectaron al instante, pese a ser el rubio algo mas mayor, se lleva incluso mejor que con el clan Lenser, así que poco me  importó mezclar nuestros paseos con los de los Herondale. 

La llegada del octavo mes de embarazo coincide con el inicio del verano y aunque salir a la calle es sofocante y termino agotado, Rafa parece volverse loco cuando nos quedamos solos en casa. No es fácil mantener entretenido a un niño de diecisiete meses que parece mas un salvaje que un bebé. Si por él fuese, viviríamos en una cueva o un bosque. Le encanta el aire libre. 

Últimamente Magnus sale a menudo, sobretodo durante las mañanas, aunque a veces come fuera e incluso llega cuando ambos estamos dormidos. En ocasiones lo siento al entrar en la cama, pero otras sólo me doy cuenta que ha dormido a mi lado cuando despierto por la mañana y lo veo ahí. Está siendo muy diferente en este embarazo. Durante el de Rafa no podía quitármelo de encima, siempre pendiente, pero en este está casi ausente. Sentiría una punzada de abandono si no fuese porque Rafa me ocupa tanto tiempo que no puedo ni pensar en ello. Sin embargo, cuando está conmigo es el mismo Magnus de siempre; cariñoso, atento y amable.

Un mensaje suena entonces en mi teléfono y lo alzo para mirar la pantalla. Magnus lo consiguió para mi cuando supo que Rafa y yo salíamos a pasear. No me atreveré a salir sólo, pero con Rafa y la gran tripa que cargo, sería un delito que cualquier amo intentase siquiera tocarme. Me siento seguro con mis niños. 

Lo siento, Alec. Tenemos que cancelar la cita de hoy, Ethan ha comido algo que le ha sentado mal.Nos vemos pronto.

Suspiro y observo a Rafa hacer volteretas sobre el sofá después de haber tirado todos los cojines al otro lado del salón. Tiene demasiada energía. -Esta bien, amiguito... ¿Qué te parece si vamos a por algo de comer y sorprendemos a papá en el trabajo? - Magnus ha dicho esta mañana que tenía mucho que hacer y no podría venir a casa... así que quizá se alegre de poder pasar su descanso con nosotros. 

He estado en sus oficinas pocas veces, pero por suerte mi sentido de la orientación es bastante bueno. 

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 Paso una vez mas las manos por mi pelo, enredando los dedos en los mechones mas largos, tirando de ellos. La punzada de dolor me ayuda a aclarar mi mente y me destensa, haciéndome soltar un suspiro agotado antes de devolver mi vista a los papeles que tengo frente a mi. 

Conseguir la libertad de Alec de forma legal no está siendo nada fácil, pero no pienso rendirme. Así me lleve años. Quiero que cuando nazca Max, Alexander sea un hombre libre. Quiero poder casarme con él, ser una pareja real, no un amo y un esclavo.

Llevo meses peleando con leyes, decretos, estatutos... Menos mal que tengo a Ragnor. Bendito el día en que decidió estudiar abogacía. Se que le voy a deber una muy grande por todo el tiempo que está invirtiendo en nuestro caso. Normalmente trabaja como abogado para mi empresa, pero apenas son unas horas a la semana, lo que le permite trabajar con varias empresas mas. Sin embargo, estos últimos meses le estoy exigiendo demasiado, creo que si no se queja es porque ve el empeño que yo mismo le pongo a estudiar una salida entre tanta estricta ley.