Cuando el amor se convierte en odio

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Descubrimos, juntos, que los cojines en el alféizar de la ventana son mas cómodos de lo que en un principio cabía esperar. Cómo lo descubrimos... bueno, quizá los ensayos en la sala de música sean mas cortos de lo que acostumbraban a ser antes.

-Blaine... tienes la prueba en tres semanas... -aunque no me quejo, sus besos en mi cuello, ya de por si marcado de otras sesiones, consiguen ponerme la piel de gallina. 

-Exacto... tres semanas. Eso es muuucho tiempo. -Sonríe como aquel que se sabe triunfante y me encojo de hombros, atacando de nuevo sus labios. -Es tu prueba, no la mía. 

La academia de artes escénicas a la que Blaine había deseado acudir desde niño ha convocado de nuevo audiciones. Según me ha contado, antes entraban menos de un 7% de los que se presentaban a examen. Ahora todavía son mas exigentes, así que las probabilidades de éxito son casi nulas y Blaine lo sabe... pero aún así confía en entrar. Y yo se que lo hará, es terriblemente talentoso. Cuando alguien tiene un sueño y lo persigue con esa intensidad... Juilliard, prepárate para recibir a Blaine Anderson.

Siento sus manos colarse bajo mi camiseta y aunque me estremezco, permito que siga adelante. No es como si no lo desease, mi miembro lleva ya un rato presionando con fuerza mis pantalones, rozándose accidentalmente a veces con el de Blaine cuando se mueve sobre mi. Sus manos arrastran la prenda hacia arriba y trago duro antes de levantar los brazos permitiendo que se deshaga de ella. No ha hecho mas que caer al suelo cuando la puerta se abre de golpe.

-¡Eh Blaine, ¿sabes qué....? Ow... Joder, ¿no tenéis una habitación? - El enfado y el desagrado están presentes en la voz de Cooper antes de que se de media vuelta y salga por donde ha venido, dando un portazo al salir. Suspiro con Blaine ya levantado y alcanzo mi camiseta, poniéndomela de nuevo. 

-Iré a hablar con él. No puede seguir comportándose así. - Me da un beso rápido y sonrío observándole. - ¿Nos vemos luego en la habitación y seguimos por donde lo habíamos dejado? -Asiento dándole otro beso. -Ve, antes de que desaparezca otra vez.

Desde que Blaine ha pasado a ser mi dueño, Cooper está de lo mas extraño. Al principio pensábamos que cuando desaparecía era por la empresa, el señor Anderson fue muy claro en su nueva obligación para con la multinacional y su necesidad de centrarse en el trabajo.. pero mas tarde, cuando las desapariciones empezaron a suceder a altas horas de la noche ya no cabía esa posibilidad. 

Luego está su cambio de actitud. Antes era un tipo alegre, cariñoso en su justa medida y bromista a mas no poder, pero ahora está casi siempre malhumorado y es fácil que acabe pagandolo con Blaine. Según el mas joven de los hermanos, esta clase de actitud es normal en él, a veces. Sobretodo cuando se frustra por algo... pero desde luego a mi no me parece ni normal, ni justo. 

Cuando Blaine entra en la habitación horas mas tarde su única opción es ir directamente a la ducha. Está calado en sudor de pies a cabeza. -¿Has estado boxeando?¿Tan mal ha ido con Cooper? -Normalmente Blaine es el chico mas calmado que he conocido jamás, pero eso no significa que no pierda los nervios, simplemente sabe controlarlos y dejarlos salir de la forma adecuada. Si tiene mucha tensión, boxea. Si por el contrario está pensando demasiado, la sala de música es su salida. Una vez se ha centrado y desahogado, entonces es cuando habla.

Lo sigo hasta el cuarto de baño, quedandome apoyado en la pared por la parte de fuera. -¿Está celoso? - No es que no lo haya pensado. No me parecería muy lógico si fuese un mundo libre, pero siendo yo una propiedad que además antes ha sido de él, no me extrañaría que Cooper se estuviese sintiendo así hacia su hermano. 

-No te burles de él. -Alzo las cejas, cruzándome de brazos aún de espaldas a él, sabiendo que le cohíbe la idea de que lo vea desnudo. - ¡No lo hago! Realmente me preocupa que lo pueda estar pasando mal. Es tu hermano, y mi amigo también. - Blaine sale de la ducha con una toalla en la cintura, usando otra para secar sus rizos rebeldes y oscuros. -Entonces supongo que sí, el problema es que está celoso. Me ha dicho que por las noches va a algunos clubs... donde algunos hombres disfrutan de...ya sabes, relaciones esporádicas. Ya lo había hecho antes, pero no de forma tan continuada. 

Pongo una mueca al oírlo, sentándome en el borde de la cama mientras lo observo elegir su ropa en el armario. -Supongo que es mi culpa... no le dije nunca que no. Debería haber echado el freno alguna vez... -Tampoco es como si pudiera, no es que nadie me obligue a nada aquí, pero hay ciertas obligaciones que se entienden sin lugar de mencionarlas. Como que Blaine es mi dueño, y si exige algo tendré que cumplirlo. Todavía recuerdo las descargas del taser del señor Lloyd en mi costado. 

Siento sus dedos en mi barbilla y alzo la mirada hasta esos orbes color chocolate. -No tienes la culpa de que Cooper sea tan sexual. Ya era así antes de ti. -Sus labios se estampan contra los míos y sonrío levemente viéndolo caminar de vuelta al baño con su ropa en brazos. 

Esa misma noche parece haber quedado todo atrás cuando ambos estamos en la cama enfrascados en una guerra de cosquillas que parece interminable. Siempre he odiado las cosquillas, pero desde que mi hermana Izzy murió no había tenido que sufrir la tortura de nadie haciéndomelas. Hasta que Blaine, en medio de una sesión de besos, ha descubierto el punto flaco entre mi cadera y mi cintura, justo sobre la línea en V que ahora tengo bastante marcada gracias al ejercicio. Por suerte las cosquillas de Blaine se encuentran en los sitios mas habituales y es fácil contraatacar, aunque pronto los dos estamos sonrojados y acalorados. Con una mirada basta para entendernos y nos deshacemos de toda nuestra ropa excepto la interior.

He visto a Blaine antes haciendo ejercicio, pero verlo desnudo es incluso mejor. No necesito que se quite los boxers para notar el gran bulto que ha crecido bajo ellos, dejando una pequeña marca oscura en la zona a causa de la anticipación. Agradezco usar siempre boxers negros por eso mismo, pues también noto la cabeza de mi miembro palpitante y húmeda. 

Segundos mas tarde volvemos a estar en la cama, él sobre mi, nuestras caderas moviéndose juntas a un ritmo lento pero terriblemente excitante. No lo pienso cuando llevo mi mano entre nuestros cuerpos, colándola bajo su ropa interior y acariciando su miembro, que se siente duro y caliente en mi mano. Es diferente al mio, pero al mismo tiempo el funcionamiento es el mismo así que muevo mi mano buscando darle placer. No he hecho esto antes, pero los gemidos de Blaine me indican que no voy por mal camino. 

Conforme voy cogiendo confianza los gemidos de Blaine aumentan en cantidad y también en sonoridad, haciéndome sonrojar al pensar que probablemente si hay alguien despierto nos va a estar oyendo. Consigo deshacerme del boxer de Blaine y por un momento no pienso en las consecuencias y me quito también el mío. Supongo que de no haber sido un esclavo, la relación con Blaine nos habría llegado a este punto tarde o temprano, ¿no? Que tenga que acabar con un bebé no es mas que una condición. 

Siento un escalofrío cuando noto sus dedos tantear mi entrada. No puedo evitar ponerme nervioso, pero intento distraerme buscando crear mas gemidos en su garganta. Ahora entiendo a Jace cuando decía que el mayor placer consiste en lograr placer ajeno. Es como un chute de autoestima el saber que tu provocas eso.

Uno de los dedos de Blaine rodeado de lubricante acaba por colarse en mi interior y suelto un siseo, mordiendo su hombro unos segundos. -Esta bien, Alec... iré despacio. -Asiento y sigo besando su cuello, notando como empieza a moverlo dentro y fuera hasta que deja de ser molesto, aunque sigue resultandome intrusivo. El segundo dedo escuece pero el tercero es el peor. Siento mi corazón palpitando con fuerza alrededor de sus dedos, los cuales me roban un intenso gemido cuando se curvan y tocan un punto en mi especialmente sensible y placentero. -Oh Blaine... ¡ahí!

Mueve la mano, tanteando ese punto una y otra vez hasta que siento que pierdo la cabeza...y entonces un golpe me devuelve a la realidad. Sus dedos desaparecen y pronto el peso de su cuerpo también. ¿Qué demonios?

Abro los ojos desconcertado, viendo a Cooper en pijama golpeando a Blaine sobre el suelo, quien se cubre la cara con ambas manos mientras su hermano se pone en pie, empezando a golpearle a base de patadas. -¡Cooper!¿Qué haces?¿¡Te has vuelto loco!? - Me levanto de la cama de un salto, apartando a ambos hermanos, sujetando ambos brazos de Cooper a su espalda y al mismo tiempo abrazándolo con fuerza, inmovilizandolo. Poco a poco va perdiendo las fuerzas y tengo que sujetarlo para que no caiga al suelo, aunque al final su cuerpo nos vence a ambos y acaba de rodillas. Aprovecho entonces para ir hacia Blaine, algunas zonas de su torso empezando a amoratarse. -Blaine... Blaine, ¿me oyes? - Le sujeto la cabeza, intentando hacer que recupere la consciencia, sin éxito. Miro a Cooper horrorizado mientras le busco el pulso al hermano mas joven, pero no soy capaz de encontrarlo.

-Cooper...¿Qué has hecho? 



I dreamed a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora