¿Dormir? Imposible. No pego ojo en toda la noche, la carita sonriente grabada en mi mente. Embarazado. ¡Voy a tener un bebé! La primera reacción ha sido el alivio y la alegría, no van a llevarme a una granja de reproducción. Dentro de lo malo, me he librado de lo peor... pero ahora que ese miedo ha desaparecido ha vuelto a mi uno mucho mas intenso. Estoy embarazado. Un bebé va a crecer dentro de mi. Un hijo, propio... mio y...de Magnus.
Lo miro a mi lado, durmiendo profundamente. No es especialmente ruidoso cuando duerme y la preocupación que siempre parece hundir sus hombros no está presente ahora, su cuerpo relajado. Sus manos han buscado contacto con mi piel en el mismo momento que he vuelto a la cama. Normalmente me gusta ese hecho, me hace sentir apreciado, aunque no se si deba tener esa clase de sentimientos.
Ahora mismo, en cambio, prefiero mantener las distancias. Joder, voy a tener un hijo de este hombre. Un bebé que, quiera o no, va a ser siempre un punto de unión entre los dos. Aunque pueda alejarme una vez lo tenga, sabiendo que Magnus cuidaría de él... siempre quedará esa espinita, lo sé. Siempre tendré un hijo, en algún lugar del mundo. Un hijo con Magnus.
Cuando la mañana empieza a hacerse notar a través de las cortinas mi cerebro todavía sigue divagando, asustado, pensando en todas las posibilidades. Yo nunca he querido estar embarazado. Tenía que pasar tarde o temprano y lo sabía, pero eso no me hace quererlo mas. Estoy asustado de todo lo que pueda venir. Vi a hombres embarazados en la granja Cleaver, decenas de ellos. Vi síntomas, complicaciones tanto en el embarazo como en el postparto... y luego, además, queda un bebé, vivo. Un bebé del que hay que cuidar, alimentar... mantener con vida.
Miro a Magnus a mi lado. ¿Cómo decirselo? Supongo que cuando me hizo el test hace tres días no contó con los siete días de margen desde el día fértil hasta que un embarazo puede ser detectado. Piensa que no lo estoy... pero así es.
Pensando en las posibilidades, quizá Magnus es la mejor opción de entre las que he tenido antes. Obviamente no iba a quedarme embarazado del señor Lloyd. Ese viejo asqueroso... no, jamás me habría tocado así, lo sé. El disfrutaba de mirar, de recibir... pero no le atraían los hombres de esa forma. Cooper y Blaine... bueno. Quizá Blaine, si... pero él tenía sus sueños, sus aspiraciones... un bebé lo habría retenido atrás, le habría hecho abandonar todo eso... y al fin y al cabo ellos me mantenían encerrado, escondido... como un esclavo.
El señor Cleaver había sido mi posibilidad mas clara, por suerte no funcionó. No me arrepiento de haberme intercambiado por Charles. Él merecía estar al lado de su familia, aunque ninguno de todos ellos merece esa vida. Deberían estar aquí, fuera, en la ciudad o en el campo, libres. Sus hijos acudiendo a la escuela, jugando en el parque. Como la familia que son. Una de esas que casi no quedan ya.
Sebastian... ugh. Prefiero no pensar en Sebastian. Apenas coincidimos unos minutos pero la idea de que ese chico pudiese haber sido mi dueño me revuelve el estómago al punto de querer vomitar... de nuevo.
Y ahora, Magnus... el único hasta el momento que me había tratado como un igual. Como alguien normal, incluso a veces siento como que intenta conquistarme, como en las películas, como antiguamente. Salimos a cenar, a pasear, a turistear como si fuesemos dos extraños en nuestra propia ciudad. No le importa que el mundo me vea, que sepan que tiene un esclavo. Tampoco es como si me tratase como uno, aunque se que en el fondo siempre está alerta, desde nuestra primera salida al centro comercial no ha dejado de estarlo. Siempre en contacto, siempre pendiente. Siempre protegiéndome.
Me pongo nervioso de estar en la cama sin hacer nada. Los pocos rayos de sol que atraviesan las cortinas me resultan molestos y pican sobre mi piel al llevar un rato expuesta. Decido levantarme y preparar desayuno, aunque se que Magnus tardará un poco mas en levantarme. ¿Cómo demonios puede tener su propia empresa con esos horarios de sueño?
Preparo café para ambos, bien cargado y oscuro como nos gusta beberlo a ambos, cocinando también algunos huevos revueltos, apuntando algunas cosas en la lista de la compra que cuelga de la nevera. Hace días que no salimos a por provisiones, aunque eso no suele ser un problema. Si la nevera se vacía, poco le importa a Magnus acabar llamando a uno de los múltiples restaurantes que conoce, siempre sorprendiéndome con algún manjar. Inconscientemente pienso en la comida rápida de Central Park. Si él supiera...
Decido no decir nada. No podría decírselo, de todas formas. No puedo ir y decirle 'hey Magnus, vamos a tener un bebé'. No. Además, hoy está marcado en el calendario. Han pasado ocho días desde nuestro último intento. Hoy toca hacer el test, lo descubrirá entonces y yo me haré el sorprendido. Fin del problema.
Pero el día avanza y Magnus no parece acordarse del test. De hecho es imposible que no se acuerde, tiene esa manía de tachar en el calendario cada día que pasa, ha tenido que ver la marca del día de test...¿por qué no...?¿Quizá porque ya me lo hizo el otro día?¿Es eso?
Llega la noche y mis nervios van a matarme. No se como no lo han hecho ya. Furioso con el azar, con Magnus, conmigo mismo... voy directo a la caja del aparato, pinchándome el dedo de nuevo aunque odie esa sensación con toda mi alma... y solo cuando el característico pitido hace su aparición Magnus levanta la cabeza de su ordenador, mirándome curioso. -¿Alexander?¿Qué haces? - Observo el aparatito en mis manos, la palabra 'POSITIVO' brillando con fuerza. No fue mi imaginación. No fue un error de la máquina. Realmente es cierto.
Le lanzo el aparato, sabiendo que lo atrapará. Tiene buenos reflejos. Puedo ver la confusión en su mirada cuando me observa. Alzo las cejas como única respuesta. ¿Por qué demonios no mira la pantalla? - ¿Quieres revisar eso, por favor? - Me estás poniendo de los nervios, Magnus Bane.
Su mirada baja hasta sus manos, la pantalla todavía brillando, aunque se apaga a los pocos segundos. -Positivo... - Alza su mirada de nuevo a mi, su mandíbula cayendo con incredulidad. -Positivo... - Vuelve a mirar el aparato, aunque la pantalla está ya apagada, el resultado oculto. Sus manos tiemblan ligeramente cuando lo deja sobre la mesa. -¡Oh!
Río levemente, todo mi cuerpo destensándose. -¿oh?¿Eso es todo lo que tienes que decir? - Puedo notar el sonrojo extendiéndose por las mejillas al ver la forma en la que me mira, como si se le hubiese abierto el cielo y un coro de ángeles hubiesen bajado a recibirlo. Se levanta rápido, casi llevándose el ordenador por delante al tropezar con el cable del cargador de los propios nervios, envolviendome entre sus brazos con tanta fuerza que creo que va a romperme un par de costillas. -¡Lo logramos!¿Sabes que significa eso, pequeño? Conseguiré que seas libre. Me cueste lo que me cueste, te juro, Alexander, que no saldrás de este mundo siendo un esclavo.
Sonrío, la emoción corriendo por mis venas como si mi sangre estuviese burbujeando. Sujeto sus mejillas, pequeñas entre mis manos grandes, suaves al tacto. Lo beso con fuerza, pegándome mas a su cuerpo, ese cuerpo que se me hace ya tan familiar, tan hogareño... tan seguro. -No soy un esclavo... no mientras estoy contigo.
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I dreamed a dream
FanfictionEn un mundo donde los esclavos son tan comunes como las mascotas, los hombres están obligados a reproducirse para evitar la extinción. ¿Por qué demonios has comprado un esclavo, Magnus? MALEC. M-PREG. AU. #10 en Malec 24/05/2018