I dreamed a dream

Conociéndonos (día 2231)

-¿De verdad vamos a ir a jugar, papi? -Asiento, intentando domar inútilmente su pelo, colocando bien el jersey sobre sus hombros. 

-De verdad de la buena. ¿Tienes ganas? - Lo veo asentir con esa mágica sonrisa que siempre pone. Justo ayer se le cayó uno de sus dientes frontales, pero sólo luce aún mas adorable que antes. 

-Rafa es genial... ¡Incluso mas que Ethan!- Niego acariciando su mejilla, guiando su rostro para que me mire. -Pero si Ethan es tu mejor amigo... no puedes poner orden a las personas, Max. Todo el mundo tiene cosas buenas y malas, algunos hacen mejor unas cosas y otros otras distintas... pero nadie es mejor que nadie, ¿vale? -Asiente, aunque se que no lo entiende todavia.

Ethan es el hijo mayor de Jace, y Max lo ha tenido a su lado desde el día en que nació. Si que es verdad que se llevan casi tres años y Ethan empieza a distanciarse un poco en intereses de Max, mas cerca de la preadolescencia que de la niñez. Está en esa etapa de "ser mayor" que hace que no quiera tanta relación con niños pequeños como mi bebé. Han sido siempre como uña y carne, pero cada vez que los veía juntos no podía evitar acordarme de Rafa, quien tendría que haber sido el verdadero hermano mayor al lado de Max.

Sin embargo, ahora que he vuelto a ver a Rafa, no necesito ver a Max y Ethan juntos, mi imaginación es mas que suficiente para jugarme malas pasadas. No puedo evitar pensar una y otra vez en todos los momentos que me he perdido... todos los momentos que Max no ha tenido a su hermano y su padre a su lado. Toda la relación que no han creado juntos... eso puede crearse, pero nunca será lo mismo que haberse criado codo con codo. ¿En qué momento pensé que sería buena idea dejar a Rafa atrás?

Y Magnus... ¿todo había sido un estúpido error?¿Le prejuzgué? Abandoné al hombre que amaba, a mi propio hijo... ¿por nada? No puedo quitarme de la cabeza sus palabras... Nunca ha habido nadie... incluso después de mi. ¿Será capaz de perdonarme?¿Seré capaz de intentarlo?

-¡Papá!¿Nos vamos? -Está ahí parado al lado de la puerta, poniéndose su chaqueta como bien puede, la mueca de impaciencia en su rostro clavada a la de su padre, con esa ceja alzada con chulería que no me cansaría de besar. -Vamos, bebé caprichoso. -Cojo mis llaves y me aseguro de llevar mi cartera, poniéndome también mi propia chaqueta y ofreciendole mi mano a Max, que enseguida se agarra de ella. Es un niño revoltoso, pero se porta bien cuando tiene que hacerlo.

No puedo evitar estar nervioso mientras nos movemos en metro, Max a mi lado contando las paradas hasta la que le he indicado que es la nuestra. ¿Cómo le voy a contar que Magnus es su padre?¿Y Rafa?¿Me odiará cuando lo sepa?

-¡Papá, nuestra parada es la siguiente! -Reviso el panel luminoso con el nombre de la siguiente parada, dándome cuenta de que Max está en lo cierto y me he perdido en mis pensamientos demasiado tiempo. -Tienes razón, campeón...¡bien hecho! -Paso mi brazo por sus hombros en un achuchón y cuando el vagón arriba al andén nos ponemos en pie y salimos del metro.

-No sueltes mi mano, Max... este parque es enorme, es fácil perderse aquí. -Reviso la ubicación que Magnus me ha mandado hace unas horas, asegurando el camino mas rápido. 

Decidimos de mutuo acuerdo que lo mejor era no encontrarnos en ninguno de nuestros hogares, para que los niños estén pendientes el uno del otro y ninguno de los dos adultos estemos incómodos. ¡Ja! Como si eso fuese posible. No hay forma de que esto no sea incómodo. 

La situación es inverosímil. Una tarde de juegos entre mis dos hijos, los cuales no saben que son hermanos, mientras comparto espacio con mi ex, mas guapo y atractivo que nunca, enfadado conmigo para los siglos de los siglos. Seguro que va a ser incómodo.

-¡Max!¡profe Alec!¡Aquí! -Oigo los gritos al mismo tiempo que noto la mano de Max abandonar la mía, corriendo los metros que nos separan de Magnus y Rafa. No me canso nunca de verlo, está tan mayor, tan inteligente, brillante y especial...