Un reencuentro

162 7 0
                                    

Narra Jack

Estas personas como se tardan, ya deberíamos estar en el taller de Norte, pero de aquí que dicen quién es la Reina, duraremos mil años aquí en Overland. Los seguía escuchando desde una madera que había en el techo.

—Bien, lo escuchamos, em señor...?— dijo Norte

—Rey James de Overland, pero díganme James— ahora sé como se llama, James.

—Esta bien, James, continúe— dijo Norte.

—Ni la Reina, ni los habitantes, ni yo, absolutamente nadie puede salir de sus hogares, porque un jueves precisamente, ocurrió una tragedia para todo el Reino de Overland— hizo una pausa James y luego siguió.— La princesa, salió a jugar con su hermano mayor a un lago que está cerca de aquí, el hielo no era demasiado resistente, yo no sabía, sólo... los dejé ir. Los dos estaban en el centro del lago, yo los veía desde el balcón, entonces fue cuando todo pasó tan rápido; ellos estaban hablando, entonces mi hijo camino hacia un palo de madera y le apuntó a mi hija, ella estaba caminando hacia él. Me imaginé que el hielo se estaba rompiendo debajo de ellos, entonces corrí por todo el castillo hasta llegar con ellos, vi que mi hijo alcanzó a mi hija y la aventó lejos del pedazo de hielo que se estaba quebrando, luego él se levantó para ir hacia su hermana entonces... el hielo se quebró y el cayó al lago. Lo único que hice fue correr hacia el lago, de alguna manera el agujero en el que cayó mi hijo, se cerró. Mi hija corrió hacia mí, lloró por su hermano, traté de romper el hielo para sacarlo de ahí, pero fue inútil, no lo pude romper.— esa historia es rara, y trágica a la vez, no bromeaba con eso.

— Regresé al castillo por herramientas para sacarlo de ahí, cuando pudimos romperlo, no había nada, él murió.— James estaba apunto de llorar.— Pasaron los años mi hija creció, también mi otro hijo. Esa es la razón por la cual no pueden salir los primeros jueves de cada mes, por favor les pido que si se la llevan, que sea mañana.— finalizó James.

—James, lo sentimos mucho— dijo una platinada de ojos azules.

—Entendemos, la llevaremos mañana, pero... ¿quién es la Reina de Arendelle?— preguntó Conejo.

—Soy yo— dijo firme la platinada, me imaginé, se ve más seria que las demás.

—Mucho gusto Reina, soy Santa Claus, pero diganme Norte, ella es Hada, él Conejo, él... oh esperen, pssss despierta, DEPIERTA, él es Meme y por último pero no menos importante...— iba a decir mi nombre pero Conejo lo interrumpió.

—Él es el canoso de Frost— dijo Conejo y yo me molesté.

—Cállate Canguro— le dije desde arriba.

—Iremos a desayunar, ¿vienen?— dijo James dando la vuelta.

—Yo si— dijeron los muchachos que estaban ahí.

—Nosotros también, claro si no les molesta— dijo Norte con una sonrisa ladeada.

—No nos molesta, acompáñenme— dijo James.

—Frost, ¿vienes?— pregunta Conejo cuando James y los demás salieron del ático.

—Si, claro ya voy— contesté bajando de la tabla de madera.

Narra Elsa

Wow, ahora comprendo todo, en verdad es triste lo que pasó con el hijo de James, y lo que acaban de decirme Norte, Hada, Conejo, Meme y el otro que no se quién es, ¿mantenerme a salvo?

—Ven Elsa, siéntate conmigo— dijo Anna mostrando un asiento enseguida de ella.

—Claro, ya voy— contesté ante la petición de Anna.

Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora