Día nevado

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Narra Jack

Al despertar aún seguía en la cama de Elsa, sonreí al verla dormida en su mecedora con una manta sobre sus piernas. El día se veía aburrido así que pensé en alegrarlo un poco con nieve, me levanté sin hacer ruido y salir por la ventana, haría algo que a mí me fascina... día nevado.

Me elevé por los aires causando una leve ventisca para ir al siguiente paso, después de algunos trucos con mi cayado al fin se creó la nieve mientras Arendelle era cubierto de un color blanco hermoso.

Fui de regreso a la habitación y Elsa no se dio cuenta de que salí, pues aún seguía dormida en la mecedora. Vi el reloj y eran las 6:30 de la mañana, así que tomé a Elsa entre mis brazos y la cargué hasta la cama para después cubrirla con las cobijas de la cama e irme a sentar a la ventana para esperar a que Elsa despertara.

Después de una hora más o menos, ella despertó.

—¿No se supone que tú deberías estar acostado y no yo?— preguntó con una sonrisa ladeada mientras se sentaba en la cama.

—La Reina debería ver lo que el Guardián de la diversión hizo en su honor— respondí caminando hacia ella y con tono divertido.

Extendí mi mano y ella la tomó, la ayudé a levantarse para luego ir hacia la ventana.

—¡Wow! Jack... no tenías porqué hacerlo— decía mientras observaba todo Arendelle cubierto de nieve desde su ventana.

—Tómalo como un regalo de agradecimiento por cuidarme— dije viéndola con una sonrisa plantada en mi rostro.

—Iré a cambiarme, quiero salir— se dirigió al armario y sacó su vestido azul claro.

Después de unos minutos salió con su vestido ya puesto y buscó sus zapatos para colocárselos.

—Listo, vámonos— dijo con entusiasmo.

Abrí la puerta para que Elsa pudiera salir e irnos hacia afuera. En el camino nos encontramos a Anna y nos acompañó.

—¿Desde cuando no salimos a jugar, hermana?— pregunta Anna viendo a Elsa quien llevaba una sonrisa llena de nostalgia.

—Poco más de 15 años— respondió la platinada mirando hacia el frente.

—Wow, es es mucho tiempo sin diversión, ¿no lo creen?— dije riendo y ellas asintieron riendo.

—¡El último en llegar pierde!— gritó Elsa comenzó a correr.

—¡Eso es trampa!— se quejó Anna mientras la seguía.

—¡Les daré ventaja!— sonreí de lado y salí por la ventana. No dijeron reglas, ¿o sí?

Narra Anna

Estaba corriendo por los pasillos con mi hermana, reviviendo aquellos momentos que me llenan de alegría.

Elsa iba a la cabeza en el pequeño juego, al llegar a las escaleras, subió el barandal y comenzó a deslizarse. No dudé e hice lo mismo que mi hermana.

—¡Les gané!— gritó mi hermana levantando las manos en señal de victoria.

—No digas mentiras, Reina. Yo gané— dijo Jack bajando de un árbol.

—Hiciste trampa— reclamó Elsa cruzada de brazos.

—No dijeron reglas— se defendió el peliblanco.

—¡Jack, piensa rápido!— gritó alguien aventando una bola de nieve e impactó en la cara de Jack haciendo que cayera al piso sentado.

—¡Hey!— fue lo único que salió de su boca mientras se quitaba la nieve de la cara.— Ya verás, colita de algodón— susurró divertido.

Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora