Baile en Arendelle (parte 2)

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Narra Jack

Cuando hablaba con Elsa, pude ver a Norte y Meme junto con otras dos personas, supuse que eran Conejo y Hada. Fui con ellos y si definitivamente eran los dos, Conejo era un señor como de 30 años, cabello gris y sus ojos verdes; Hada se veía como de 24 años, cabello café con mechas de colores y sus ojos color entre morado y rosa.

—Vaya, les fue muy bien con el cambio— dije bromeando.

—Mira Frost, soy más apuesto que tú— me retó Conejo.

—Por favor pequeño saltarín, ni en un millón de años serías más apuesto que yo— afirmé levantando una ceja.

—Chicos, no empiecen— interrumpió Norte con tono irritado.

—Uyyy, creo que la Reina tiene un pretendiente— dijo Conejo con tono burlón viendo hacia donde estaba Elsa, y sí, definitivamente estaba con un muchacho de cabello negro, hice el que no me importó y dije que iba a salir.

Narra Elsa

Estaba hablando muy bien con Anna y las demás, cuando un socio, el Rey Oliver de Lunde; nos interrumpió para presentarme a alguien.

—Disculpe Reina, quisiera presentarle al Príncipe Tadashi de Hamada— presentó mi socio.

—Un gusto Príncipe— saludé inclinando un poco la cabeza.

—El gusto es mío, Reina Elsa— tomó y mano y depositó un beso en mis nudillos.

—El Príncipe Tadashi está aquí, debido a que quiere establecer un contrato con usted y Arendelle. Le informé que tendría una pequeña fiesta para los socios de Arendelle y él quiso aprovechar para hacer esa petición— habló Oliver.

—Me parece bien, ¿le importa dejarnos a solas para hablar del contrato?— pedí y Oliver se fue.— Acompañeme a mi oficina, Príncipe— ofrecí y caminé hasta la salida del salón para ir a la oficina.

—Realmente me encantaría hacer negocios con una persona como usted, inteligente, bondadosa y hermosa— halagó el Príncipe.

—Muchas gracias por los halagos— respondí aún caminando. Llegamos a mi oficina y lo invité a pasar.— Tome asiento por favor— indiqué y no tardo ni dos segundos en obedecer.

—Aquí está mi contrato, si gusta leerlo, puede modificar algunas cosas que no le parezcan— sacó unos papeles de su saco y los puso en mi escritorio.

Leí todo el documento que tenía en mis manos y definitivamente, no cambiaría nada, todo está perfecto.

—No modificaré nada, así está bien su contrato— lo firmé y entregué de nuevo al aquí presente.

—Me alegra que no haya modificado nada, el Rey Oliver tiene mucha razón, usted es una excelente Reina que sabe hacer negocios— expresa él levantándose de la silla.

—Lo hago por mi pueblo— contesté ante su expresión tan positiva sobre mí.— Regresemos al baile, Príncipe— dije levantándome de mi silla.

—Sólo dígame Tadashi— dijo con una leve sonrisa.

—Dime Elsa, ya somos amigos— regresé a su comentario con una sonrisa.

—Está bien, será un honor— decía mientras abría la puerta para salir.

Narra Jack

Estoy buscando a Elsa por todo el castillo y no la veo por ningún lado. Como extraño mi cayado para volar y encontrarla más rápido, escuché unos pasos acercarse y me metí a un pasillo que había a mi lado derecho.

—Si Tadashi, me parece bien que tomes el lugar de tu padre en el trono— escuché la dulce voz de Elsa.

—Pues a mí igual, ya tengo 23 años, los suficientes para gobernar con inteligencia y sabiduría el Reino de Hamada— dijo una voz completamente desconocida para mí.

Los pasos se detuvieron.

—Cuando fue mi coronación, yo no estaba segura si gobernaría bien a todo Arendelle. Pero con el paso del tiempo ellos decían maravillas de mí y ahí fue cuando me di cuenta que estaba haciendo un buen trabajo como Reina— dijo Elsa con dulzura.

—No sé cómo dudaste de ti Elsa, eres increíble— halagó ese muchacho. Saldré para que ella se concentré en mí y no en él.

—Elsa que bueno que te encuentro, Anna te está buscando— interrumpí "agitado".

—Oh, Jack, ¿sabes para qué me busca?— cuestiona sorprendida.

—Ven rápido— la tomé de la mano y caminé rápido con ella, el muchacho se quedó confundido.

Llegamos de nuevo al salón y fuimos con Anna.

—¡Elsa! ¿Dónde estabas? ¿Viste el pastel? ¡Alguien lo agarró!— informó Anna y Elsa no sabía que responder.

—Anna, tranquila, lo llevé a la cocina— contestó Elsa un poco irritada.

—Tienes que dar tu discurso, Elsa— regañó Anna y yo apreté mis labios para no reír.

—Jack, tú la acompañarás— dijo Anna y casi se me cae la mandíbula.

—¿Que yo qué?— pregunté con los ojos abiertos como platos.

—Lo que escuchaste, estarás al lado de mi hermana. Me dijeron que tenía que decir su discurso acompañada de alguien y no podía ser yo, así que te elegí— explicó y no me quedó de otra más que acceder.

—Está bien, Jack acompáñame— dijo Elsa caminando hacía el trono.

Elsa y yo estábamos listos para que ella diera su discurso dirigido hacia sus socios.
Empezó su discurso agradeciendo su asistencia al baile, y terminó con "gracias por ser socios de Arendelle".
Todos las presentes aplaudieron y siguieron con lo suyo, iba a irme y Elsa me tomó de la mano.

—¿Sabes bailar?— pregunta tiernamente.

—¿Por qué preguntas?— interrogué con una ceja levantada.

—Curiosidad...— se dio la vuelta y ahora fui yo quien le tomé la mano.

—No, pero puedo aprender— respondí con una sonrisa ladeada. Extendí mi mano y ella la tomó un poco dudosa pero con una sonrisa tímida.

—Yo tampoco sé, Jack— afirmó Elsa con voz baja.

—¿Aprendemos juntos?— la invité a bailar, empezaba a sonar un ritmo lento.

Narra Anna

Estaba hablando tranquilamente con Mérida, Kristoff y Rapunzel cuando fuimos interrumpidos por Eugene.

—¿Ya vieron quiénes están bailando juntos?— preguntó Eugene volteando a ver en una dirección específica.

—¿Esa es... Elsa?— cuestiona Mérida muy pero MUY confundida al igual que yo.

—¿Mi hermana bailando?¡No lo puedo creer! ¡EL MUNDO SE ACABARÁ!— dije o más bien grité un poco.

—Quien lo diría, el ahora castaño del pedazo de hielo, bailando con el copito serio— dijo Eugene sonriendo.

—No somos los únicos viendo, miren allá— señalé a un pelinegro quien veía la misma escena que nosotros, pero a diferencia de nosotros, él tenía semblante serio y pude distinguir, a pesar de la distancia; un odio que veía directamente a Jack.

Terminó la pieza de música, e hicieron una reverencia y caminaron hacia la puerta del salón, Elsa era tomada de la mano de Frost e iba a ir pero Mérida me tomó del brazo y me dijo que los dejara.

No pasó ni un minuto cuando el muchacho de cabello negro se fue en la misma dirección en la que se fueron Jack y Elsa.

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Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora