De Reina a niñera

80 4 0
                                    

Narra Elsa

Recuperé mis poderes a tiempo, pero más problemas surgieron. Jack estaba herido y Tadashi inconsciente y no sabía que hacer. Tenía a Jack en mis piernas quejándose del dolor.

—Déjame curar a Jack— habló Rapunzel.— Tadashi estará bien sólo necesita tiempo para despertar, pero Jack está mal, déjame ayudarlo— pidió y yo acepté.

—¿Y cómo lo harás? Que yo sepa no eres doctora— agregó Kristoff y Rapunzel lo ignoró.
Se acercó a Jack y pidió que lo levantara y Eugene me ayudó, Rapunzel envolvió con su cabello el torso de Jack.

Los demás la veían raro, incluso Eugene, creo que aún no se lo dijo, después de que me aseguró que Jack estaría bien, cerró los ojos y empezó a cantar.

—Flor que da fulgor, con tu brillo fiel, vuelve el tiempo atrás, volviendo a lo que fue... a lo que fue...— terminó y abrió los ojos.— Ahora necesito que le introduzcas hielo en el lugar de la herida— agregó y quitamos su cabello del torso de Jack e hice lo que me dijo.

—¿Tienes cabello mágico, y no nos dijiste?— pregunta Mérida ofendida.

—Lo siento, tenía que ser un secreto y para ser revalado pensé en alguna ocasión dramática— respondió riendo y levantándose.

—Ahora tenemos que ir al castillo— dije viendo a Jack y estaba cerrando los ojos y me dedicaba una sonrisa algo débil.

Norte cargó a Jack en su hombro y lo acomodó en el trineo para irnos, me senté al lado de Jack para que no cayera. Conejo se quedó al lado de Tadashi y todos partimos al castillo.

Sería una noche larga, con Jack un poco mal y un Tadashi inconsciente, definitivamente tenía otros dones aparte de ser Reina.

Llegamos al castillo y les dije que llevaran a Jack a mi habitación, y cuidarlo era lo menos que podía hacer por él. Llevábamos unas cuantas horas ahí desde el encuentro con Pitch y ya casi me quedaba dormida.

—¿Elsa?— pregunta en susurro y yo me levanto de mi silla para ir hasta Jack.

—¿Estás bien?— devolví la pregunta y él asintió.

—A la próxima recuérdame no perder de vista a Tadashi— dijo con dolor y enojo.— Te dije que algo andaba mal con él, pero como siempre ignoras todo lo que digo— me reclamó y yo sólo lo vi directamente a los ojos sin expresión alguna.

—Yo no ignoro lo que dices— me defendí y el se sentó en la cama.

—Como sea, no quiero pelear— dijo más tranquilo y yo me senté del otro lado de la cama, total es mi habitación.

—¿Te duele?— cuestioné y él negó.— Estaba apunto de dormir, pero me da gusto que estés mejor— volteé a verlo y le sonreí a lo que Jack respondió igual.

—¿Quieres que te cuide?— pregunta y yo niego.

—Es al revés— dije y me vio confuso.— Yo te cuidaré a ti— terminé de decir riendo y el también rió.

—De Reina a niñera, gran cambio, ¿no?— bromeó y yo reí.

—Así es jovencito, ahora a dormir— ordené fingiendo la voz y Jack hizo un "puchero".

—No eres mi madre— dijo en broma y yo tomé pose autoritaria.

—Pero estás en mi reino, y adivina qué, soy la Reina entonces te ordenó que te duermas— aclaré y el suspiro rendido y se acostó. Apagó la vela que iluminaba un poco la habitación.

—Una última cosa, me da gusto de que hayas recuperado tus poderes— dijo ya de espaldas y yo sonreí.

—Gracias por todo— agradecí y yo me acosté, luego de un rato me quedé dormida.

Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora