Mi verdadero yo

46 5 0
                                    

❄️Narradora❄️

Mientras que en Arendelle ocurrían muchas cosas a la vez, Elsa estaba en camino hacia Northuldra, donde se encontró con un paisaje poco agradable.

Las cabañas destrozadas y el camino lleno de escombros, al final vio muchos renos y algunas personas tiradas en el suelo.

—Elsa...— una voz débil la llamó.

—¿Honeymaren?— se agachó para ayudarla a salir de los escombros que estaban sobre ella.

—Las pesadillas... fueron las que nos atacaron— tomaba débilmente la mano de la platinada.

—¿Fue hace mucho?— a Elsa le costaba articular las palabras.

—Algo así... los espíritus se activaron otra vez, en busca del puente entre... los humanos y la magia— tomó aire y siguió. — La luz blanca en el cielo cuando sonó la melodía... es la señal para el quinto espíritu— sonrió con las pocas fuerzas que le quedaban.

—Encontraré al quinto espíritu, y todos volveremos a estar felices y seguros— soltó lágrimas sin parar.

—No llores, tú...— iba a terminar la frase, pero justo su cuerpo se quedó sin fuerzas y cerró sus ojos dejando de tomar la mano de Elsa.

—¿Honey? ¿¡Honey!?— la acercó a ella para sentir sus latidos, pero ya no sentía nada.

Abrazó su cuerpo mientras gritaba de dolor, estaba destruida por dentro, aquella chica que la salvó estaba sin vida en sus brazos.

Nokk estaba detrás de ella, y a los pocos minutos llegaron los demás espíritus, Bruni estaba triste y se acercó a Elsa para que notara que estaban ahí. Los gigantes de roca vieron los cuerpos sin vida de los Northuldra y los cargaron para hacerles una tumba abriendo la tierra para cada persona. Y Gail sólo silbaba levemente.

—¡Pero qué pasó!— una voz a espaldas de la ojiazul.

—No pude llegar a tiempo...— se aferró aún más a esa mujer.

—¡Ya lleg... ¿Honey?— Ryder llegaba alegre pero eso desapareció cuando la vio en los brazos de la platinada. Se acercó a ella y tomó a Honey en sus brazos.

El castaño no paraba de llorar, hasta que Elsa se levantó del suelo y caminó lentamente hacia la mujer de cabellos blancos.

—Yelena... lamento todo lo que pasó, vengaré a todos, así sea lo último que haga— Elsa tenía sus ojos irritados, congeló a Nokk y se fue.

Mientras tanto, Ryder fue a enterrar el cuerpo de Honeymaren y los gigantes hicieron una roca grande para identificarla.

Yelena buscaba sobrevivientes y afortunadamente encontró a varias personas con vida pero en mal estado.

En Arendelle, la batalla seguía e incluso más intensa que antes.

Rapunzel bajaba las escaleras lo más rápido que podía, Eugene iba detrás de ella para tratar de tranquilizarla.

—¡Rapunzel, detente!— gritaba con las pocas energías que le quedaban.

La rubia hizo caso omiso y siguió corriendo.
Llegaron al salón principal donde los Guardianes estaban peleando con Pitch.

La puerta se abrió de golpe y Bian volteó a ver que pasaba.

—¿Rapunz...— se detuvo al verla llorar. Se acercó lo más rápido que pudo hacia ella.

—No pude... yo...— no articulaba palabra alguna.

—Tranquila, ¿que ha pasado?— preguntó serenamente.

Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora