Hielo oscuro: tu mayor miedo

Una luz en la oscuridad

❄️Narradora❄️

Elsa al ver que su hermana estaba llena de sangre, se comenzó a debilitar. De repente, todas esas pesadillas que en algún momento había tenido, se hacían realidad.

Los recuerdos de su vida pasada parecían recrearse, pero ahora siendo otra persona. Le aterraba la idea de que su mera existencia fuera cuestión de tiempo para crear tragedias, toda su vida parecía ser así.

"Necesito calmarme" fue lo único que pensó la platinada en ese momento, pero el shock de ver a Anna cubierta de su propia sangre, era lo que más dominaba dentro de ella.

—Siempre creí que Pitch exageraba, pero realmente eres alguien que sólo trae problemas— los ojos de Hiro estaban llenos de odio. — Una vez me contaron una historia. Era una Reina llamada Elizabeth, la protagonista de esa historia— Elsa rápidamente dirigió su mirada hacia él. —Conoces esa historia, supongo— comenzó a caminar de un lado a otro.

— ¿Qué y quién te contó?— la ojiazul estaba a punto de perder la cabeza.

—Que mis ancestros, los Reyes de ese entonces, mandaron corsarios a asesinar a los padres de Elizabeth, creo que tenía una hermana— siguió caminando. — Elizabeth nunca supo que se casó con el hijo de unos asesinos, pero él sabía perfectamente que sus padres habían matado a los suyos— levantó su mirada hacia Elsa.

Elsa tenía una expresión de asombro y miedo, no podía creer lo que estaba escuchando, simplemente no podía.

—La historia de los Guardianes originales, también es una que suena mucho en mi familia, la historia detrás del incidente de Danaffor— el semblante de la platinada cada vez era más tenso.

—¿Incidente?— algo dentro de ella quería saber, pero otra parte sólo quería ir sobre el chico.

—Sí, cuando todos los Guardianes, incluso Elena, murieron. Es sorprendente que Bian siguiera con vida, aunque, ya no es así...— tomó una pausa. — Nuestra sangre, tiene fuertes lazos con Pitch, y éramos un puente para que él pudiera tomar poder, cuando mis padres contaron esa historia... los Guardianes... Tadashi se puso histérico y no estaba de acuerdo con lo que estaba escuchando— siguió contando.

Elsa sintió una extraña sensación en su pecho. Frustración. Enojo. Asco. Eran muchas cosas a la vez, y no podía con tanto.

—Lo consideré débil, por eso Pitch lo pudo utilizar a su antojo— en su tono de voz sonaba el desprecio. —Creo que si Pitch se hubiera fijado en mí para llevar a cabo el plan de destruirte, Tadashi y Pitch seguirían aquí, yo era el más apto para ese trabajo, pero como al ser mayor, a Pitch se le ocurrió la maravillosa idea de envenenar el alma y cuerpo de Tadashi, lo cual fue un error— Elsa ni siquiera sabía cómo sentirse, estaba recibiendo mucha información de hace años, incluso de su vida pasada.

—Elsa...— Anna parecía advertirle algo. —Él no está...— justo antes de que terminara, una flecha impactó en el hombro de la Reina.

—¡Ah! ¡¿Acaso es una broma?!— Elsa se apartó de su hermana, poniéndola en un lugar seguro para que no la lastimaran más.

—Yo sólo quería de regreso a mi hermano...— Hiro comenzó a llorar de una manera extraña, como si estuviera delirando. — Y tú sólo me lo arrebataste— su mirada se dirigió a la de la platinada.

Elsa se asustó al ver que los ojos de Hiro eran completamente negros, supo que algo estaba mal con él, desde que lo vio sabía que algo malo pasaba con él.

—Elsa... ayúdame por favor— Hiro se retorcía en el suelo mientras pedía ayuda, sus ojos estaban cerrados. —Soy el último Hamada que queda, si me matas Pitch ya no tendrá ningún puente de este mundo con el de las pesadillas... Elsa... mátame— seguía con los ojos cerrados, pero abundantes lágrimas caían por sus mejillas.