No eras tú...

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Narra Elsa

Hiccup y yo fuimos a mi castillo de hielo por Jack para llevarlo con alguien que nos pueda decir cómo salvarlo.

—Llegamos— avisa y me ayuda a bajar de Chimuelo.

—Ahí están— bajé del dragón y corrí hasta Malvavisco.— Gracias por cuidarlo— agradecí poniendo mi mano en su grande antebrazo.

—De nada, mi Reina— respondió mi creación.

—Bien, vámonos. Jack necesita ayuda urgentemente— dijo Hiccup y yo asentí.

Con ayuda de Hiccup subimos los tres en Chimuelo y salimos de mi castillo, llegamos rápido en donde había sido la batalla con Pitch. Norte nos dijo que había unas criaturas que siempre ayudaban a los Guardianes cuando estaban mal.

Mérida, Anna y Rapunzel dijeron que ellas se quedaban para llevar a los caballos, de inmediato Kristoff y Eugene dijeron que ellos también se quedaban.

Hiccup quiso ir con nosotros y Meme decidió quedarse con los chicos. En cuanto a Tadashi sólo le quedó la opción de quedarse, realmente estaba enojada con él y quería que se fuera mañana mismo a su reino.

—Listo, vamos ya— Norte indicó que subiéramos al trineo y así lo hicimos.

—Quiero que cuides a todos— escuché decir a Hiccup.— No dejes que les pase nada— terminó y se despidió de su amigo.

Una vez que todos estuviéramos en el trineo, Norte jaló un poco las riendas, los renos comenzaron a correr y a elevarse del suelo para que se lanzara una esfera de nieve y así llevarnos con las criaturas que dijo Norte.

Después de unos minutos ya estábamos en otro lugar completamente desconocido para mí, logré visualizar una cabaña a unos cuantos metros y fuimos descendiendo.

—Llegamos— Conejo saltó del trineo y estiró sus brazos para que le diera a Jack.

—Mucho cuidado, no queremos lastimarlo más de lo que ya está— nos dijo Norte y comenzó a caminar hacia la cabaña.

Los demás bajamos del trineo y seguimos a Norte, nos paramos frente a la puerta y tocamos con tres golpes suaves.

Luego de unos segundos, una joven de cabello azul, piel un poco morena y con ojos de distinto color, abrió la puerta.

—Abbie, necesitamos ayuda— pidió de inmediato Norte

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—Abbie, necesitamos ayuda— pidió de inmediato Norte.

—Claro, pasen— se hizo a un lado y Conejo pasó primero.— Déjalo en el sofá— indicó con su mano un punto en específico.

—No hay ningún sofá— dijo Conejo confundido. Hiccup y yo nos adentramos a la cabaña.

—Claro, se me olvidaba— sonrió rodando los ojos, chasqueó sus finos dedos y un sofá apareció al lado de nosotros.

Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora