Una gran confusión

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❄️Narradora❄️

Elsa estaba confundida, había perdido sus recuerdos y esas figuritas de hielo no la ayudaron mucho, sólo lograron confundirla aún más.

—Debo irme con Yelena— corrió hacia la orilla y en unos segundos el caballo ya estaba ahí para llevarla al otro lado.

Después de cruzar todo el Mar Oscuro, decidió congelar al caballo para que fuera bien por tierra y así llegar más rápido a hacer preguntas.

—¡Honeymaren! ¡Yelena!— gritaba la platinada buscando a las mencionadas con la mirada desesperadamente.

—¿Qué sucede Liz?— respondió la joven llegando.

—Descubrí algunas cosas, am... ¿me podrían decir cómo me encontraron?— preguntó con tono suplicante.

—Yo estaba agarrando agua cuando él te dejo en la orilla del río...— decía Honeymaren.

—Estabas con una herida profunda en tu pecho, no tenías pulso, no había manera de salvarte— seguía diciendo

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—Estabas con una herida profunda en tu pecho, no tenías pulso, no había manera de salvarte— seguía diciendo.

—Ella te trajo con nosotros lo más rápido que pudo, no te pudimos salvar— continuó Yelena.

—Pero, ¿cómo es que estoy viva ahora?— se cuestionó la joven de ojos azules.

—Sólo te elevaste del suelo, y milagrosamente estabas respirando, como si alguien te hubiera curado, y no abriste los ojos durante mucho tiempo— Yelena finalizó.

—Otra cosa... mi nombre real es Elsa— confesó.

—Elsa, bonito nombre— dijo una voz masculina al fondo.

—Oh, gracias Ryder— dijo ella con una sonrisa.— Iré a dar un paseo— dicho eso fue al río y su amigo caballo apareció frente a ella.

Cansada de decirle caballo preguntó su nombre, lo congeló y él amablemente con una de sus patas escribió en la tierra "Nokk".

—Nokk, seremos grandes amigos, quiero ir fuera del bosque, luego a Ahtohallan— pidió amablemente.

Narra Jack

Nunca había sentido tanta satisfacción al pelearme con alguien, y para similar todo lo que había pasado salí a dar una vuelta lejos.
No sabía a dónde me llevaría el viento, pero realmente me fui un poco lejos, decidí dar una vuelta por el castillo de Elsa.

—Oh no...— exclamé al ver el desastre.— Pero qué pasó, y si se derrumbó, ¿cómo no se derritió?— me pregunté a mí mismo al ver los pedazos de hielo sólido que habían quedado desde el día en que ella se fue.

—Iré más lejos— dije con una profunda tristeza al ver el castillo de mi Elsa hecho pedazos.

No habíamos venido al castillo, nunca se nos ocurrió, hasta ahora que vine yo solo. Anna se pondrá triste al saberlo.
El viento me llevo más allá de La montaña del Norte, me llevó a un lugar con una extraña niebla.

Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora