El comienzo de la verdad...

66 4 0
                                    

❄️Narradora❄️

Luego de descansar unas horas, Elsa caminaba por los pasillos del Castillo quien se dirigía a la habitación en donde se encontraba el joven guardián.

Al estar frente a la habitación, la Reina con sus blancos nudillos tocó la puerta, al no obtener una respuesta abrió la puerta.

—Jack, vine a que tomarás...— se detuvo al no ver al chico peliblanco por ningún lado.

Se adentró más en la habitación, observó la cama y sólo vio las sábanas enroscadas sobre ésta, se escuchó una puerta abrirse y Elsa volteó rápidamente.

—Elsa, ¿ya pasó el descanso?— pregunta Jack con una sonrisa.

—Hola Jack, veo que estás un poco mejor. Y si, ya pasó el tiempo y necesitas tomarte lo que sea que te dio Abbie— responde la platinada.

—Esta bien... luego volveré a dormir, sólo me levanté al baño— siguió hablando mientras caminaba hacia la cama.

—Si, hasta que se acabe esa cosa podrás moverte con libertad— continuó Elsa.

La Reina le acercó un pequeño vaso y en éste vertió un poco de la medicina que aquella señora de cabello azul les había dado.

—Listo, ahora te dejo descansar— se levantó de la cama y caminó hacia la salida.

—Hasta mañana, tú igual descansa— se despidió de igual manera, luego de que las luces se apagaran, se dispuso a dormir.

Por otro lado, esa misma noche, un barco de Arendelle estaba en camino hacia un reino para llevar a su futuro Rey, Tadashi de Hamada. Había sido encaminado por la Reina, debido a las complicaciones que tuvieron, aquel joven pelinegro salió de las tierras de Arendelle una noche después.

—Mañana les mostraremos el Libro a los chicos, es importante que sepan lo que contiene— habló Norte.

—¿Cómo crees que lo tomarán? Va a ser difícil y lo sabes— siguió Conejo.

—Lo sé, pero tenemos que decirles, tal vez por eso Pitch está atacando de nuevo— responde aquel hombre fornido.

—Ahí decía que no la conocía, su hermana fue quien convenció a Pitch para compartir sus dones y ser más poderosa— dijo Hada un poco bajo.

—Discutiremos esto por la tarde de mañana, iré a revisar el reino, ustedes también deberían vigilar— caminó hacia la puerta para salir, pero se detuvo.— Mañana veremos que sucede cuando se enteren de todo— salió de la oficina y cerró la puerta detrás de él.

Pero una persona escuchó todo lo que habían dicho, y se escondió para no ser vista.

A la mañana siguiente, como de costumbre, la platinada se dirigía a la habitación de su hermana menor para despertarla.

—Anna, despierta— la joven Reina abrió las cortinas.

—Elsa...— menciona adormilada. —Acompañaré a Kristoff y Sven a el Spa de Oaken— se sentó recargada en el respaldo de la cama aún con las cobijas sobre sus piernas.

—Lo sé, por eso tienen que ir temprano. Norte quiere hablar con todos nosotros— habló Elsa serenamente.

—Esta bien, bajaré en unos minutos para desayunar e irnos— la menor bajó de su cama y se dirigió al baño.

La Reina salió de la habitación de su hermana y salió al balcón que se encontraba unos pasillos más adelante.

Cierto chico peliblanco estaba desobedeciendo algunas indicaciones que le habían dado y salió por la ventana de la habitación, al rodear el castillo vio a Elsa en el balcón y cauteloso se acercó a ella.

Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora