La Guardiana despierta

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Narra Elsa

Bian se había caído al suelo y lo primero que hice fue poner un montón de nieve para que no se lastimara, Abbie estuvo con ella todo el tiempo.

—Estoy muy confundida, ¿ustedes sabían eso?— mi prima les preguntó a los Guardianes con toda la seriedad del mundo.

—Elsa, tenemos que hablar con Bian, cuando despierte le invadirán preguntas por mi parte— Anna me avisó y se fue sola al cuarto de cuadros.

Jack voló hacia la ventana del salón, intenté hablarle pero ya se había ido, que extraño de él.

Me fui hacia mi habitación porque ahí estaba Bian, sólo quería saber cómo era Elizabeth, si ella era buena Reina y Guardiana a la vez, yo no soportaría tanto.

—¿Crees que esté bien?— le pregunté a Abbie preocupada.

—No la volví a ver desde ese día, enterramos los cuerpos de nuestros amigos y se fue, no me dejó curarla del todo, eso pasó hace muchísimos años. No entiendo porqué apareció hasta ahora— Abbie "responde" cabizbaja, y me dio un sentimiento de tristeza profunda.

—Majestad, la buscan en la entrada— avisaron por detrás de la puerta y escuché los pasos retirarse.

—Vuelvo enseguida— me levanté de mi sillón y fui hacia la puerta principal.

Durante el camino iba pensando todo lo que está ahora en mi mente, soy una reencarnación.

—Hola Elsa— escuché al bajar las escaleras de los lados.

—¿Qué haces aquí?— respondí claramente confusa.

—Quería disculparme con Jack, supe que todavía estaban aquí— contestó nervioso.

—Nunca te fuiste, ¿cierto?— pregunté un poco enojada.

—No... yo sólo me fui a tu castillo de hielo— confesó de igual forma.

—Debiste irte— me di la vuelta y avancé unos pasos.

—No, Elsa— me tomó de mi muñeca.— Quiero que seas mi esposa— dijo sin más, lo dijo como si fuera una orden.

—Lo siento, yo no quiero casarme— respondí a su petición.

—Ella no se casará contigo— la voz de Jack se hizo presente.

Sentí incomodidad al escucharlo, no podía creer que esto estaba pasando.

—Tú no te metas, no eres nadie para decidirlo— alza su voz con tono retante.

Jack se acerca a mí y me toma de la cintura.
No supe cómo reaccionar.

—Ya tomé una decisión Tadashi, esta vez quiero que te vayas— le seguí el juego a Jack y lo tomé por el brazo.

—Vámonos— Jack me volteó junto con él y subimos las escaleras.

Narra Jack

No supe ni cómo hice eso, pero lo hice. Estaba caminando con Elsa, y ella no me soltaba el brazo, el sentimiento más lindo que había tenido.

—Jack— me habló.— Gracias por salvarme siempre— volteó a verme y yo a ella.

—Tú me salvas a mí— le dije sonriendo.

Hielo oscuro: tu mayor miedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora