Nota:
Les dejo aquí los apodo de los chicos, porque van a necesitarlos. En el pasado, en Edén, ninguno sabía el nombre del otro.Kylan: Bentley
Ian: Fiat
Skyle: Skoda
Jhon: Buick
Jaden: Ford• ────── ⌖ ────── •
Diciembre 12, 2008
Veo a Bentley apoyado en la pared de la salida con aquella tranquilidad habitual y no puedo evitar envidiarlo. Sabe que estamos yendo en contra de las reglas, pero actúa como si fuera él quien las dictara; no le preocupa para nada ser visto por alguien.
Me pidió ayuda, pero estoy seguro de que no puedo ayudarlo, ¿Que mierda podría ofrecerle yo? Si llevo mucho menos tiempo que él aquí dentro y estamos en la misma situación.
Cuando por fin llego, ni siquiera cambia la expresión, parece que no hubiera nadie frente a él.
—¿Estás seguro de que no te ha seguido nadie?— su mirada se mantiene detrás de mí para asegurarse que lo único que hay en la calle, es oscuridad.
—He salido tal y como me los has dicho— susurro, e intento sonar tan rudo como él; uno, para no verme tan infantil como me siento, y dos, para que me tome en serio.
Quiero lograr entender cómo es que tiene una voz tan masculina para solo tener catorce años. Su cuerpo parece de otro mundo. ¿Músculos? ¿Qué le han dado de comer en los años que lleva dentro? ¿Petróleo? Ya esta tan metido en él papel de «Chico malo», que parece que incluso ha dejado de sentir él frío. Lleva una sola camiseta negra pese al clima que nos pega el invierno.
—Más te vale— y en este mismo instante comienzo a rogar porque de verdad nadie me haya seguido, porque de otra forma, estoy muerto. Bentley va a matarme.
Este tío es aterrador, aterrador de verdad; ni siquiera sé por qué soy su amigo, ni porqué me encuentro haciendo cosas contra las reglas por él. Expele advertencia, tristeza y mucho dolor. Una intensa soledad. Es mi amigo, pero carga con una oscuridad por dentro que asusta a cualquiera. Ya tenía una personalidad bastante difícil cuando recién lo conocí, pero después de la repentina muerte de su hermano gemelo —el simpático—, y aunque creía que sería imposible, solo ha vuelto peor.
Comenzamos a caminar por las calles, calles que no tengo idea de a donde se dirigen porque es primera vez que las veo. Tenemos prohibido poner pie fuera del hoyo, por protección nuestra y de ellos, y por eso es que no me extraña estar totalmente perdido en este lugar. Lo que si me extraña es ver cuan bien lo hace Bentley, quien no solo se salta las reglas y me obliga a saltarlas a mí, si no que parece que hubiera hecho esto miles de veces antes.
Estoy comenzando a replantearme esa idea de que es «Mi mejor amigo» por millonésima vez desde que nos conocimos. Creo que la idea de mandarlo a la mierda se me pasa por la cabeza al menos una vez al día. Siempre logra asustarme con algo. Hasta ahora no me había involucrado en nada, pero probablemente este sea el inicio de una relación de amistad basada en saltarnos reglas y ponernos en un estúpido peligro.
Se detiene en seco en algún sector, un callejón con una salida lejana, apenas iluminado y bastante maloliente. Vuelve a mirar a nuestro alrededor y fija su mirada en mí, pero no es como si me estuviera viendo realmente.
—Dallas, soy yo.
Escucho un sonido de algo moverse y entonces una cabeza se asoma por detrás de un contenedor de basura.
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Perfecto Engaño | Titanes III |
RomanceSkyle Dickens tiene tres razones por las cuales podría estar cerca de una chica: por trabajo, por familia, o porque le pone. No hay espacio para otro tipo de relaciones, su vida es ya lo suficiente caótica y complicada. Él no necesita una novia, él...