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Diciembre, 2017
14:22 P.m

Evee mira por la ventana e intenta que el acomodarse en el asiento no sea tan notorio como lo es. Y la verdad no la culpo, hasta yo me siento raro manejando un Range Rover Evoque y no mi super deportivo.

—¿Así que ni siquiera piensas decirme a que parte vamos?

—No, quiero que sea una sorpresa para ambas— le sonrió. Por el rabillo del ojo veo a Evee negar con la cabeza.

—Vale, pero que sepas que me está matando la intriga y eso no es bueno para las embarazadas— la verdad, medico soy, pero no sé si eso sea real, y no se siquiera si es que Evee lo sabe también, así que al final decido no discutirle nada y solo reír. Así evito cagarlas.

Me tomo un poco darme cuenta de las cosas que significa formar una familia, de la responsabilidad que conlleva, y también de la cantidad de cambios que hay que aplicarle a tu vida. Soy una basura adolescente aun, después de todo, y como a todos, analizamos todo más profundo cuando las cosas ya están encima de nosotros. Evee ya tiene casi cuatro meses, al bebe aún le queda tiempo para nacer, pero eso no significa que no existan cosas para hacer por el aún. Y llevo meses viviendo el día a día como si ese momento fuera a tomar años en llegar.

De eso me di cuenta hace un par de días atrás, cuando iba junto a Evee muy tranquilamente a buscar a Heaven de la universidad, y entonces me percaté de que mi auto era un deportivo para dos personas; el más lujoso del año, una joyita y todo lo que quieras inventarte, pero allí dentro no cabía mi hermana ni aunque nos pusiéramos a jugar Tetris con nosotros mismos. Y si allí no había espacio para mi hermana, ¿Cómo estaba esperando que cupiera mi bebe también?

Llevaba tiempo buscando lugares donde vivir, pero al final lo dejaba en nada. Y no es por menospreciar la compañía de mis amigos en el hermoso apartamento de Alph sau o la... acogedora pequeñez de Dig tau, pero dentro de esa habitación no había espacio para colocar una cuna, ni las miles de mierdas —que bien tarde me di cuenta— necesita un bebe. Y aunque pudiera meternos a todos a dentro, no había razón para tal cosa.

Así que decidí que de verdad ya era momento de hacer cambios.

Skyle Dickens poniéndose los pantalones de hombre adulto mayor y completamente serio por una vez en la vida. Deberían grabar eso.

Tome mi auto antiguo y con más dolor en mi alma de la que jamás le había tenido a cualquier mierda, se lo deje a mi hermana. Compraba uno para la familia y le daba a ella algo que pudiera darle más autovalencia. Mataba dos pájaros de un tiro. Además, sospecho que era la única de una familia de ex mafiosos que no tenía su propio auto. Kylan reparo su Hunaudieres y le entrego el auto actual a Tyee con la condición de que dejara de usar la motocicleta por lo que le resta a su embarazo. Así que increíblemente en algo se pudieron poner de acuerdo. Los mellizos aun ni siquiera nacen, y ya están heredando medios de trasporte.

—¿Ósea que pasaremos a buscar a tu hermana y vas a hacer que deje el auto aquí, solo para que no sepa dónde vamos? — vuelve a preguntar Evee. Su intriga de verdad la está matando y comienzo a preocuparme de que lo que decía sea verdad.

Asiento con la cabeza lentamente. —Exacto.

Me estaciono frente la universidad de Canvas, pero pese a que le pedí expresamente que me estuviera esperando en la entrada, no veo a mi hermana. Estoy a punto de llamarla, cuando la veo aparecer corriendo desde una de las esquinas de la construcción. Viene vistiendo unos Jeans común y corriente con un sweater que le roza las rodillas. Se despide con la mano a la distancia de un chico que la mira desde más allá, y se sube al auto con una sonrisa en la cara.

Perfecto Engaño | Titanes III |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora