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Julio 28, 2017
03:44 am

No creo la verdad que el asunto le haga gracia alguna. Su ceño se frunce, yo tengo más que claro que para lo único que le gustaría mirarme, seria para tomar el ángulo perfecto en que una bala atravesaría mi cráneo antes de dejarme decir mis últimas palabras. Sin embargo no puede, está obligado a llevarme vivo.

A mi me pica todo el cuerpo por sacarlo de sus casillas, la verdad es que ni siquiera me resisto. Me golpeó dos veces antes de que lo dejara atraparme, pero ahora me voy tarareando totalmente tranquilo.

—¿Tuviste sexo antes de venir aquí?— el tipo se voltea a mirarme como si me preguntara «¿Que esta mal contigo, hombre?» Yo me encojo de hombros. —Podría ser tu última vez.

Definitivamente fue la última vez.

—¿Tuviste tu?— me pregunta con una sonrisa burlesca. Él cree que soy yo quien va a morir hoy.

Cosita.

—Dos veces— digo asintiendo. —Pero no será mi última vez.

Su siguiente movimiento es ignorarme. Me pincha con el cañón del arma para hacerme avanzar.

—¿Cuando entraste?— me detengo después de solo haber dado dos pasos. —Apuesto que eres nuevo. Joder, tío, ni siquiera has salido a la vida después de Edén— niego con la cabeza apenado.

—Cállate y sigue avanzando— vuelve a pincharme con el cañón, pero su voz suena nerviosa. No se si es la situación o la forma que tengo yo de sobrellevarla, pero ya comienza a notarse estresado.

Giro el cuello hacia la derecha y me suena un hueso. Me gustaría poder desperezar mis brazos también, pero temo que me lance un balazo en uno de ellos para que deje de moverme. La verdad, me gustaría salir completo de aquí. Luego se me ocurre una idea. Si el es nuevo, significa que aún es un chaval, con mucha suerte a salido a la vida. Me detengo nuevamente y me volteo a mirarlo.

—No eres virgen, ¿No es así?— en respuesta me golpea la boca con la culata del arma. Tomo esa respuesta como un si mientras me afirmo el labio y me muevo a rastras.

Lo que quiero preguntarle ahora es si alguna vez se metió alguna droga, pero se que sería mucho para él. ¿Por que Dios me ha hecho así? La verdad es que el chico me apena. Va a morir, y la ha faltado tantas cosas por vivir. Pero fue él quien eligió que bando seguir.

Ahora si que lleva el cañón pegado a mi espalda. Es nuevo, pero tiene huevos. Bien hecho. Aunque si tengo que evaluar su trabajo, se queda en el cinco. Llevar el arma pegada a mi espalda lo pone en desventaja. Podría rápidamente darme vuelta y golpear su brazo para botarla. Estaría libre. No lo hago porque lo que necesito es que me lleve a Caín.

Me dice que abra la puerta y en cuanto lo hago me pega una patada para hacerme entrar. Me caigo y por poco no me doy con la nariz contra el suelo. No alcanzó a subir cuando siento un disparo. Por unos segundos de verdad estoy aterrorizado; pienso que quizá algo ha salido mal y busco el cuerpo de uno de mis amigos cuando me doy cuenta de que no me ha llegado nada a mi. Luego veo la sombra del chico y su cuerpo cae sobre mis pies. Levantó la mirada y veo a Kylan sujetando el arma aún en su dirección.

—¡Que susto, joder!— le digo poniéndome lentamente de pie. Él me sonríe tranquilamente. —Pensé que me estaban disparando a mi.

Frente a mi esta Caín y Ferrari, quien lo apunta con el arma sin perderle ojo ni por un segundo. No se si es visible el alivio que siento de saber que finalmente si se ha puesto de nuestro lado, pero él no parece notar nada. Por unos segundos me mira, y lo único que hace es saludarme con la cabeza.

Perfecto Engaño | Titanes III |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora