| 055 | Final

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Solo quiero decir gracias.
Y no me odien, entiéndanme.

Marzo 6, 2018
12:51 Pm

Miro el cielo mientras esperamos fuera de la tienda de ropa de bebé a Tyee quien entro para preguntar por unos diseños. El cielo esta nublado, parece que ni siquiera existiera un sol detrás de aquellas nubes. Kylan mese el cochecito de atrás para adelante sin despegar la mirada del plástico transparente que cubre a los mellizos del frio viento infernal que corre por las calles. Debemos ser esa clase de padres irresponsables que sale a pasear con los bebes cuando el clima esta como para tirarse a dormir todo el día. Finjo ponerle atención a algo que dice Evee sobre una polera que tiene uno de los maniquíes de niños tras el cristal. Le resto importancia porque en realidad esa taya podría ser para nuestro bebe, pero dentro de unos cinco años más, y estoy demasiado concentrado en todo lo que hay alrededor en la calle. Tyee sale de la tienda y vuelve hasta nosotros con una completa mueca de disgusto en la cara.

—Vamosnos de aquí— gruñe. Kylan entrecierra los ojos.

—¿Qué sucedió?

—Nada, que el único maldito color es el rosado, porque hombre, es un conjunto para niña y el mundo supone que a las niñas solo les gusta el rosado. ¿A mi hija no le gusta el rosado? Pues se jode.

Él le frunce el ceño. —Tú no sabes si a Laughter le gusta el rosado.

—Es mi hija, es obvio que no va a gustarle— responde alzando las cejas.

—También es mi hija.

—¿Y a ti te gusta el rosado?— se termina la discusión con el silencio de Kylan. Tyee alza una sonrisa ganadora. —¿No has visto nada que te guste?— le pregunta a Evee; ella aún sorprendida con la reciente situación, abre los ojos un poco aturdida, y se demora un poco más de lo necesario en responder.

—No... no. Es que con navidad y el baby shower creo que en realidad tengo ropa para vestir a dos bebes— se encoge de hombros. —Creo que iré por objetos y cosas así— Tyee asiente con la cabeza.

—Pañales— señala. —Asegúrate de tener muchos de ellos, millones, porque estas pequeñas bestias cagan como si no existiera mañana.

—T— le dice Kylan con voz de regaño. Ella lo mira y rodea los ojos.

—Los bebés, los bebés— se corrige alzando las manos. —Venga, entremos al restaurant ese, que tengo hambre.

Ambos se ponen en marcha delante de nosotros. Tyee mira a su alrededor e intenta que no sea tan notoria la forma en la que se apega a Kylan. Él le toma la mano, cruza sus dedos y apoya el costado en el mango del coche doble donde van los mellizos para seguir empujando de él.

—¿Son siempre así?— me giro a mirarla y asiento lentamente.

—Desde el primer día.

Y el hecho es, que ese tipo de "reprimendas" es pan de cada día. Tyee suele llamarlos por apodos graciosos, y entonces llega Kylan con sus ceños fruncidos y la regaña. La verdad es que yo creo que ya comienza a ser un juego para ellos, ella lo hace porque sabe que Kylan va a decirle algo, y él le sigue el juego. «Bestias» les dice, pero estoy seguro de que no hay nada que ella no haría por esas bestias. No tengo ningún objeto para medir el amor que le tiene a sus hijos, pero no pondría en duda ni por un segundo de que lo haga. Ella jamás ha sido de demostrar mucho afecto, ni siquiera con Kylan, pero eso no significa ni por un minuto que deje de amarlos.

—¿Cómo va Heaven? — pregunta Kylan volteándose a mirarme por algunos segundos mientras continúa caminando. Tyee se interesa por la conversación, se gira a mirarme y se detiene para que los alcancemos.

Perfecto Engaño | Titanes III |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora