Perfecto Engaño | Titanes III |

| 023 |

Abril 25, 2017
01:34 am

Heaven se ha quedado dormida apoyada en la ventana a mitad de camino. Se enrosca bajo las tela de mi chaleco y emite un pequeño suspiro. Cuando me detengo en el semáforo en rojo me volteo a mirarla; su cabello Rubio platinado abrazando su cuello y cubriendo su rostro. Lo lleva más corto que la última vez que la vi, de eso hace más de dos años. Todos los chicos la conocen, solíamos verla más seguido cuando aún estábamos encerrados en Edén, pero cortamos todo tipo de comunicación cuando salimos, porque entonces ahora los enemigos eran mucho mas reales. Luego alguno de los chicos me acompañaba a verla una vez cada un año o algo así, y aun con tanto tiempo entre nosotros, no hubo semana que no hablara con ella. Era igual que una dosis de energía, estaba ahí para recordarme porque estaba haciendo todo esto, porqué seguía aguantando. Aun así no ha cambiado tanto desde entonces; sigue igual de pálida, igual de delgada y pequeña. Veinte años, pero siento que aún es la pequeña de doce que me obligaron a dejar atrás.

Marco el teléfono de Evee, y por la hora no me sorprende que no conteste la primera llamada.

—Hey— Digo cuando ella responde.

—¿Por que llamas a esta hora? ¿Estás bien?— Pregunta con voz somnolienta.

—Hazme un favor— Le pido mirando a mi hermana aun dormida. —Pero no hagas preguntas.

—¿Skyle? ¿Que sucede? Me estás asustando.

—Necesito que mi hermana se quede contigo por algunos días.

—¿Hermana? ¿Tienes una hermana, Skyle?— Pregunta sorprendida.

—Por favor, Evee. No hagas preguntas— Ella no responde, y estoy casi seguro de que va a discutir conmigo. —Eres mi única opción.

La escucho suspirar al otro lado de la línea, y luego se queda en silencio. Me gustaría poder ver su cara en estos instantes, intentar descifrar en lo que está pensando. Seguramente me está maldiciendo en sus pensamientos, a mi y mis malditos secretos.

—Vale— Dice al final. —Te estaré esperando.

Heaven despierta a mitad de camino, se endereza y comienza a mirar la carretera, pero no es mucho lo que dice. ¿Que se supone que dices en estas situaciones? ¿Te va bien en la escuela? ¿Dejaste algún novio atrás? La que seguramente sería mi pregunta de oro, como para cagarlas. Recordarle a todos quienes jamás volverá a ver. La lejanía combinada con el hecho de que acaba de salir de una situación traumática, da como resultado un viaje un tanto incómodo. Lo único bueno de que despierte antes, es que al menos no tengo que cargarla en mis brazos como hice con Tyee, porque Heaven decide que quiere caminar por si misma, así que va cojeando a mi lado.

—¿Donde vamos?— Me pregunta cuando comenzamos a entrar a la hermandad.

—Donde una amiga.

—Tu novia.

—Te dije que es una amiga.

Ella suspira. —Tu no tienes amigas, y jamás me habrías traído a la casa de alguien en quien no confías. Estas enamorado de ella.

Me detengo y me volteo a mirarla. —Uno puede confiar en personas sin enamorarse de ellas— Reclamo. —Y para tu información, si tengo amigas.

Se cruza de brazos y la veo sonreír. —¿Ah si? ¿Cuantas?

—Una.

—¿Contando a esta o estás admitiendo que ella no es solo tu amiga?

Me ha pillado.