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09:05 am

Me detengo frente a la salida de Alph sau y me tomo mi tiempo para respirar, para respirar seriamente porque ya estoy temiendo lo que se me viene encima. No tengo idea de que planea, pero las únicas ideas que pasan por mi cabeza son que me lleve de compras, a un salón de belleza, o a algún tipo de cosas así y me haga pagar por ello. Lo que me da igual; si quiere que le compre toda una tienda, por mi está bien si al final me dice la verdad. Pero no parece ese tipo de chicas y me hace más difícil adivinarlo, por eso es presiento que será molesto.

Finalmente camino hasta el Subaru azul; la música la puedo escuchar desde algunos metros alrededor del auto y cuando abro la puerta, las vibraciones me golpean como una corriente de aire frío. Ella levanta la cabeza de su celular y baja el volumen cuando se fija que soy yo.

—Lamento la demora— me disculpo sentándome en el asiento de copiloto y cerrando la puerta. —No me estaba masturbando ni tomando baños de espuma— Suelto, antes de siquiera darme cuenta de lo que he dicho. Estoy a punto de golpearme la cabeza contra el vidrio, por idiota.

Ella se me queda mirando confusa por algunos momentos, luego se pone a reír. —¿Disculpa?

Pestañeo frustrado.—Lo siento, es que Jhon soltó un par de mierda antes de salir. Se me quedó en la cabeza.... da igual, lo dije sin pensar.

Me la quedo mirando mientras ella continúa riendo. Lleva el su pelo gris recogido en una larga cola de caballo, por los costados se le escapan unos pequeños risos y comienza a jugar con uno de ellos.

—Sácame de una duda. Eso de la emoción por la salida ¿Era una mentira de tu amigo o se te ocurrió a ti mientras dabas instrucciones detrás de la puerta?

Me hubiera caído de culo si hubiera estado de pie.

—Yo no estaba dando instrucciones detrás de la puerta.

—Si lo estabas.

—No, claro que no.

—Vamos— me sonríe, y hace ese gesto de achinar los ojos, —¡Que te he oído golpearte la cara cuando tu amigo comenzó a decir incoherencias!

—Te habrás confundido— vuelvo a negar y evitó su mirada por temor a que me descubra.

—Ya... Entonces sí te estabas masturbando en la ducha.

Mis ojos casi explotan en su dirección. —Ya te dije que no he hecho tal cosa.

—Te has demorado veinte minutos— y eso suena como que se estuviera quejando pero en su cara solo noto diversión. —Es eso, o lo del baño de espuma.

—En ese caso el baño de espuma suena mucho mejor— añado con una sonrisa, y ni siquiera sé porque agregó eso, al final es una estupidez más y ni siquiera tiene sentido.

—Consíguete amigos que mientan mejor la próxima vez que no quieras salir con una chica.

—Ni siquiera recordaba que habíamos planeado salir hoy.

Por unos segundos ella guarda silencio ante mi confesión. —No tienes que hacerlo si no quieres.

¿Está bromeando? ¿Después de todo el espectáculo y la vergüenza que he pasado? No es como que quiera, es más como que debo, pero sé que si suelto algo como eso voy a cagarlas. Mi lengua pica, casi como que me ruega que lo deje ir. Pero sé que esta vez no puedo simplemente ser, tengo que actuar, actuar como otra persona; alguien un poco más maduro, reservado, y con joder, un maldito filtro entre la cabeza y la lengua.

Perfecto Engaño | Titanes III |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora