| 054 |

10.1K 1K 636
                                    

Como dije en el capitulo anterior, y por si alguna no lo leyó, cambie el nombre de el bebé. Como para que nadie me pregunte, "Oye, y no de llamaba...?"


Febrero 22, 2018.

16:44 Pm

Me miro al espejo y un poco incomodo arreglo la corbata. Entre más la miro, más me parece que está totalmente mal hecha. Creo definitivamente que no debí confiar en Jaden para arreglarla, pero viendo que jamás en la maldita vida me había puesto un traje, y que no tenía ni idea de cómo abrochar una corbata, simplemente dejé que intentara jugar un poco con ella. Así, quizá de suerte, lograba algo que se viera bien. Es invierno, y aunque en el interior de la casa no hace realmente calor, me siento a cuarenta grados Celsius.

Golpean la puerta dos veces de una manera un poco tímida, tanto así, que me sorprendo de ver que es Tyee quien aparece al otro lado. Me lanza una sonrisa maliciosa y la veo colarse al interior de la habitación, gruñendo cuando la cola de su vestido se queda a medio camino en la puerta y no le permite cerrarla.

—Puto vestido— se queja para ella misma.

La observo mientras termina de cerrar la puerta y se voltea hacia mí. Lleva un bonito vestido de negro, tiene encaje en la parte superior que forma un largo escote en V que le llega un poco por encima del obligo, sigue por su brazo derecho hasta cubrirlo por completo, mientras que en el izquierdo tan solo tiene una decoración, como si fuera una pulsera. La tela cae libremente por la cintura para abajo hasta formar un poco de cola, y tiene una abertura en el lado izquierdo que le deja ver la pierna y los largos tacones color crema. Lleva el cabello anaranjado recogido por un lado, y sus risos caen rebeldes por el otro.

Se voltea alrededor para observar la habitación. —Esta mierda es peor que mis chiqueros—dice arrugando el ceño. —No podrías ni imaginar que es hermano del maniático de Kylan.

También le echo una ojeada. La habitación no es en si lo que podrías llamar, limpieza y pulcridad. La cama está mal tendida, se nota mucho que hizo un esfuerzo sobre humano por hacerla lucir bien solo porque alguien más iba a ocuparla, una de las puertas del closet está abierta y si te paras en el ángulo correcto, incluso puedes ver que dentro, la ropa no tiene un orden especifico. Sobre el escritorio hay un montón de libros, abiertos y cerrados, papeles, algunas guías, una cajita de jugo y incluso un par de lápices desparramados; y sobre la silla junto a la mesa, hay unas sudaderas colgando. Es algo así como exactamente lo que esperarías de un chico con la personalidad de Dallas. Sin embargo, si nos ponemos a comparar lo que solía ser el cuarto de Tyee en la habitación de Ian en Alph sau, en realidad, ella cae muy bajo.

—No digas nada o todo esto acaba acá— me advierte cuando se da cuenta que me vuelvo a mirarla casi burlesco. Levanto las manos en señal de rendición y me vuelvo a mirar otra vez en el espejo, retomando el nerviosismo por incontable vez esta semana. —Creo que ni una chica se mira tanto al espejo como lo estás haciendo tú en estos momentos.

—Estoy nervioso como la mierda— admito.

—No me digas— rodea los ojos. —Yo ni lo había notado— se acerca a mí y me echa una ojeada también. Parte desde la punta de mis relucientes zapatos negros, subiendo por el terno del mismo color, hasta llegar al mismo cuello de la camisa blanca. —¿Temes que la novia te deje plantado? Porque si es por eso, no creo que pueda salir de la casa sin ser vista, y tan solo hace unos segundos la vi intentando cerrar el vestido alrededor de esa inmensa pansa que tiene— se ríe. —Bueno, a menos que en realidad si se presente pero se niegue a casarse contigo— se encoje de hombros.

Perfecto Engaño | Titanes III |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora