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Septiembre 24, 2017

22:05 Pm

Debo admitir que cuando planeamos todo esto de la casa, la fiesta y la inauguración, fuimos bastante superficiales. Jamás se nos ocurrió que íbamos a necesitar más cosas de las con más que venía la cada; cosas así como los cubiertos, platos, vasos, y... cosas esenciales, como lo es el papel higiénico. Se notó bastante que fueron sólo hombres los que planearon esto. En nuestra defensa; al menos lo intentamos. A mitad de la fiesta, cuando ya estábamos a punto de sentarnos a comer, es que nos dimos cuenta de que en realidad no teníamos en que comer. La casa es nueva, amueblada, pero nueva. Cada uno de nosotros nos dividimos en nuestros respectivos autos y nos embarcamos en la misión, «Convertir la casa en hogar» y compramos todo lo que creímos que les haría falta a ellos para al menos sobrevivir Los primero días.

Lo más idiota, es que la mayoría de nosotros apareció con comida. Trajimos cubiertos y platos porque sabíamos que nos hacían falta, pero nadie realmente pensó mucho más profundo. Eso, exceptuando por Evee, Vike y Heaven, quienes incluso compraron una alfombra de entrada que pone «Oh shit, not you again». Todos estuvimos de acuerdo en que fue realmente ingenioso de su parte. Al final, terminamos abriendo los regalos de inauguración —Recién comprados— antes de siquiera comer.

Cuando Tyee está a punto de abrir uno de los regalos que compro Dallas, sentimos llegar un auto. El instinto nos obliga a todos a ponernos en alerta; nos levantamos de nuestros asientos y veo que algunos incluso se toman la parte trasera del pantalón, allí donde deben llevar su arma. Pero en mi caso no llevo la mia, porque estoy intentando comenzar a desligarme de ella poco a poco. Así que la dejo en casa cuando se que voy a lugares seguros, o con los chicos, que por supuesto, no creo intenten nunca semejante azaña. Estoy intentando dejar toda la mierda de la mafia atrás, a vivir más normalmente. Me siento completamente vulnerable sin ella; era algo que me daba un +50 en vida, y cuando no la llevo es como si anduviera por la vida con él diez por ciento. Pero entonces me acuerdo de que hay gente a nuestro alrededor que jamás en la vida a tocado una y han sobrevivido perfectamente. Se que yo también puedo hacerlo.

Jaeden, Kylan y Jhon se ponen de pie y se van a mirar a la ventana; Dallas, Millán y yo nos quedamos detrás, pero por delante de las chicas todas las mujeres, para hacernos cargo de ellas en caso de cualquier cosa. Tan solo nos dedicamos a observar. Kylan le hecha una mirada al exterior por uno de los costados de la puerta de vidrio templado y se voltea con una extraña mueca en la cara.

—¿Es... Theon?

—¿Quién?— pregunta Dallas, dirigiéndose a mirar también, el rubio se queda a mi lado, pero forma una expresión rara.

Todos apartan las manos de sus armas, pero no se relajan un pelo. —Pero ¿Qué demonios hace aquí?— pregunta Kylan haciéndose a un lado para darle espacio a su hermano para mirar.

—Ah sí, yo lo invité— suelta Ty entonces. Se aparta de mi lado para caminar hasta la puerta también bajo la mirada de todos.

—¿Que tú qué?

—Le envíe la dirección y le dije que viniera.

Suena tranquila, pero en su cara no hay ni siquiera un amago de sonrisa. Está esperando ver la reacción de los chicos, porque sabe lo que va a pasar. Lo ha hecho a propósito.

—Vaya, lo que le faltaba a la fiesta.

Comenta Dallas, e intenta que su comentario suene neutro, pero soy capaz de distinguir la tensión en su voz. Vuelve hasta los sillones y se tira sin cuidado sobre uno de ellos. Millán lo sigue de cerca y le susurra algo que no alcanzo a oír.

Perfecto Engaño | Titanes III |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora