03. Primer día

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Me despierto de mal humor solo por ver mis paredes vacías. Ayer no tuve tiempo de instalarme, y hoy tengo que ir a la agencia. No puedo preocuparme de eso ahora. Voy a la cocina y rezo para que en la nevera haya algo más que un par de latas de cerveza. Me sorprendo al ver que hay bastantes alimentos dentro ella y algo de café. Odio el café, pero para despertarme es lo mejor que puedo hacer.

Quiero que todo salga perfecto en este primer día, así que me quito las trenzas que tengo hechas de ayer para que mi pelo tenga unas pequeñas hondas naturales. Después me visto con una camisa blanca metida por dentro de una falda vaquera. Después llevo unos botines y una chaqueta de cuero. También me paso casi media hora maquillándome delante del espejo, aprovechando que hay algo que se me da bien. Me bebo el café en tiempo récord y justamente entra Sokja a la cocina, ya con su uniforme, avisándome de que ambas llegamos tarde.

Cojo el bolso y mientras voy hacia la puerta me aseguro de que no me falta nada. Ignoro el ascensor y bajo corriendo las escaleras de dos en dos con Sokja pisándome los talones. Seguramente cuando llegue estaré chorreando de sudor. Me despido de Sokja con la mano cuando nos separamos y a los pocos minutos llego a la agenica. Pongo mi mano en el mango de la puerta opaca y la empujo, sintiendo que todo el mundo está mirándome. Me acerco al chico de la recepción e intento parecer casual, como si no hubiera corrido sin parar durante diez minutos y me haya caído por unas escaleras.

-Buenos días, soy Odette Casseau.

Baja la mirada a su ordenador y aprovecho que no me mira para retocarme el pelo en el espejo que hay a su espalda. También me toco las mejillas para intentar quitarme el rubor innecesario. Unos segundos después oigo el sonido de unos tacones que suena cada vez más fuerte, así que me giro para ver a una mujer que se acerca a mí con una sonrisa.

-Buenos días, Odette, soy Song Jun. ¿Puedes acompañarme, por favor?

Asiento, después de hacer una reverencia y la sigo. Vamos hacia un despacho en el que hay otra chica y un chico. Me mandan sentarme en una silla y los tres me miran con ojo crítico. Por suerte me he maquillado a conciencia.

-Bueno, Odette, estamos muy interesados en lo que haces y, para qué andarse con rodeos, creemos que serías de gran ayuda en esta empresa. Estamos sorprendidos con que hayas venido tan rápido, y desde tan lejos.

-Era o todo o nada. Tenía que arriesgarme, así que espero no decepcionaros.

Los tres asienten con conformidad, espero, y apuntan cosas en sus papeles. Me hacen preguntas generales, desde si tengo novio hasta mi cantante favorito. Jun se levanta y me indica que puedo empezar ya mismo a trabajar, ya que los chicos tienen una sesión de fotos. Frunzo el ceño, pero la sigo. No entiendo por qué necesitan que yo esté en una sesión de los chicos, que deduzco que serán los chicos de BTS.

Cogemos un ascensor para ir al último piso y vamos a una sala llena de cámaras, focos y ropa. Mucha gente corre de un lado a otro y puedo notar el estrés en el aire. Supongo que los chicos van a sacar disco dentro de muy poco. Jun me guía hacia una mesa de maquillaje y me dice que espere unos minutos. Entonces en mi cabeza algo hace "click", aunque no quiero sacar conclusiones precipitadas. Antes de que pueda intentar hablar con nadie, la puerta vuelve a abrirse y de ella entran las estrellas del día. Los chicos de BTS prácticamente en su peor momento, bostezando y con las caras más pálidas que un vaso de leche. Miro el reloj, las ocho y media, tampoco es tan pronto. Veo que Jun les guía hacia mí y me cojo las manos con nerviosismo.

-Esta es la nueva maquilladora.

Sonrío forzadamente, aunque los chicos tampoco me prestan mucha atención. Básicamente se me acaba de caer el mundo encima. Lo que pensaba que iba a ser el trabajo de mis sueños, cantando, va a resultar ser el trabajo de mis pesadillas, maquillando estrellas del k-pop. Uno de los miembros es sentado por otra chica en mi mesa y me veo obligada a ponerme manos a la obra. Jun acaba de indicarme el maquillaje que tengo que hacer, y no entiendo por qué me necesitan si lo podría hacer hasta un niño de seis años.

-¿Cómo te llamas? -pregunta de repente el chico al que estoy maquillando.

-Odette -murmuro, intentando no ponerle más polvos en la cara de los que necesita -¿Y tú?

-¿De verdad no sabes cómo me llamo? -pregunta con una pequeña sonrisa.

-No. Soy más de EXO.

-Me llamo J-Hope -dice después de soltar una breve carcajada -Es raro que te hayan contratado justo ahora. No estamos cortos de personal.

-Eso mismo pienso yo -comento, mientras acabo de delinear levemente su ojo -Ya estás. Fresco como si no te acabases de levantar.

Me da las gracias con una sonrisa amable y se sienta otro. No me saluda ni me mira así que deduzco que estará cansado, pero todos los estamos. Pongo los ojos en blanco y empiezo a poner polvos por toda su cara. Tengo que hacerle el mismo maquillaje que a J-Hope, pero a este le pongo base debajo de los ojos porque tiene ojeras. Cuando empiezo a delinear su ojo, veo que hace una mueca.

-Me haces daño.

Tiene una voz grave, como si acabase de levantarse, que me sobresaltarme. Susurro una disculpa sin sentido y le aparto el flequillo de la frente con mi mano para seguir con mi trabajo. Hace varias muecas y le veo poner los ojos en blanco en varias ocasiones, pero me controlo e intento acabar el maquillaje lo mejor posible. Vuelvo a ponerle polvos con una brocha para que no le brille la cara solo que esta vez se me escapa un poco la mano y le doy con el mango en la nariz. Sin querer.

-Uy, lo siento -murmuro reprimiendo una sonrisa -Ya estás listo.

Se levanta y se mira al espejo, probablemente analizando mi trabajo. Vuelve con los demás sin siquiera mirarme. En verdad tiene la piel súper suave y sin rastro de imperfecciones. Me gustaría saber qué crema usa o quién es su dermatólogo.

Como veo que Jun no me trae a ningún chico más deduzco que ya están todos maquillados. Me siento en una silla y observo cómo los chicos posan para las cámaras. El repelente resulta ser el más fotogénico de todos y el único que no necesita que le retoquemos el maquillaje.

Varias horas después soy llamada al despacho del jefe, que ni siquiera sé cómo se llama, para firmar mi contrato. Cuando lo tengo en mis manos decido leerlo. Dice lo típico de la confidencialidad y demás, pero hay un apartado que me llama la atención y tiene como título "YouTube".

-Perdone, no entiendo el apartado de "YouTube" -digo, levantando la vista del papel.

-Ah, eso. Vamos a ver... Creo que tú misma ya sabes por qué te hemos contratado aquí, y si no lo sabes es porque ya eres famosa. Por supuesto que maquillas genial y puedes aportar muchas cosas aquí, pero como habrás visto no estamos cortos de personal -hace una pausa en la que se asegura de que estoy escuchando. Y claro que estoy escuchando -Lo que queremos es que documentes lo que está pasando aquí, pero obviamente sin dar información del disco que vamos a sacar y demás. Básicamente que grabes "vlogs", o como se llame. ¿Estás de acuerdo?

-Es que... Yo vine aquí porque pensaba que queríais trabajar con mi voz.

-Lo siento. No queremos reclutar nuevos artistas de momento.

Asiento lentamente y saco mi bolígrafo favorito, el que pertenecía a mi hermano, para firmar el contrato cuando veo todos los ceros que tiene mi sueldo.

"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora