04. El repelente se llama Suga

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Salgo del despacho con lágrimas en los ojos. Mi sueño acaba de irse por el desague. Pulso el botón del ascensor repetidas veces hasta que lo oigo funcionar. Doy una patada a la puerta de este y gruño, sin darme cuenta de que hay alguien a mi lado. Las lágrimas de frustración se resbalan por mis mejillas y me invade la ira cuando veo al repelente a mi lado, con las manos metidas en los bolsillos de la chaqueta con aire despreocupado. Me mira con frialdad y noto que se sorprende un poco al verme llorar, pero se mantiene firme. El ascensor se abre por fin y hay otro de los chicos del grupo dentro. El repelente y yo pasamos, pero yo les doy la espalda a los dos y espero a que el ascensor llegue a la planta baja.

-¿Está llorando? -oigo la voz del chico que ya estaba en el ascensor.

-Seguro que ya la despidieron.

Me giro de golpe y encaro al repelente. No parece sorprendido ante mi repentino cambio de humor y se mantiene estático, mirando a un punto fijo detrás de mí. Me acerco y alzo un poco la cabeza, ya que tampoco es tan alto.

-Acabo de firmar mi contrato, idiota.

Le miro una última vez, entrecerrando los ojos, y le doy la espalda. Veo que se lanzan una mirada entre ellos por el reflejo de la puerta. Las puertas se abren y Jun está delante de mí. Me cruzo de brazos y parpadeo para frenar las lágrimas que amenazan con seguir saliendo.

-Tienes una hora libre para comer -me anuncia con recelo, a la vez que me da una tarjeta de identificación.

Asiento y salgo, junto a los otros dos chicos, del ascensor. Me dirijo hacia la puerta, cuando noto que el chico del ascensor está parado a mi lado. Le miro con una ceja enarcada.

-¿Podrías ir a comprarnos la comida, por favor? No podemos salir a estas horas de la agencia -junta las manos y sonríe con apuro.

-Como comprenderás, no me sobra el dinero.

-No hace falta que compres caviar. Somos cantantes, no los reyes.

Pongo los ojos en blanco y asiento débilmente. Estoy demasiado destrozada emocionalmente como para discutir con un ídolo adolescente. Salgo al exterior y veo varias chicas caminando por la otra acera sin dejar de mirar hacia el edificio. El chico tenía razón, si salen ahora sería como un suicidio. Mientras busco la tienda más cercana, miro el nombre de los integrantes por el buscador de mi móvil. El chico del ascensor es Taehyung y el repelente es Suga. No entiendo cómo alguien puede llamarse prácticamente "azúcar" y ser así de agrio.

Una vez en la tienda veo unas bandejas con un sandwich de algo verde en cada uno. Cojo siete bandejas, una para cada miembro. Yo tengo hambre, pero no pienso comer con ellos. No gasto mucho, es lo más barato de la tienda probablemente. Vuelvo a la agencia a mi paso y cuando entro intento ignorar los pares de ojos que analizan cada uno de mis movimientos desde la otra acera. Enseño la tarjeta al gorila de la entrada y cojo el ascensor, aunque no sé exactamente a dónde ir. Mi instinto me dice que los chicos están en la sala de descanso. Cuando me acerco a ella oigo gritos. Dentro están los chicos hablando en un tono de voz demasiado elevado y haciendo tonterías. Subo las cejas con incredulidad al recordar que somos de la misma edad. Taehyung repara en mí y me sonríe.

-¡Bien! Pensé que ibas a pasar de mí -se sonroja un poco y yo niego con la cabeza -¿Qué has comprado?

-Unos sandwiches. Como te dije, no tengo dinero -bajo un poco el tono al notar que los demás nos miran atentamente.

-Te repito que no queremos caviar -me río levemente y me despido con una mano, pero él me frena -¡Espera! ¿No quieres comer con nosotros?

-No voy a comer -entonces me doy cuenta de lo que acabo de decir. Levanto las manos hacia Taehyung, frenándole, y él cierra la boca -Sé que los coreanos tenéis la manía de no saltaros ni una comida, pero en serio, no tengo hambre y no voy a morirme.

-Nadie iba a preguntarte nada de todas formas -no hace falta que me gire para saber que es la voz de Suga.

Veo que todos los chicos se quedan con la boca cerrada, sin atreverse a decir nada. Yo giro un poco la cabeza y le miro con una mueca de incredulidad. Está sentado en el sofá cogiendo su móvil con su dedo corazón y pulgar, usando su dedo índice para tocar la pantalla. Cuento mentalmente hasta tres y esbozo una sonrisa, para girarme otra vez hacia Taehyung.

-¡Sí! Creo que comeré con vosotros.

Estoy comiendo la mitad del sandwich de Taehyung y hablando con él, Jungkook y Jin. Se interesan bastante por mi vida en España y mi carrera, aunque me ahorro la mayoría de detalles humillantes. Al poco rato se unen los demás miembros a la conversación, menos Suga.

-¿En serio eres youtuber? -asiento con una pequeña risa, debido a la curiosidad de Jimin -¿Y en serio tienes dos millones de suscriptores? ¡Qué pasada, eso es un montón!

-Tampoco es tanto. Vosotros tenéis muchos más fans -intento restarle importancia, aunque sí me haya dejado mi sangre, sudor y lágrimas en ese canal.

-¡Pero es increíble! -interviene Jungkook, emocionado -¿Sólo subes vídeos de maquillaje?

-Más o menos -contesto, con una mueca que intento eliminar de mi cara al instante -Empecé subiendo tutoriales, pero después la gente me pedía más variedad y tuve que empezar a subir críticas y hacer directos.

-Seguro que muchísima gente te reconoce cuando sales de casa -añade J-Hope.

-Pues como a nosotros -habla Suga desde su asiento, sin apartar la mirada de su móvil.

-La diferencia, querido, es que vosotros tenéis gorilas que pueden noquear a cualquier loco que se os acerque. Yo solo tengo a mi amiga soledad y mi amiga depresión conmigo.

Todos se quedan en silencio y yo me río escandalosamente, a lo que ellos me siguen con algo de confusión. No creo que pueda bromear con esos temas con ellos.

"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora