"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]

39. Debería estar escayolada de arriba a abajo. O muerta.

Abro los ojos con dificultad, ya que siento como si tuviera pegados los párpados con pegamento. Parpadeo varias veces para acostumbrarme a la claridad y por fin puedo mirar a mi alrededor. Es una habitación de hospital y yo estoy tumbada encima de una camilla con un camisón azul. Me sorprendo cuando soy capaz de incorporarme sin problemas, lo que me confirma que no tengo nada roto. Tampoco tengo ninguna vía conectada a mi cuerpo ni oxígeno. Voy a levantarme cuando oigo la puerta abrirse.

-¡Ya está despierta! -grita la enfermera, acercándose a mí.

Entra un enfermero y, junto con la enfermera, me obliga a tumbarme en la cama otra vez. Traen un gotero y me conectan la vía en la muñeca, después me traen oxígeno y me lo ponen en la nariz y se van tan rápido como vinieron. Frunzo el ceño, confundida, ya que me encuentro perfectamente y no me parecen necesarias tantas medidas. Tampoco tengo mucho tiempo de pensar en ello, la médica llega en pocos minutos con una carpeta en su mano.

-Buenos días, Odette -me saluda, aunque yo no puedo hacer una reverencia debido a los tubos de mi nariz -Debes de estar muy confundida.

-Bastante -reconozco, suspirando -Recuerdo que me atropelló un coche. Debería estar escayolada de arriba a abajo. O muerta.

-No te ha atropellado un coche -me aclara después de soltar una pequeña risa -Lo que pasó realmente fue que te desmayaste delante del coche y afortunadamente este se paró antes de que la cosa pudiese acabar mal.

-Es solo un desmayo, ¿no? -asiente un poco y yo suspiro, aliviada -¿Entonces qué hago aquí? ¿Y por qué tengo el oxígeno puesto?

-Solo es un desmayo, sí, pero has estado inconsciente tres días. Eso nos preocupa.

Abro mucho los ojos con sorpresa. Mis padres deben estar preocupados porque no les he llamado, Jun va a despedirme por faltar al trabajo sin avisar, Jimin y Tae estarán histéricos porque no doy señales de vida, Sokja no sabrá por qué llevo tanto tiempo sin pasar por casa, Tequila se habrá muerto de hambre porque nadie le habrá dado de comer y seguramente Suga ni me haya llamado y no sea consciente de que he estado desaparecida. Todos estos pensamientos me engullen en unos pocos segundos y me hacen tener ganas de llorar.

-Tranquila, Odette, sé que ahora mismo estás muy confundida pero no tienes que preocuparte de nada. Respira -hago lo que me dice durante unos minutos hasta que me tranquilizo -Hemos llamado a tu compañera de piso y se ha encargado de avisar a tu trabajo de lo que te pasó. Supongo que era eso lo que te preocupaba.

Asiento un par de veces, distraída. La miro y suspiro con cansancio -¿Puedo irme ya?

-Todavía no. Hay que asegurarse de que estés completamente bien -resoplo ruidosamente, pero ella solo me ignora y revisa sus notas -Tengo que hacerte un par de preguntas.

Me pide que le cuente todo lo que se me pasó por la mente los segundos antes de desmayarme. Le cuento la visión que tuve, y aprovecho para hablar sobre mi sueño del otro día. Toma nota de todo lo que digo y me escucha en silencio, como si de verdad le importase mi vida. En ese momento me doy cuenta de que no es la médica, sino una psicóloga. No hace más preguntas y se dispone a irse después de asegurarme que estoy completamente bien, pero la paro.

-¿Qué pueden significar esos sueños? -pregunto, con curiosidad.

-Por lo que cuentas parece que tengan relación, que el niño sea el mismo. Puede estar ligado a un trauma del pasado, algo que viste... Solo tú puedes saberlo -se levanta y coge el pomo de la puerta -De todas formas no pienses mucho en ello. Solo ten cuidado y no te fuerces mucho.