"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]

34. Se supone que lo bueno está debajo, Suga. Todavía estoy en tirantes.

Hay personas que por más que sean pasado

con solo mirarte

hacen que exista solo

ese instante presente.

-"Srtabebi"-

...

-Tres chicas me esperaron a la salida de la firma para amenazarme con las fotos. Estoy segura de que han sido ellas.

-¿Sabrías reconocerlas en alguna de estas fotos?

El abogado me muestra unas fotos de la firma, pero niego con la cabeza -No creo. Llevaban unas mascarillas y tampoco me fije mucho en sus caras.

-Entonces podemos descartar esa idea -suspira y guarda las fotos en un sobre -Creo que lo mejor será, como ya acordamos, presionar al centro para que encuentren al culpable.

-¿Pero cómo van a hacerlo? No hay cámaras en las clases.

-En realidad sí que hay -abro la boca con sorpresa, a lo que él levanta las manos para tranquilizarme -Graban a los alumnos, no a ti. Ellos lo saben porque se les advierte cuando se matriculan. Mandaremos un último aviso para que miren las cámaras y descubran a la persona que sacó las fotos. Te aseguro que la escuela hará lo que sea para que no les demandemos.

-De acuerdo. ¿Y cómo haremos para eliminar las fotos de las redes?

-Cuando demandemos a la persona, los tribunales se encargaran de borrar las fotos. Hasta entonces lo único que puedes hacer es convencer a tus seguidores de que te ayuden a denunciar las fotos para eliminar la mayor cantidad posible.

Proceso la información mientras firmo algunos papeles. Tengo a mi lado a mi padre, que insistió tanto que le dejé acompañarme. Mi madre y él están un poco enfadados porque les oculté que trabajaba como modelo de desnudos, y sé que se no les hace ninguna gracia que l gente se entere de ello, por eso quieren solucionar el problema cuanto antes.

-Pues muchas gracias, Roberto. Llámanos cuando tengas noticias.

Levanto la cabeza al oír a mi padre y le doy la mano a Roberto. Los dos juntos salimos de su oficina y llegamos a la calle, no muy transitada al ser solo las diez de la mañana. Me propone ir a desayunar a una cafetería al lado de casa y yo acepto sin dudar ya que no he probado bocado desde que me levanté.

-¿Por qué no te quitas esa mascarilla?

Me doy cuenta de que mecánicamente me he puesto la mascarilla aunque aquí no haya tanta contaminación como en Corea. Me la quito y guardo en mi bolsillo -Es por costumbre. Allí me la tenía que poner casi siempre.

Seguimos caminando en silencio. Afortunadamente vivimos en una ciudad no muy grande del norte y puedo ir por la calle sin miedo a que alguien quiera asesinarme. Debido a los rumores de que Suga y yo estamos saliendo, en Corea no podía arriesgarme a exponerme. Aquí no ha habido ningún problema de momento, así que no tengo por qué esconderme.

Llegamos a la cafetería y un olor a churros intenso me hace sonreír con nostalgia. Muchas veces de pequeña venía aquí con mi hermano y mi madre a desayunar cuando no había clase. Saludamos al dueño que está detrás de la barra, gran amigo de la familia, y vamos a la planta de arriba. Allí están los mejores asientos, delante de unos ventanales, desde donde se puede ver un parque que siempre está lleno de niños. Pedimos churros y chocolate al camarero.

-¿Es verdad eso que dijo Cintia en navidad? -pregunta mi padre, mirándome por encima del menú. Ese gesto no tiene sentido porque estoy segura de que se sabe los platos de memoria.