-No tengo tiempo para estas cosas, Cintia.-¡Pero es una cuestión de vida o muerte!
Bufo y cambio el móvil de mano. Me aseguro de que nadie esté metiéndose ningún libro para llevárselo a casa y apoyo la espalda en el respaldo de la silla, con un suspiro de cansancio. Afortunadamente es mi último día como trabajadora en la librería de la escuela de arte, el lunes podré volver a modelar ya con mi ojo perfectamente recuperado. Lo único provechoso de estas horas es que puedo pensar y escribir letras para mis futuras canciones. Tengo que ponerme pronto con ello.
-¿Me estás escuchando? -niego y ella suelta un grito de frustración -¡Ayúdame, por favor! Acabo de pasarte por email la carta que escribí a Tae. Tradúcela al coreano y después se la das.
-Pero bueno, ¿tú quieres que me despidan? No voy a traducir la carta, y menos aún se la voy a dar.
-Es solo una cartita, nadie tiene por qué enterarse.
-Estoy trabajando.
-¡No cuelgues! Necesito...
-No te olvides de merendar y no hagas locuras.
Cuelgo y dejo el móvil guardado en un cajón antes de que la bibliotecaria me vea con él. Sigo con mi tarea de acabar de escribir una canción, cuando veo que la pila de libros a mi lado empieza a crecer así que me levanto para ir a colocarlos. Empujo el carrito por los pasillos e intento colocar los libros lo mejor que puedo, entre bostezos y caras de asco hacia el mundo. Justo cuando acabo de colocar el último libro, noto una presencia detrás de mí.
-Anda, un Suga salvaje apareció -pone los ojos en blanco y se baja la mascarilla negra hasta la barbilla -¿Qué haces aquí?
-Verónica me dijo que podía encontrarte aquí. He venido a que me digas qué canción pretendes cantar para tu canal. A partir del lunes estaré muy ocupado.
-Me alaga que hayas venido aquí solo para verme a mí -le pico, arrastrando el carrito de vuelta a mi puesto de trabajo. Él me sigue, después de bufar -Es broma. Has hecho bien en venir, tengo justo aquí las partituras.
-¿Las partituras? -pregunta, haciendo una mueca sorprendida en la que su boca hace una pequeña "o".
-Claro. Vamos a tocar el piano.
No dice ni una palabra más. Dejo el carrito en su sitio y alcanzo mi mochila que está detrás del mostrador, de donde saco una carpeta negra con dibujos blancos hechos por mí. La abro y le tiendo las partituras a Suga, para después cruzarme de brazos y esperar por su reacción.
-¿Nevermind? -deja de mirar las partituras para mirarme con una ceja enarcada -¿Es que sabes rapear?
-Nunca lo he probado, pero me gusta el rap así que eso debe ser suficiente -le saco la lengua con aire divertido, intentando infundarle ánimos y que no piense que todo va a ser un desastre -No te preocupes. No eres el único con experiencia musical aquí.
Saco otra hoja de la carpeta y la pongo encima de la mesa, haciéndome a un lado para que él también pueda verla. Es la letra de la canción, dividida en varias partes y subrayada en dos colores diferentes.
-Lo que está en amarillo es lo que cantas tú, y lo que está en verde lo canto yo -cojo un bolígrafo para ayudarme en la explicación -Entonces yo empiezo, porque la parte del principio es más calmada. Y tú cantas justo el "I don't give a shit, I don't give a fuck" y sigues cantando hasta casi el final. Tenemos que cantar juntos, así que cantaremos a la vez la última parte en la que se repite: Si parece que te vas a estrellar, pisa el acelerador, chico.
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"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]
Hayran Kurgu-¿No crees que somos tan compatibles como el azúcar y el café? -Odio el azúcar en el café. [Odette quiere que se reconozca su talento como cantante y ya no sabe qué hacer para conseguirlo. Un trabajo en el otro lado del mundo puede ser su oportunid...