Un niño tirado en la cama mientras juega con su consola. Su abuela está cosiendo unos pantalones en una mesa delante de él. Su expresión es tranquila y mueve la cabeza al ritmo de la musiquita que sale de la consola de su nieto. A través de la ventana se puede ver que es por la tarde y se oyen algunos gritos de niños. La abuela mira el reloj de la pared y deja de coser unos segundos para girarse hacia su nieto.
-Vete preparándote. Papá vendrá dentro de poco para llevarte a matemáticas.
El niño deja la consola encima de la cama y se queda mirando al techo, pensativo -No quiero ir.
-Tienes que ir -su abuela le mira por encima de las gafas -Se te dan mal las matemáticas y necesitas ayuda de la profesora.
-Pero no quiero.
La abuela no acepta un no por respuesta. Su nieto lo puede interpretar por la mirada que le dedica. Se levanta de la cama y se dirige al salón para coger la mochila y meter los libros y el estuche dentro. Oye el timbre y se despide de su abuela con un grito para bajar al portal y ver a su padre esperándolo.
-¿Traes todo?
Asiente y, junto con su padre, sale del callejón en el que se encuentra la casa de sus abuelos. Las calles empiezan a ser más transitadas y el niño esboza una sonrisa aliviada. No parece que le gusten las calles oscuras del barrio de sus abuelos.
-Cuando salgas de la academia iremos a comprarle un regalo a tu hermana por su cumpleaños.
-Es mañana, ¿no?
El padre le regaña un poco por no acordarse del cumpleaños de su hermana, pero finalmente le da un apretón cariñoso en el hombro y un pequeño empujón para meterlo en la academia de matemáticas de golpe. El niño tropieza y se cae dentro, aunque hay un enorme agujero negro que le engulle. Solo se oyen sus gritos de desesperación.
Grito y me levanto de golpe. Al mirar a mi alrededor veo que estoy en una habitación desconocida y me alarmo aún más. Me toco el cuello y la frente. Estoy llena de sudor y tengo los ojos llenos de lágrimas. La cabeza me da vueltas, así que me siento y respiro hondo para tranquilizarme.
Unos minutos después decido levantarme e inspeccionar el cuarto con más detenimiento. Está claramente dividido en dos partes: la parte en la que estoy ahora mismo que está impoluta, y la otra parte en la que la cama está sin hacer y el suelo lleno de ropa. Intento hacer memoria, pero no recuerdo nada. Ni qué hago aquí, ni de quién es la casa.
Decido salir cuanto antes y así resolver todo. Me cuesta un poco caminar ya que tengo las piernas entumecidas y las manos me tiemblan por la intensidad de mi sueño, por eso me cuesta abrir la puerta. Me encuentro delante de mí a todos los chicos de BTS. Esbozan muecas sorprendidas al verme, y yo no soy menos.
-¿Qué haces aquí? -pregunta Hobi, con una cacerola en la mano.
-Pensábamos que eras un ladrón -suspira Kookie.
Todos bajan sus "armas" y me dejan salir -¿Qué hago aquí?
-Dínoslo tú -interviene Suga.
Me percato de que ha estado aquí todo el tiempo y le sonrío con amplitud. Inevitablemente me pongo a su lado y engancho su brazo con el mío con fuerza para que no se escabuya. Veo que Nam nos mira con una sonrisa, y Suga pone los ojos en blanco.
-¿De quién es esa habitación? -pregunto a Suga mientras vamos hacia la cocina de su piso.
-De Taehyung y Jungkook -responde mientras me mira de reojo -Me parece que anoche bebísteis.
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"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]
Fanfiction-¿No crees que somos tan compatibles como el azúcar y el café? -Odio el azúcar en el café. [Odette quiere que se reconozca su talento como cantante y ya no sabe qué hacer para conseguirlo. Un trabajo en el otro lado del mundo puede ser su oportunid...