Estoy a punto de aterrizar en Chile. Esta semana ha sido un auténtico horror. Tras leer la carta de Marc lo primero que sentí fue rabia, después tristeza y finalmente culpabilidad. Yo había podido ayudarlo, pero no lo hice. Yo podría haberle enseñado que siempre hay otra opción, pero no lo hice. Esos pensamientos me carcomían por dentro, incluso ahora. Casi no comí, no dormí y tampoco me relacioné con nadie. Rechazaba todas las llamadas de los chicos y mandaba breves mensajes explicando que necesitaba tiempo para estar conmigo misma y que no se preocupasen. No quería hablar con Suga, le había prometido ser fuerte y ahora mismo no lo estoy siendo. De verdad que lo he intentado, pero era imposible. No derramé ni una sola lágrima, estuve en shock toda la semana y lo sigo estando. Mis movimientos no parecen míos, parece que soy un fantasma en el cuerpo de otra persona. Como si mi alma se fuese esfumando poco a poco.
Mi cabeza choca contra la ventanilla cuando el avión toca tierra. Probablemente vaya a salirme un chinchón, pero no siento el dolor. Cojo mi maleta y me echo la bolsa al hombro, fuera me está esperando un hombre del staff de BigHit. Le reconozco porque fue el que me recogió del aeropuerto en mi primer día en Corea, aunque no recuerdo su nombre. Se ofrece a llevarme las maletas y yo niego con la cabeza, esbozando una sonrisa débil. Estoy sin maquillar y tengo unas ojeras más grandes que mi futuro, he adelgazado un par de kilos y estoy bastante despeinada, seguro que piensa que estoy enferma.
-No tienes buen aspecto -comenta cuando llevamos un tiempo en el coche.
-Lo sé -reconozco.
-Es raro verte así. Desde el primer día siempre fuiste muy alegre.
-Lo sigo siendo. Solo no es un buen momento -apoyo la frente en la ventanilla y suspiro -Es una mala racha.
No dice más hasta que llegamos al hotel. Me quedo bastante sorprendida cuando veo el tamaño de este, se nota que es muy lujoso. Hago una mueca al ver un pequeño grupo de chicas en la entrada y recurro a mis queridas gafas. Le hago una reverencia al hombre a modo de despedida y abro la puerta con la maleta en mano y la bolsa en el hombro. Intento parecer casual mientras entro, como si dentro no estuviera BTS y yo fuese su maquilladora. Tampoco me prestan mucha atención, puedo llegar sin problemas a la recepción y una vez allí soy capaz de quitarme las gafas y mostrar otra vez mi cara de muerta.
-¡Odette!
Oigo esa voz hacia la derecha. Doy un vistazo rápido, Taehyung está sentado en uno de los sillones de la recepción. Cuando me dan la llave de mi habitación me acerco a él. Tiene una sonrisa en el rostro, pero esta se borra en cuanto estoy a su lado y puede verme bien. Está viendo mi demacramiento en primer plano. Se levanta del sofá, su cara de preocupación me rompe un poco el corazón. Pienso que va a llenarme de preguntas, en cambio solo me rodea con sus brazos. Por primera vez desde la carta siento el calor humano, siento el cariño, el amor. Entonces lloro todo lo que no lloré esta semana. Lloro todo lo que no lloré cuando murió mi hermano. Lágrimas acumuladas desde hace varios años. Estoy sujetando su camiseta entre mis puños, liberando toda la fuerza.
-Tranquila, después te sentirás mejor.
Unos minutos después mis ojos se quedan secos y por fin cesan los gimoteos. Respiro lentamente para controlar mi respiración y me separo. He dejado su camiseta negra mojada, pero no parece importarle. Solo me da unos pequeños apretones en los hombros para infundirme ánimos. Sin decir una palabra, coge mi bolsa y la llave de mi habitación y empieza a andar hacia el ascensor. Supongo que quiere buscar mi habitación, le agradezco que lo haga porque me cuesta ver después de haber llorado tanto. Al bajarnos del ascensor nos encontramos con la última persona que quiero ver.
-Suga -logro murmurar, bajando la mirada.
-Taehyung, ¿puedes dejarnos a solas? -pregunta Suga, aunque utiliza un tono de voz amable.
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"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]
Fanfiction-¿No crees que somos tan compatibles como el azúcar y el café? -Odio el azúcar en el café. [Odette quiere que se reconozca su talento como cantante y ya no sabe qué hacer para conseguirlo. Un trabajo en el otro lado del mundo puede ser su oportunid...