Negación, ira, negociación, tristeza y aceptación. Esas son las cinco etapas por las que una persona pasa cuando tiene que lidiar con una tragedia. Ser ignorada por el tarado de Suga no debería considerarse una tragedia, más bien como un rechazo que me ha importado más de lo que realmente debería. Y que esas cinco etapas, en mi caso, se han reducido a una.
Ira desmesurada.
Para una vez que intento actuar con benevolencia y sin esperar nada a cambio, y me rechaza. Me rechaza con toda su cara. La amistad no se paga así.
-¿Unnie? ¿Qué haces?
-Descargar la frustración.
Suelto el lápiz y pongo el folio en alto. Está arrugado y tiene varios agujeros debido al lápiz, además de las palabras que apenas se pueden leer. Sokja se acerca para leerlo y yo hago lo mismo, sin saber muy bien lo que yo misma he escrito.
-Parece la letra de una canción -comenta, frunciendo el ceño -Una canción de ruptura.
-Yo lo veo como... De odio -vuelvo a leer el último párrafo, aunque ya no tan segura de mí misma -¿No?
-Es una canción de ruptura, y muy buena. Esto se vende como oro últimamente, deberías intentar venderla.
-¿Por qué alguien querría comprar esta basura?
-Lo siento, no parece que estés muy enterada de lo que se lleva ahora y lo que no -se encoge de hombros, ignorando mi mirada venenosa.
-¿Pero tú cuántos años te crees que tengo, mocosa?
-Unos... ¿Veintisiete?
-¡Acabas de echarme cuatro años! -exclamo, exasperada -Al final voy a tener que acabar haciéndome el lifting que me recomendó mi peluquera...
-¡Unnie! -me reprende, subiendo el tono de voz, para que vuelva a centrarme -¿Para quién va la canción?
-Para nadie -aparto la mirada, aunque veo por el rabillo del ojo cómo ella pone los ojos en blanco.
-Esto no puede salirte sin haber pensado antes en alguien.
-¡Vete a dormir que ya son las tres, pesada!
La echo de la habitación y cuando estoy sola, arrugo el papel y lo tiro a la basura. Al menos ya no estoy enfadada.
¿Por qué no puedo escribir una canción pensando en mi perro?
...
Por primera vez en casi tres meses puedo ir caminando a la agencia a paso normal, y no echando el sprint de mi vida. Es lo que hace el haber dormido solo dos horas, aunque me siento orgullosa de que el motivo no haya sido Suga. Ha sido intentar buscar algunos acordes en piano que quedasen bien con la porquería de letra que compuse. Sí, Sokja tenía razón y es muy buena. Lo mejor que he escrito en toda mi vida.
No sé muy bien cuáles son los planes para hoy, pero llevo mi cámara colgada al cuello por si acaso. Demasiado cansada como para subir por las escaleras, decido coger el ascensor. Mala decisión, porque cuando las puertas se abren veo a Taehyung dentro.
-Buenos días... -saludo con cautela, esperando alguna reacción por su parte.
Solo agacha la cabeza a modo de reverencia y pulsa varias veces el botón de cerrar las puertas. El ascensor se para en el siguiente piso, para que entre la primera persona de mi lista de gente que no quiero ver ni en pintura. No parece sorprendido de verme, o tampoco quiere mostrar ninguna emoción. Se pone a mi lado derecho, ya que Taehyung está en el izquierdo. Por suerte, este último intenta entablar una conversación. Saco mi móvil y hago como que no les escucho, para que hablen como si yo no estuviera.
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"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]
Fanfic-¿No crees que somos tan compatibles como el azúcar y el café? -Odio el azúcar en el café. [Odette quiere que se reconozca su talento como cantante y ya no sabe qué hacer para conseguirlo. Un trabajo en el otro lado del mundo puede ser su oportunid...