09. Azul

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Salgo del despacho de Suga dando un portazo, después de invitarle a que me coma un pie. Me arrepiento de no haberle lanzado el café por encima, aunque eso hubiese supuesto un despido inmediato. Me dirijo a la sala de descanso, contando hasta cien para calmarme mientras bajo por las escaleras. Voy por el noventa y siete cuando me encuentro a Taehyung y Jungkook por el pasillo.

-¡Buenos días! -saluda Jungkook alegremente.

-Noventa y ocho, noventa y nueve y cien -bajo los dedos que antes estaban masajeando mis sienes y esbozo una pequeña sonrisa -Buenos días.

-¿Por qué cuentas? -me pregunta Taehyung después de quedarse unos segundos pensativo.

-Intento calmarme para no arrancarle la cabeza a Suga.

Los dos se ríen pero a mí no me hace mucha gracia. Voy con ellos a la sala de descanso, donde están los demás miembros del staff. Unos minutos después llega Suga, que era el único que faltaba.

-¿Echáis de menos a alguien? -pregunta Jun, a lo que todos negamos con la cabeza -Muy bien, entonces vámonos al bus.

Todos empiezan a salir de la sala y me fijo en las maletas que llevan todos los miembros del Staff, e incluso los chicos. Me acerco a una de mis compañeras, maquilladora, llamada Jaehee.

-¿Qué lleváis en vuestras maletas?

-Eh... ¿Nuestras cosas?

-¿Qué? ¿Para qué?

-Vamos a grabar el MV de blood sweat and tears y estaremos unos días fuera -me mira con el ceño fruncido -¿No lo sabías?

Niego con la cabeza lentamente mientras intento asimilarlo. Me hago paso entre la gente mediante codazos y llego a Jun, que encabeza el grupo. Le digo que por qué no me había comentado nada y ella solo me dice que tengo que mirar mi correo electrónico de vez en cuando. Efectivamente en mi buzón hay un correo suyo en el que me informa sobre todos los detalles del viaje. Definitivamente debería mirar más el correo.

Salimos del edificio por la puerta de atrás, donde un autobús mediano tirando a pequeño nos espera. Miro todos los que somos, veinte personas aproximadamente que no creo que cojamos ahí dentro. Todos cargan sus maletas y yo aprovecho para subirme al autobús y coger un buen sitio al fondo y en el lado de la ventanilla. Unos segundos después todos se empiezan a subir y comprendo que sentarme atrás quizá no ha sido la mejor de mis ideas. Todos los chicos vienen gritando y toman los asientos del fondo haciendo más ruido que un elefante en una cacharrería. Los ignoro y me pongo los cascos con la música bastante alta, aunque tampoco logra silenciar sus gritos. Entonces noto que alguien se sienta a mi lado.

-No quedaban más plazas -dice Suga antes de que yo pueda abrir la boca.

-¿No es irónico que una empresa tan grande como BigHit tenga dinero para hacer un MV de calidad y no para un autobús mediano?

Suspira ruidosamente y me mira con los ojos entrecerrados, como diciendo que no quiere escucharme. Después se pone los cascos y no sigo hablando porque sé que tiene la música altísima. Yo me quito los míos ya que los chicos no están gritando y empiezo a contar los carteles que vamos viendo por la ventanilla, pero al llegar a cien ya me canso. Lo único que se me ocurre hacer es picar el hombro de Suga, que se quita un casco con fastidio para escucharme.

-Me aburro, ¿hacemos algo?

-¿Qué quieres hacer? -pregunta, rendido, tras quitarse el otro auricular con pesadez.

-Jugar al veo veo.

Me mira con una mueca de confusión y yo asiento efusivamente. Al final accede, supongo que para que deje de insistir, y yo empiezo a cantar la ridícula cancioncita a lo que él me contesta con voz neutra. Después cambio de opinión y le digo que empiece él, que recita la canción como si fuese una oración.

-¿De qué color es? -pregunto con un pequeño gritito de emoción.

-Azul

-Tu pantalón -niega con la cabeza -La funda de mi móvil.

Sigo diciendo objetos de color azul y él niega a todo lo que digo -No te compliques -me dice con obviedad.

Me paso cinco minutos diciéndole objetos y acabo gritando y preguntándole que si es daltónico o tiene algún problema con los colores, a lo que él niega con brevedad.

-¿Te rindes? -pregunta después de otros quince minutos, con notable cansancio en la voz.

-¡Claro que no!

En ese mismo momento el autobus se para delante de un hotel de varios pisos con algunas ventanas. Todos empiezan a bajarse y yo voy pisándole los talones a Suga, diciéndole objetos azules. Me ignora mientras saca su maleta del maletero y la arrastra hacia el interior del edificio.

-Deja de correr, azúcar, sabes que no puedes esconderte de mí -le advierto, pisando con un pie su maleta y haciendo que esta se caiga al suelo con un golpe seco.

-Si estás ciega no es mi problema -coge su maleta del suelo y noto que sujeta el mango de esta con fuerza -El cielo es azul.

-¿Pero quién es el ciego ahora? ¡El cielo no está azul! ¿No ves que está a punto de llover?

-¿Piensas llevarme la contraria hasta sobre si el cielo es azul o no?

-Te llevaré la contraria siempre que estés equivocado.

Veo por el rabillo del ojo que todos los miembros del Staff acaban de entrar por la puerta y las personas que trabajan aquí nos están mirando. Suga está bastante avergonzado y se ruboriza levemente, aunque yo le sigo mirando desafiante.

-¿Qué os pasa ahora? -Jin se acerca, con los demás miembros detrás.

-¡Que este idiota dice que el cielo está azul!

-Es que el cielo está azul -insiste. No sabía que fuese tan terco.

-¿En serio estáis discutiendo por eso? -pregunta Namjoon después de lanzarse una mirada confusa con Jin. Yo asiento y Suga solo suspira con molestia -Pues bajad la voz antes de que os oiga Jun.

-Vale, ¿pero a que el cielo no está azul?

Namjoon me ignora y esboza una sonrisa falsa cuando Jun pasa a nuestro lado y nos mira con los ojos entrecerrados. Los chicos deben tenerle pánico. Nos metemos en el ascensor cuando Jun nos da las llaves de nuestras habitaciones. Ellos tienen habitaciones individuales, aunque yo tengo que compartir habitación con Jaehee.

-¿Roncas? -le pregunto en cuanto entramos en la habitación.

-Eh... ¿A qué viene eso?

-Estamos compartiendo habitación, creo que es información necesaria.

Finalmente niega con la cabeza y se va de la habitación nada más dejar la maleta encima de su cama. Seguro que piensa que soy un bicho raro, pero me da igual. Cojo el teléfono y marco el número de Sokja. Abro la ventana y me apoyo en esta para observar el cielo. Está completamente azul y el sol está empezando a asomarse de entre las nubes.

-Hola. Si eres mi madre más te vale colgar antes de que lo haga yo.

-Sokja, soy Odette.

-Menos mal -suspira con alivio, y baja la voz -¿Pasa algo?

Le explico mi situación y ella accede a traerme algo de ropa por la tarde, con la condición de que le pague el viaje en bus y por todas las veces que tendrá que pasear a Tequila mientras yo no estoy en casa.

"The sugar in my coffee" [Min Yoongi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora