Sueños rotos [COMPLETA]

18.

CONEXIÓN DE HERMANOS

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Lilia sonreía mientras miraba a su padre jugar fútbol con Elliot, y también estaba Alec que era el portero del improvisado partido. Todos reían con las ocurrencias de mis hermanos juntos, eso si le sumamos que hasta Alec era parte de esas ocurrencias. Hoy, veintitrés de junio cumplía años Josette, que estaba muy contenta por la pequeña reunión que le organizó Dave con ayuda de la familia. Hacía aproximadamente unos cinco días que había ocurrido lo mío con Alec y no es que contara los días, solo era cuestión de saber que había ocurrido el dieciocho de junio para calcular...

Maldición, sí, lo acepto, llevaba la cuenta porque desde ese día él y yo no volvimos a tocar el tema de la sexualidad. Ni siquiera nos miramos con una frecuencia como para saber si somos algo o no, yo asumo que no somos nada, porque de ser así ya hasta mi hermano lo sabría.

Justo ahora simulo estar mirando a mis hermanos jugar, cuando en realidad toda mi atención está puesta en ese chico de ojos cafés y excelente cuerpo, tengo toda mi atención en él porque aun no asimilo el hecho de haber pasado una noche entera a su lado. Es increíble todo, ni siquiera le importó a mamá que apareciera el día siguiente a casa, solo dijo que no le hiciera ver cosas que no eran porque ella sabía perfectamente qué hice y no había necesidad de mentir cuando ella también fue joven.

—Emma —Giré para ver a Josette, que estaba llegando justo al lado de mí, ella miró a Lili unos momentos y sonrió, después volvió su atención a mí—. Gracias por lo de la reunión, en serio no me lo esperaba.

—No hay de qué, no todos los días se cumplen veintidós años —respondí, y me senté en el escalón que daba al patio. Ya llevaba un buen rato mirando a los chicos jugar y parecía que ellos no se cansarían por un rato más.

—Casi no recibo gestos así —confesó, ocupando el lugar a mi lado—. Es muy hermoso ver que su familia es muy unida a pesar de todo.

—Son mis padres los que hacen posible la unión, ellos siempre han inculcado eso en nosotros.

—Yo... No he sabido nada de mi familia desde que decidí venir a Phoenix, dejar Francia para mí fue volver a comenzar.

Asentí cuando dijo aquello, las cosas que sabía de ella no eran muchas, mi hermano nunca ha hablado abiertamente de ella, no es como si nosotros le exigiéramos hacerlo, pero estaba segura de que sus razones tenía. Dave y ella mantenían una relación un poco extraña desde que ella se mudó a Phoenix, después de la muerte de Hannah todo fue muy extraño para Dave. Sus razones tendría. Pero a mí no me hace estúpida, sabía que esta chica había estado con Dave desde antes, mucho antes de la muerte de Hannah, creo que por ello se volvió todo un drama sobre el embarazo de ella y el nacimiento de Lili se volvió oscuro porque ella no logró sobrevivir.

En los ojos de Josette se lograba percibir algo extraño, como si algo malo le haya pasado. Estaba muy segura de que ella no era tan callada y reservada, tal vez es el hecho de que no se siente cómoda con nosotros por miedo a ser juzgada. Yo no lo hago, jamás juzgaría a la mujer que haga feliz a mi hermano.

—Sea lo que te separe de tu familia sé que podrás volver a empezar, nosotros te abrimos las puertas siempre que quieras, sé que no es fácil, pero puedes adaptarte. Somos tu nueva familia.

Una gran sonrisa surcó sus labios. Asintió.

—Muchas gracias.

—También sé que un día ese idiota que ves allá —apunté hacia donde estaba mi hermano mayor—, se inclinará en una rodilla y te pedirá que te cases con él. Tal vez sea hoy, mañana o en unos años, pero ten por seguro que él ya no te dejará ir.