Sueños rotos [COMPLETA]

27.

DESAPARECIÓ

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Tres años después.

Nada es fácil. Todo sería aburrido si así lo fuera.

Había muchas ventajas de que todo tuviera sus momentos difíciles; podía decir que cuando todo es difícil, aprendes a valorar lo sencillo y cuando todos los momentos malos se vayan disfrutas cada momento de la vida.

He pedido al cielo que los momentos difíciles no lleguen, porque ya había tenido muchos de ellos. Tenía una lista de cosas para decir de mi vida, y sabía que después de mucho tiempo había tomado el camino correcto. Creo que también esa es una ventaja de vivir la vida al máximo y arriesgarte, yo lo había hecho y no me arrepentía de ello.

Cada parte de mi cuerpo fue reconstruida, fui consciente de que también debía perder el miedo y tomar el valor para enfrentar todo lo que me hacía recordar a la antigua Emmaline. Arriesgar es lo que importa, porque sin duda se obtienen buenas recompensas.

—¿Lista, Emmaline? —me preguntaron. Asentí.

Tomé una respiración profunda mientras el Cirujano quitaba con mucho cuidado la venda de mi rostro, por cada segundo que él más tardaba, más me ponía nerviosa. Había tomado la decisión de reconstruir mi rostro desde hacia unos meses y tomé el riesgo total cuando visité al Cirujano hace casi un mes. Claramente tuve el apoyo de mis padres, de mis hermano y de... mi novio.

Mis manos estaban sudando así que las restregué contra la blanca sábana del hospital.

—Toma un respiro, amor —dijo él. Volví a asentir porque tenía miedo de llevarme una gran desilusión. Todavía tenía la opción de volver a operarme, por si quedaban grandes marcas aun, pero confiaba en esto, en que todo saldría bien.

—Ten, Emma —dijo el doctor Carver. Tomé el espejo entre mis manos y miré a Alec con demasiados nervios. Él me sonrió.

—Hermosa —murmuró.

Tomé una profunda respiración y puse el espejo delante de mí para observar con detenimiento mi rostro. Ya no había una cicatriz. Me tomó mucho tiempo tomar la decisión pero justamente hasta el día de hoy pude volver a ser la misma.

—Ya no hay nada —susurré con emoción—. No quedó nada.

—Tu tejido cooperó, al parecer ya eres la misma de nuevo, Emma.

—Gracias.

Toqué la zona donde estaba la cicatriz y sonreí, porque aunque el proceso haya sido diferente a lo que esperaba, tenía el resultado que quería.

Todo era solo un recuerdo. La cicatriz que más me había atormentado por años ya había desaparecido, solo quedaban algunas cuantas sobre mi rostro, esas pequeñas que sí se borran con maquillaje.

—Desapareció, Alec —Lo miré, con una sonrisa, él estaba igual que yo—. Ya no hay más cicatriz, se acabó.

Él se acercó hasta mí y se inclinó para besarme en la coronilla.

—Te amaba igual y lo seguiré haciendo —me dijo.

—Pero ahora sin cicatriz —le aseguré. Alec y el doctor soltaron una risa.

Este día era la cita para quitarme el vendaje del rostro, habían pasado unos días desde la operación y ahora me encontraba ya lista para irme a casa. A mí verdadera casa desde hace tiempo.