ÉL Y ELLA
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Tomé mis cosas y salí de la habitación del hotel con toda la intención de llegar mucho antes a la gala, Alec hoy presentaría todas sus pinturas en una galería de Manhattan, habíamos viajado desde Phoenix hasta Nueva York para esto, su padre le consiguió un buen representante y claro que quedó maravillado con el trabajo de mi novio, ahora sabía que podíamos pasar Año Nuevo en Times Square y ser felices antes de todos los días de estrés que se vendrán con la boda.Recorrer las calles de Nueva York hacía que sintiera un poco de nostalgia, pero sonreí al saber el motivo de estar hoy aquí. Tomé un taxi y le indiqué la dirección. Me miré unos segundos en el pequeño espejo que traía en mi bolso de mano, ahí inspeccioné mi rostro y me sentí satisfecha por la magia del maquillaje, la pequeña mancha que había quedado después de la cirugía se lograba cubrir y quedaba impecable. También traía los labios de un rojo intenso y los ojos con tonos cálidos para hacer contraste con el vestido rojo y zapatillas negras con lazos que había elegido. Mi vestido estaba pegado al cuerpo y me sentía un poco incómoda porque tenía un poco de miedo que se vieran las cicatrices de las cirugías, esperaba que el vestido fuera la suficiente largo como para cubrirlas.
Era bueno que Alec también estuviera formal para la ocasión, ahora había sido yo la que había ido a compra junto a él ese traje que traería puesto.
Después de un corto viaje llegué y le pagué al taxista para que se retirara. Cuando bajé alisé mi vestido y puse la correa de mi bolso sobre mi hombro, tenía un poco de nervios porque no había visto las obras de Alec hasta el momento y él se negaba a mostrármelas cuando yo se lo pedía.
—Buenas noches, señorita Prescott —dijo una mujer en la entrada, fruncí el ceño porque yo a ella no la conocía—. El señor Evans me dijo que usted llegaría dentro de poco, y me describió a una pelirroja muy bonita, así que supongo es usted.
La mujer tomó de mi brazo y me guió por la parte trasera. En serio que no entendía nada, porque al menos que esto sea un secuestro y yo esté siendo llevada voluntariamente, aclaré mi garganta y la mujer se giró para verme con una sonrisa.
—No entiendo nada —dije.
—No se preocupe, todo está bien. Es que usted no se encuentra en la lista de invitados y el señor Evans no lo consideró prudente teniéndola como novia.
—Ah.
—Lo sé —Ella tocó dos veces en la puerta trasera y de inmediato fue abierta, me sorprendió ver a Alec ahí.
Una sonrisa radiante estaba en sus labios y fruncí más el entrecejo solo por estar de este lado, se suponía que yo traía mi invitación conmigo.
—Esto es extraño —fue lo primero que se me ocurrió decir una vez dentro.
Alec me abrazó por los hombros y dejó un beso pequeño en mis labios, sus ojos marrones me miraron directamente y supe que todo estaba bien, le sonreí más tranquila.
—Hay algunas cosas que no están del todo listas —explicó al fin—. Mi padre es un obseso del orden y perfección, así que se ha retrasado un poco la organización.
—Soy la primera invitada en llegar, así que merezco un buen trato por el anfitrión.
—Eso tenlo por seguro —intentó besarme, pero lo detuve unos centímetros antes.
—Te voy a dejar todo el labial en la cara, mejor espera unos momentos y me quito este color rojo tan fuerte.
—¿Y si mejor te lo quito yo? En el baño... y con mi boca —susurró muy cerca de mi oído.

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Sueños rotos [COMPLETA]
RomanceEmmaline Prescott lo tenía todo. Los mejores hermanos del mundo. Dos padres que se aman. Un novio excepcional. También tenía sueños que estarían a punto de cumplirse. Era la mejor bailarina de su clase de ballet. Tenía el pase directo a Juilliard...